La cifra representa cerca de USD 2.500 millones al tipo de cambio oficial, equivalentes al 5% del PBI. Advierten por el efecto inflacionario y la presión alcista sobre el dólar.
La salida de fondos privados que estaban colocados en bonos del Tesoro en pesos obligó hace dos semanas a la intervención de organismos públicos, que salieron al rescate de estos títulos, principalmente ajustados por CER, con fuertes órdenes de compra que amortiguaron el desplome de los precios y redujeron las tasas, antes de la licitación de bonos por un monto menor ($11.000 millones) el pasado martes 14.
La preocupación oficial es mayor, debido a la necesidad de renovar los vencimientos a un ritmo del 120%, para cumplir con las metas establecidas en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Una prueba clave será la del el 28 de junio, cuando el ministro de Economía, Martín Guzmán, tendrá que llevar adelante una nueva licitación que en este caso necesita refinanciar vencimientos por $595.000 millones.
Lucas Yatche, Head of Strategy and Investments de Liebre Capital, precisó que “las últimas ruedas los bonos en pesos recuperaron la calma con las liquidaciones de títulos que pasaron hacerse en menor medida. La caída de los activos se justifica entre otros factores por el empeoramiento de las perspectivas macro tras el incremento del déficit fiscal y la acumulación negativa de reservas, a lo que se le suma la menor capacidad de estirar los plazos de vencimientos y algunos factores de momento como la necesidad de liquidez de las empresas para pagar impuestos y aguinaldos”.
“Hacia adelante, sobra incertidumbre sobre la disposición del mercado a renovar vencimientos. Los mismos en lo que queda del año son algo menos que 4 billones, mientras que el próximo 30 de junio vencen $600.00 millones, con el pago de la Lecer X30J2 de $340.000 millones y la Lede S30J2 por $220.000 millones. Tras la reciente suba de tasas, los inversores esperan señales fiscales para recuperar la confianza. Por su parte julio y agosto serán más tranquilos con vencimientos de $530.000 millones y $470.000 millones, respectivamente, mientras que el plato fuerte será en septiembre con pagos en torno a los $1.200.000 millones”, continuó Lucas Yatche.
Un fracaso por parte de la Secretaria de Finanzas en esa operación puede forzar a Guzmán a pedirle al Banco Central más emisión monetaria que le ayude a compensar el dinero faltante y, además, liberaría una enorme liquidez en el mercado que puede terminar presionando a los dólares paralelos. Por este motivo, el Gobierno salió al rescate de los bonos en pesos, con el Banco Central a la cabeza, para detener el “sell off” y garantizar el mejor desempeño de las próximas licitaciones.
Los analistas señalan que la una salida de fondos colocados en bonos del Tesoro como la de junio no se observaba desde las PASO de 2019
Pero la intervención es altamente costosa. La consultora 1816 publicó un informe en el que estiman que la impresión de pesos del Banco Central para darle salida a tenedores de deuda en pesos y frenar la caída de los bonos CER rondó los 300.000 millones de pesos.
Para darle dimensión a esa emisión de dinero, hay que señalar que equivale, a un tipo de cambio mayorista cercano a $123, a unos USD 2.439 millones, cerca del 5% del PBI. Y con una Base Monetaria en torno a los $3,93 billones, representa una expansión de la cantidad de dinero en la economía de un 7,6% que puede agregarle presión a la inflación.
Los expertos del Grupo IEB (Invertir en Bolsa) señalaron que “finalmente el peligroso juego del carry en pesos fue castigado”, con un”severo ajuste provocado por agentes que redujeron su exposición a deuda del Tesoro. Este brusco movimiento fue contenido por una intervención del BCRA que buscó reducir incertidumbre de cara a las licitaciones”.
Estiman que el BCRA rescató bonos públicos por unos $300.000 millones, una cifra cercana al 5% del PBI y al 7,6% de la Base Monetaria
“La poca capacidad de alargar duración por parte del Tesoro y a su vez la clara huida de flujos en los Fondos Comunes de Inversión estas últimas semanas generan incertidumbre sobre el roll over de las próximas licitaciones”, apuntaron desde el Grupo IEB.
No obstante, el impacto de la gran masa de pesos que desembolsó el Central se hizo sentir en lo inmediato en la escalada de 14% en el precio de los dólares que se negocian en la Bolsa a través de activos financieros. El “contado con liquidación” saltó a un récord histórico de 242,24 pesos.
“La industria en general se vio afectada tanto por el lado de los flujos, como de la rentabilidad. Marcando así fuertes salidas diarias que no veíamos desde las PASO del 2019. La posición, de hecho, fue similar a ese momento: los inversores se refugiaron, ya sea en instrumentos sin riesgo de mercado -con los fondos de liquidez inmediata- a costas de perder contra la inflación, o en moneda extranjera -para aquellos sin restricciones para acceder al mercado de bonos-”, indicaron desde Portfolio Personal Inversiones.
Los analistas de Invecq Consultora Económica aportaron que “luego de dos semanas agitadas en el plano financiero tanto local como internacional, el equipo económico del Gobierno lanzó una serie de medidas con el objetivo de restablecer la calma. Pero lamentablemente estas respuestas llegan tarde, una vez que el dólar ya subió más de un 10% en menos de diez días, los bonos soberanos se hundieron hasta alcanzar paridades del 25% (en dólares), el riesgo país trepó hasta los 2.125 puntos básicos, y huyeron de los Fondos Comunes de Inversión de renta fija en moneda local unos 237.700 millones de pesos”.
Paula Gándara, CIO de AdCap Asset Management, “la salida de los fondos provocó una suba considerable en la curva de rendimientos de los bonos CER. Según operadores organismos estatales estuvieron comprando en el mercado secundario a los efectos de sumar soporte a éstos bonos, quienes registraron pérdidas en promedio de -10% en lo que va de junio”. Y acotó: ”Esperamos que continue la normalización de los flujos que también repercutirá favorablemente en la dinámica de los precios de curva de bonos CER. Si bien consideramos que los instrumentos que ajustan por inflación continúan siendo nuestra clase favorita de activo, recomendamos posiciones defensivas ante el entorno de volatilidad”.