Con la inflación actual, pareciera no haber mejor negocio que endeudarse en pesos a tasa fija. Basta mirar la nueva canasta de productos “cuidados” por el gobierno y compararla con la anterior, de los 500 productos congelados en la era de Guillermo Moreno, que había salido hace tan sólo seis meses. Sólo tres ejemplos: por entonces, el paquete de galletitas de agua de 110 gramos valía $ 1,10, ahora cuesta $ 4,40. La harina triple 0 de Molino Cañuelas se conseguía a $ 2,65, contra $ 6,35 de hoy. El kilo de azúcar Domino valía $ 2,77: ahora $ 6, si uno tiene la suerte de encontrar estos productos en la góndola.
Esta suba de precios constante cuando uno concurre con el changuito a hacer las compras en el supermercado demuestra a las claras por qué resulta un buen negocio endeudarse, máxime si se toma en cuenta que la tasa nominal anual sólo creció del 34,3% hace doce meses a 38,6% en la actualidad.
De hecho, el stock de préstamos personales casi se duplicó en los últimos dos años. De $ 58.100 millones a fines del 2011 pasó a $ 75.000 millones a fines del 2012 y a $ 98.000 millones al 20 de diciembre pasado, según el Banco Central.
Andrés Méndez, director de AMF Economía, confirma que, si se acelera la inflación, conviene endeudarse: “"La gente los usa para hacer reformas en su casa, irse de viaje o cambiar el auto, para no tener que sacar un prendario y verse obligado a prendar el vehículo, aunque estos créditos sean un tanto más caros. La economía va mejorando, entonces la mayoría no tiene miedo a perder su empleo y va hacia adelante con este tipo de préstamos”".
A su entender, existe siempre una puja entre las tarjetas y los personales, aunque las tarjetas son más restrictivas, al tener un tope de gastos, en cambio los personales dan mayor margen y oxígeno para salir adelante cuando se necesita un extra para llegar cómodo a fin de mes.
“El crecimiento está en línea con lo que expandió los saldos de tarjetas de crédito, lo que es razonable y esperado", señala Alejandro Banzas, economista jefe de Reporte Económico.
Además, aquellos empleados de grandes compañías con varios años de antigüedad tienen mejores tasas al tener un plan sueldo, que son más bajas que el promedio.
"Estamos otorgando créditos personales por un monto promedio de $ 30.000. Lo importante es que la cuota no supere el 30% del ingreso del individuo. Como la cuota se prorratea a lo largo del tiempo, si es a cinco años te darán más que si es a 24 meses, aunque el plazo promedio es de cuatro años y medio, cuando tomamos depósitos a plazo fijo por 30 días. Dentro de este esquema, debemos cubrirnos del riesgo de suba de tasa en el mediano plazo y de la liquidez dentro del sistema financiero, que puede cambiar si te retiran depósitos, ya que las dos fuentes de fondeo son los plazos fijos y las cuentas a la vista”, advierte el directivo de un banco de primera línea.