Al compás de los anuncios que se fueron sucediendo durante la jornada, los bonos argentinos tuvieron ayer una leve mejora en Wall Street, que promedió el 0,5%. A las acciones les fue bastante peor y pasaron de un positivo del 1,5% a una caída que en algunos casos (como YPF) superaron el 3%. Una vez más, el viejo lema de «comprar con el rumor y vender con la noticia» parece haberse cumplido.
En realidad, los precios de los activos argentinos hace ya un tiempo que descontaban un acuerdo con los «holdouts». Por eso, los bonos que rendían más del 10% anual en dólares en los últimos meses del kirchnerismo pasaron a rendir por debajo del 8%. Esta evolución, que llevó a los títulos a ubicarse casi en forma generalizado por arriba de la par (es decir que cotizan a más de 100 dólares de valor nominal)
Una de las grandes preguntas por estas horas es qué tasa podría conseguir la Argentina cuando busque financiamiento en los mercados internacionales. Esto sucederá en el corto plazo, no bien el Congreso derogue las denominadas leyes cerrojo y de pago soberano. En forma simultánea, la deuda argentina conseguiría una mejora en su calificación, saliendo del «default selectivo» a una calificación de «B» o levemente superior, según la escala de Standard and Poor´s.
Si bien la Argentina habrá salido del incumplimiento con los acreedores, el gran agujero fiscal seguirá teniendo un peso significativo para las calificadoras, por lo que es improbable conseguir una calificación muy superior. La lista de los países que integrará la Argentina si finalmente consigue una «B» son entre otros los siguientes: Albania, Angola, Burkina Faso, Camboya, Camerún y República Dominicana.
Pero aún a pesar de no conseguir un lugar privilegiado en esa «sopa de letras», el hecho de reincorporarse a la lista de países emergentes, abandonando la calificación de fronterizo de por sí sumaría una buena cantidad de fondos de inversión. Sucede que al verse obligados a replicar el índice EMBI que elabora el JP Morgan, tendrán que incorporar necesariamente activos argentinos.
El Bonar 2024, aún después del anuncio de un entendimiento con los holdouts más agresivos (es decir Paul Singer y su fondo NML), apenas subió un 0,2% ayer, arrojando un rendimiento del 7,50% anual en dólares. A u$s 108,3, es su mejor cotización histórica pero aún insuficiente para perforar el piso del 7% anual. Se supone que los primeros títulos que se colocarían para pagarles a los holdouts tendrían un plazo similar o levemente superior a éste.
Otros analistas, en cambio, creen que los títulos tienen bastante más recorrido alcista, por lo que la tasa podría acercarse más al 6% anual. El argumento es que países como Jamaica, con serios problemas para hacer frente a los pagos de deuda, tienen bonos que rinden aproximadamente en esos niveles. La contra de esta argumentación es que mercados que hace pocos meses eran percibidos como muy sólidos como Brasil, han sufrido deterioros significativos en los últimos meses. Bonos de Petrobras de mediano plazo tienen tasas superiores al 10% anual, lo que dificulta a posibles «competidores» conseguir rendimientos mucho menores.
Para los que esperan una mejora todavía sustancial de la deuda argentina, lo ideal sería posicionarse en los bonos más largos, como el Discount, que vence en el año 2033. Son los que más recorrido alcista poseen y rinden apenas por debajo del 8% anual en dólares. De esta forma, aún en el caso de que no aumenten significativamente de precio, igual la renta anual que recibirá el inversor se vuelve sumamente atractiva.
Fuente: http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=829527