La capacitación busca hacer rendir los salarios, desalentar malas inversiones o la toma de créditos a largo plazo y con altas tasas de interés
En medio de la crisis inflacionaria y del retroceso del poder adquisitivo de los salarios, algunas empresas de Rosario empiezan a ofrecer cursos de educación en finanzas a sus empleados. Con el objetivo de que el personal pueda ordenar su economía, hacer rendir su salario o poner en caja sus deudas, los talleres buscan mejorar el bienestar del personal. Los talleres buscan, entre otros puntos, desalentar malas inversiones o endeudamientos a largo plazo y con altas tasas de interés. De acuerdo a encuestas recientes, cuatro de cada diez santafesinos están endeudados y muchas veces toman nuevos créditos para financiar deudas.
Convencidos de que la economía doméstica de sus trabajadores repercute en su rendimiento, empresas de distintos sectores comenzaron a brindar educación financiera a sus empleados. La empresa Alz Agro empezó a principios de año a ofrecer capacitación financiera con el objetivo de «brindar herramientas a nuestros colaboradores para desarrollar una conducta financiera coherente con sus ingresos, evitando los errores más comunes en la mayoría de las personas sin instrucción financiera: dinero inmovilizado, malas inversiones, pago de altas tasas de interés y decisiones de endeudamiento a largo plazo«, según enumera Cristina Ramirez, jefa de Recursos Humanos de la empresa.
Y destaca que en lo que va del año ya realizaron dos talleres con un buen nivel de respuesta. «Resultó muy atractiva, ya que la capacitación permite analizar desde la práctica si es aconsejable refinanciar gastos, proyectar opciones de inversión futuras o tomar préstamos convenientes».
El alto nivel de endeudamiento de los trabajadores es un tema que preocupa en muchos gremios. El problema se advierte en distintas ramas de la actividad, empleo público, metalmecánica o construcción, sobre todo en épocas de crisis cuando los salarios de los trabajadores pierden peso ante la inflación. «Nuestros trabajadores históricamente se han endeudado, lo que pasa que ahora se nota más porque están ganando menos», señala el líder de la Unión Obreros de la Construcción (Uocra) Rosario, Sixto Irazábal.
El gremialista advierte que los mecanismos para hacerse de efectivo son cada vez más accesibles. «Incluso se pueden sacar créditos a través de Whatsapp«, ejemplifica ya segura que «en los barrios más humildes hay cada vez más usureros que ofrecen dinero». El resultado es simple: «la gente cada vez se endeuda más», señala.
Un obrero de la construcción gana actualmente unos 800 mil pesos mensuales, pero como se cobra por quincena «hay fechas, como el inicio del ciclo escolar, donde no alcanza para comprar todo junto», afirma.
Círculo vicioso de endeudamiento
Hace un mes, la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional del Litoral, junto con el Observatorio Social y la Defensoría del Pueblo de la provincia, presentaron su encuesta de endeudamiento de hogares.
El trabajo demostró que el 41,8% de los hogares relevados en la provincia se encontraban endeudados al momento de la encuesta. Un número que creció hasta el 50% en los hogares de nivel socioeconómico bajo. También, que uno de cada diez hogares de nivel socioeconómico bajo tiene algún integrante que figura con riesgo crediticio en Veraz, lo que implica que estos integrantes no pueden acceder a productos financieros, e incluso se verían impedidos de alquilar una vivienda.
Entre las causas del endeudamiento se destacó que, en promedio, la toma de deuda se destina al pago de ropa y calzado (23,3%); de alimentos (19,7%); para pagar deudas previas o tarjeta de crédito (16,9%); para arreglos del hogar o el auto (16,9%); para pagar impuestos o servicios (15,7%); para pagar medicamentos (10,9%) y para expensas, cuotas de colegio o prepagas (7,8%).
La decana de la facultad de Ciencias Económicas de la UNL, Liliana Dillon destacó que «el endeudamiento se concentra principalmente en los sectores más desfavorecidos, quienes recurren a él para cubrir necesidades básicas como la alimentación. Esta situación, sumada a la informalidad en la obtención de crédito y las altas tasas de interés, genera un círculo vicioso de incobrabilidad que amenaza con el cierre de negocios de cercanía y el aumento de la morosidad”.
El mismo diagnóstico se realizó en la provincia de Córdoba. Un informe del Centro de Almaceneros y Comerciantes Minoristas mostró que el 93 por ciento de los encuestados aseguró que tiene alguna deuda y, de ese total, un 9 por ciento dijo que toma créditos bancarios para hacer frente a esas deudas.
Según el trabajo, un 26 por ciento le debe a las tarjetas de crédito, después siguen bancos (9 por ciento), servicios e impuestos (8), alquileres (7), fiado (5) y prepagas (5), entre los principales rubros.
El 54 por ciento de las deudas con tarjetas de crédito son por la compra de alimentos, seguido por la carga de combustible con 16 por ciento, el pago de impuestos y servicios con 12 y la compra de indumentaria, con 11. El estudio reveló que el 35 por ciento posee una sola deuda, mientras que el 57 tiene hasta tres obligaciones financieras, mientras el 8 enfrenta más de tres.
Una modalidad en aumento
Más allá de las cifras, lo cierto es que muchas firmas rosarinas empiezan a tomar el problema como un tema de responsabilidad empresaria. «Hay operarios del rubro de la construcción o talleres metalmecánicos con un alto grado de endeudamiento. Desde los departamentos de recursos humanos empiezan a notar que con frecuencia se sacan créditos para pagar deudas y generalmente son créditos caros, de financieras o mutuales. Por eso, empezaron a ofrecer cursos básicos para la administración doméstica del dinero o finanzas personales», señala Wenceslao Schimmel, director de Rosario Finanzas, una firma local que tiene por misión fomentar y difundir el uso de herramientas financieras.
Tradicionalmente, las capacitaciones de Rosario Finanzas estuvieron dirigidas a responsables de empresas o inversores. Sin embargo, «muchos clientes nos convocan para dar talleres de finanzas personales a sus empleados«. Y para responder a esa demanda prepararon una capacitación virtual de unas dos horas que apuntan a «dejarles a las personas algunos tips para administrar mejor su salario».
Por ejemplo, determinar cuáles son los ingresos familiares, armar un presupuesto doméstico que permita algún ahorro y ofrecer algunos ejemplos de cómo estos ahorros se pueden multiplicar. «Son conceptos sencillos, bien terrenales que no apuntan a hacerse millonario mañana y están destinados a gente real, entre quienes el común denominador es que la plata no alcanza«, señala el responsable de la firma.
También se analizan y comparan distintos canales financieros, como los bancos, las tarjetas de crédito, mutuales, para conocer cuáles son las tasas de los créditos y los intereses que se aplican ante los incumplimientos. «Sacar créditos para comprar artículos suntuosos o vacaciones es un modus operandi que viene arraigado. En muchos casos, las familias se la pasan pagando embargos. Es una costumbre que va de la mano de la falta de educación financiera en otros ámbitos. Por ejemplo, la escuela», afirma Schimmel.
Con la crisis de las economías domésticas, el problema ha recrudecido.