Hace unos días, el exsecretario de Finanzas, Guillermo Nielsen, salió a proponer una devaluación del 40% y un dólar a $22 y abrió las aguas. Con los días ese debate pareció dar paso a un mayor número de proyecciones que incorporan una velocidad distinta para la depreciación del peso.
El dato es que en un contexto de atraso cambiario, las últimas decisiones del Gobierno dejan constancia de algunos intentos por ponerle un piso al tipo de cambio: la medida que habilita a los exportadores a conservar los dólares por 10 años sin liquidarlos en el mercado local; la ampliación en la cantidad de dólares que pueden acumular los bancos y la decisión del Central de salir a recomponer reservas, son sólo algunas de las últimas semanas. Ayer, el dólar cerró en la zona de $15,89.
Ahora un informe del equipo de research del BBVA sostiene que «se espera mayor ritmo de depreciación en el segundo semestre de año», al tiempo que señala que la economía continuó creciendo en el primer trimestre de 2017 «en línea con la previsión del 2,8%» mientras que la inflación se aleja de la meta del BCRA y, según los analistas, llegará al 19,5% anual en la medición del INDEC impulsada por tarifas y una inflación núcleo que no cede.
En este sentido, en el BBVA Francés separan lo que acontece en el corto plazo de las proyecciones de depreciación hacia fin de año: «El tipo de cambio mantendrá tendencia a apreciarse en términos reales impulsado por la entrada de capitales del sector externo», sostienen, y «esta apreciación es sostenible a corto plazo porque la Argentina redujo notablemente el costo de capital y los impuestos a las exportaciones», concluyeron. A la vez, dejaron en claro que «hay liquidez global para financiar el déficit doméstico por lo que el país se mantendrá atractivo para el ingreso de capitales en tanto la actividad económica se siga recuperando y el Gobierno mantenga su objetivo de reducción del déficit fiscal».
Expectativas
Por ejemplo, el consenso de economistas que forman parte del Relevamiento de Expectativas Monetarias del Banco Central cree que a fin de año el dólar costará $17,6. De cumplirse esta previsión, la divisa debería devaluarse por encima del 12% de aquí a diciembre, lo que claramente se ubica en contraste con la magra evolución de la divisa. Según esos mismos cálculos, la divisa rondará los $18,3 dentro de un año. «Es probable que se rompa el estancamiento porque en la segunda parte del año ya no estará tan presente el efecto soja y tampoco se esperan grandes emisiones de deuda», sostuvieron.
Sin embargo, lanza un interrogante central: ¿por cuánto tiempo se podrá mantener la cotización del dólar en los niveles actuales? Desde el arranque de 2016 la inflación y lo estancado del precio del dólar se «comieron» el efecto de competitividad cambiaria que generó en su momento la fuerte devaluación de diciembre de 2015. En rigor, el tipo de cambio real volvió a los niveles previos al levantamiento del cepo cambiario. Un informe del Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE) de la Universidad de Belgrano da cuenta de que la inflación acumulada se devoró la devaluación de casi el 40%, llevada a cabo en diciembre de 2015, y que el atraso cambiario acumulaba en abril un 30%.
Desde la eliminación del «cepo» a mediados de 2016, el dólar mayorista aumentó un 58,1% en el mercado, de 9,8275 a 15,50 pesos. En el mismo período, la inflación acumulada fue de poco más del 59% según la Dirección de Estadísticas de la Ciudad.