Las erogaciones primarias se expandieron 38% y los recursos, con blanqueo incluido, subieron 35%. Aun así se sobrecumplió la meta fiscal
El gradualismo que eligió el gobierno de Mauricio Macri para reducir el déficit fiscal impidió revertir la tendencia negativa de los once años previos en que los gastos de la administración pública antes del pago de los intereses de la deuda pública crecieron más que los recursos primarios, y provocaron no sólo la vuelta a tasas de inflación a niveles que sólo registran menos de una veintena de más de 210 países, sino, peor aún, el estancamiento de la actividad agregada y del empleo y el salto de la pobreza.
El primer informe oficial de la nueva conducción de Hacienda, a cargo de Nicolás Dujovne, aunque con datos de la gestión en esa área del predecesor Gustavo Marconato, resalta que «el Sector Público Nacional sobrecumplió la meta fiscal de 2016: el resultado primario sin rentas financieras fue 4,6% del PBI», frente a una pauta de 4,8% del producto.
Sin embargo, el dato saliente fue que, pese al aporte de recursos extraordinarios por más de $100 mil millones que generó hasta diciembre el blanqueo de activos, los ingresos primarios aumentaron tres puntos porcentuales menos que los gastos primarios: 35,3% vs. 38,2%, en comparación con los niveles del año previo.
«El Sector Público Nacional registró en el ejercicio fiscal de 2016 un resultado primario sin rentas financieras de menos $359.382 millones, cifra que representa un estimado de 4,6% PBI», explica Hacienda. Pero el dato relevante es que el exceso de gastos sobre recursos fue de poco más de 22%, esto equivale a estar sobregirado en casi tres meses sobre el ritmo mensual de los recursos.
Este comportamiento fue producto de un incremento anual en los ingresos primarios del 35,3% y un aumento del gasto primario en 38,2% para el mismo período comparativo. A precios constantes, los ingresos cayeron 1,6 por ciento y el gasto se mantuvo, mientras que en términos del PBI, se ubicaron en 20,4% y 25% respectivamente.
Ese desfase en las tasas de expansión de los recursos y erogaciones determinó que el rojo primario se acrecentara un 53%, más de 10 puntos porcentuales que la inflación del período.
Ahora bien, si el Gobierno no hubiese considerado los ingresos extraordinarios del blanqueo como un recurso «primario», no sólo el déficit se hubiera casi duplicado en el primer año de gobierno de Cambiemos, sino que además el rojo fiscal se habría catapultado a casi 6% del PBI.
Relevancia del gasto social
El factor clave del alto impulso nominal de las erogaciones, bajaron levemente en términos de inflación, fue la decisión política de reforzar los planes sociales, para paliar los efectos de la pesada herencia de la administración anterior.
«El Gasto Social tuvo un crecimiento del 38,8% anual, principalmente como consecuencia del aumento en los pagos de jubilaciones y pensiones (37,2% anual); y se cancelaron deudas atrasadas y no registradas por 1,1% del PBI», explica Hacienda.
También fueron relevantes las transferencias al sector público, principalmente provincias, y también privado, ya que en conjunto se incrementaron 61 por ciento.
Además, se destaca que en el período «se redujo la presión tributaria por casi 2% del PBI (excluyendo los ingresos extraordinarios del blanqueo), lo cual implicó la primera reducción significativa de la presión tributaria en más de 14 años; y la deuda flotante se ubicó en niveles mínimos históricos.