El Banco Central logró una recuperación inédita, impulsada por el superávit comercial y las políticas cambiarias. Sin embargo, persisten desafíos en las cuentas de servicios e ingresos primarios, con déficits que presionan la demanda de dólares
El Banco Central incrementó las reservas brutas en USD 7.141 millones en lo que va de 2024 hasta finales de noviembre, marcando un máximo para este período desde 2017. “Este desempeño contrasta notablemente con el registrado el año pasado, cuando la Autoridad Monetaria sufrió una contracción de USD 23.084 millones durante el mismo lapso, debido a una sequía histórica que impactó gravemente las exportaciones del sector agroindustrial”, destaca un artículo de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
En cuanto a las reservas internacionales netas – descontados los pasivos de corto plazo – la actual gestión de gobierno asumió bajo una situación crítica, con un saldo negativo de USD 11.645 millones a comienzos de diciembre de 2023. Sin embargo, gracias a un conjunto de políticas cambiarias, monetarias, comerciales y fiscales, se logró una rápida recomposición, alcanzando inclusive niveles levemente positivos a principios de abril de 2024.
“A pesar de que las reservas netas mantuvieron cierta estabilidad hasta julio, el Banco Central comenzó a vender reservas después, alcanzando un saldo negativo cercano a USD 4.900 millones según estimaciones propias. No obstante, la situación está siendo menos adversa de lo que se preveía para el segundo semestre, gracias al impulso del blanqueo de capitales que está siendo más exitoso de lo esperado. El fuerte ingreso de dólares al sistema financiero contribuyó a aumentar las reservas brutas, al tiempo que el mayor dinamismo de los créditos en dólares para el sector privado está limitando la pérdida de reservas netas”, resumen desde la BCR.
Por qué aumentaron las reservas
Considerando el balance cambiario del Banco Central hasta el mes de octubre – últimos datos disponibles – se observa que Argentina logró revertir el saldo negativo de las cuentas corriente y financiera en 2024, siendo esto lo que ha permitido el aumento de las reservas brutas en general.
En el caso de la cuenta corriente, la reversión se debe principalmente al superávit en los cobros por exportaciones netas de bienes, que registraron un saldo positivo de USD 18.002 millones en los primeros diez meses del año. “Este resultado se encuentra significativamente por encima del año pasado. Ello responde a una recuperación en la liquidación de dólares del agro y el saldo neto positivo del resto de los sectores, siendo esto último algo atípico de vislumbrar en el balance cambiario”, explicaron desde la BCR.
“La recesión implicó menos importaciones al tiempo que el cambio en el esquema de pago de estas permitió diferir erogaciones en la primera mitad del año, lo cual alivió circunstancialmente la demanda de divisas por ese concepto. En general, el resultado por bienes permitió afrontar el saldo deficitario de la cuenta servicios que estuvo más controlado que los últimos dos años y afrontar los pagos netos por ingreso primerio – principalmente intereses de deudas – que registró el saldo negativo más importante desde 2016″, agregaron .
En cuanto a la cuenta financiera, en el acumulado hasta octubre registra un saldo positivo por USD 579 millones, gracias al impulso que brindó el blanqueo el último mes de octubre. Además, la variación contable de las reservas brutas se benefició por el ajuste por pases y valuación de reservas en otras monedas internacionales diferentes al dólar.
Demanda y oferta de dólares
Al analizar la evolución mensual de las cuentas del balance cambiario, surgen trayectorias relevantes para tener en cuenta de cara al mediano plazo. La cuenta corriente cambiaria, desde el mes de junio volvió a arrojar un resultado negativo y alcanzó un déficit de nada menos que USD 1.581 millones en el mes de octubre.
Al desglosar los diferentes conceptos, los cobros por exportaciones de bienes muestran que el sector oleaginosos y cerealeros mantiene una tendencia sólida de generación neta de dólares. El sector energético y minero, aunque aún aporta en menor medida, ha logrado sostener una contribución constante salvo durante el pico del invierno entre junio y julio. En contraste, el resto de los sectores en su conjunto, comenzaron a ser demandantes netos de divisas desde el mes de mayo, tras el reacomodamiento en el pago de importaciones.
En la cuenta servicios, el año comenzó con un saldo prácticamente equilibrado, aunque desde junio comenzó a presionar la demanda neta de dólares, arribando en octubre el déficit más importante del año con un saldo negativo por USD 744 millones. Por su parte, los pagos de intereses por ingreso primario experimentaron un marcado incremento desde julio hasta la actualidad.