Son los que pagan los cupones de interés más altos en los próximos tres años. Eso los vuelve más demandados, en medio del fuerte aumento del riesgo país, por encima de los 1600 puntos
El riesgo país tocó un nuevo récord desde la reestructuración, al finalizar a 1.611 puntos. La deuda argentina se ubica así entre las más riesgosas del mundo y los inversores ya adelantan escenarios de futura renegociación, ante las dificultades que encontrará el Gobierno para hacer frente a los vencimientos. Pero aún en este contexto hay algunos bonos que surgieron de la renegociación que lucen para los inversores más atractivos que otros.
En un escenario de desconfianza y poco interés por la deuda local, el nuevo bono a 2041 es hoy el elegido por aquellos que quieren incorporar o aumentar riesgo argentino en sus carteras. El motivo principal de esta elección es que se trata de un título que posee algo que no está presente en el resto de los bonos que surgieron del canje: un pago semestral de intereses “decente”.
Se trata de un aspecto no menor en medio de los temores respecto a la capacidad de repago futura de la Argentina. Sin embargo, el horizonte está despejado al menos hasta 2025, ya que antes no hay vencimientos de capital de la deuda reestructurada.
Por esto motivo, los bonos que vencen en 2030 cayeron más de precio: tienen niveles bajísimos de rendimiento en los primeros años y serían los más perjudicados en el caso de una nueva reestructuración con quita de capital.
La principal negociación de Martín Guzmán al efectuar el canje fue bajar drásticamente los pagos de intereses, en especial los primeros años. Si bien no anduvo la idea de tres años de gracia para empezar a pagar, los cupones en el primer año de todos los bonos resultaron ínfimos: apenas 0,125% anual.
El bono al 2041 ofrece un salto importante de cupón a partir de julio, ya que la tasa de interés salta al 2,5% anual, que en 2022 se transforma en 3,5% anual en dólares.
Aunque no se trata de un cupón de gran atractivo, tras la caída de los bonos se vuelve mucho más interesante, al menos en una perspectiva de corto plazo. “Los inversores buscan cupón en un mundo de tasas cercano a 0% y ahí es donde pueden encontrar cierto atractivo en un Bonar 2041, en comparación con otros títulos del canje que tienen cupones mucho menores”.
Como los precios de los bonos argentinos cayeron a niveles de USD 35 en promedio, el pago de intereses puede resultar muy atractivo en plazos cortos. Sucede que el 3,5% anual se calcula sobre un valor nominal de USD 100, cuando el título se consigue hoy en el mercado a un tercio de ese valor. Por lo tanto, el inversor estará recibiendo dos pagos semestrales de intereses sustancialmente mayores.
En cambio, otros bonos emitidos tienen tasas muy inferiores. El 2030, por ejemplo, empezó pagando como el resto el 0,125% anual (una tasa más acorde a países como Alemania o Japón) y en el segundo año salta a sólo 0,5% anual en 2022 y 2023. Y el 2035 salta a un cupón de 1,1% anual y luego pasa al 1,5% en 2023.
Por ahora, el mercado se concentra en las opciones “menos malas”, en medio de una caída generalizada de los bonos argentinos, que plantea serias dudas sobre la viabilidad futura de la deuda. A estos rendimientos será imposible afrontar los futuros pagos de deuda, por lo que sería inevitable para el Gobierno avanzar en una nueva reestructuración.
Todavía falta mucho y en el medio hay tiempo para corregir errores y marcar una nueva dirección a la política económica. Pero por el momento esto no parece estar en el manual de decisiones de Alberto Fernández.