En EE.UU. está instalada la visión de que el Presidente quiere evitar el default.
La negociación de la deuda entró en la recta final y recrudecen las consultas entre bancos, bonistas y hasta el Fondo Monetario Internacional sobre cuál podría llegar a ser la oferta que finalmente les presentará la Argentina en las próximas semana, y, no menos importante, hasta dónde estaría dispuestos a ceder los acreedores. De consultas realizadas por Clarín en diversas fuentes directamente involucradas en la operación, tanto en Buenos Aires como en Estados Unidos, algunos de los temas que se hablan en los “calls” son:
– El Gobierno argentino estaría negociando con el Fondo Monetario Internacional un aporte concreto de dinero que se ofrecerá a los bonistas a manera de “endulzante”, a cambio de que los acreedores acepten postergar al menos tres años el cobro de intereses. Los dólares formarían parte de un nuevo programa con el FMI, a plazos más largos, a cambio de que Argentina presente un plan económico que sea aprobado por el Fondo.
– Sobre el formato de la oferta, se especula al menos con dos opciones: una con extensión de plazos por 9 años para el plazo del capital (sin quita nominal) y una reducción del 15% en los cupones de intereses, y tres o cuatro años de gracia. Otra posibilidad es 4 años de extensión del plazo del capital (incluyendo una quita del 15% en el capital) más un adelanto de una parte de los intereses de los próximos tres años (35 al 40%) a cambio de no pagar intereses por al menos tres años. En esa opción entrarían los dólares que aportaría como “endulzante” el FMI.
– Si este aporte del FMI se concreta, los bonistas lo interpretarían también como el respaldo global del Fondo a la negociación y ayudaría a acercar posiciones con la Argentina.
– También se discute si todos los bonos emitidos bajo ley extranjera entrarán en la reestructuración. Hay chances de que los bonos del canje 2005 (Discount y Par) queden afuera de la reestructuración porque de hecho son papeles emitidos a largo plazo. El Discount vence en 2033 y el Par en 2038. No se descarta, por el mismo motivo, que el bono a 100 años (emisión cerca a los 3.000 millones de dólares, que vence en junio de 2117) quede a salvo de la reestructuración.
-Las reuniones que regularmente hacen los bonistas en el ámbito del EMTA (Emerging Markets Traders Association) llegaron a la conclusión de que los bonistas no aceptarán ofertas que perjudiquen los balances de los fondos por su responsabilidad fiduciaria (operan dinero de otros clientes, que lo entregaron bajo ciertas condiciones) pero tampoco abrirles el juego -por la intransigencia- a los denominados fondos buitre, que podrían bloquear acuerdos para apostar a la vía judicial.
Sobre este punto, surgió en estas horas el rumor de que el fondo Fidelity -que bloqueó el reperfilamiento que ofreció la provincia de Buenos Aires- incrementó su patrimonio en bonos nacionales.
-Los bonistas se hicieron su propio escenario político-económico en el que llegaron a la conclusión de que la posición del presidente Alberto Fernández quiere hacer todo lo posible para evitar la cesación de pagos. Aunque no están convencidos de que esta se la posición de la vicepresidente Cristina Fernández de Kirchner y el ala cristinista del gobierno, nacional de y la Provincia de Buenos Aires.
– Causó cierta sorpresa la selección de los bancos colocadores, sobre todo el Bank of America, porque el mercado daba por seguro que el Citibank estaría entre los elegidos. No se descarta que haya operado sobre el Citi un veto de Cristina Kirchner, luego de revisar la lista de los principales colocadores de deuda argentina durante el gobierno de Mauricio Macri. Esa lista era liderada por el Citi. De todas maneras, no se descarta que el Bank of America opte por subcontratar otros bancos internacionales para que lo ayuden a avanzar con la operación argentina. La crisis del coronavirus se coló en este proceso. Algunos inversores suspendieron viajes a Buenos Aires que tenían agendados para esta semana.