Luego de un fin de año sin mejoras en las proyecciones y con todos los activos bastante castigados, se presenta el desafío de diseñar un portafolio que sobreviva al ruido político local y a la volatilidad de los mercados externos
Cambió el año, pero las expectativas se mantuvieron. Después de doce meses de total turbulencia en el mercado local, resulta muy difícil para los inversores programar una cartera que resulte efectiva para el período que comienza. No sólo asusta el posible ruido electoral, sino que la volatilidad de los mercados centrales aporta su dosis de ruido para hacer de lo más intrépidos de los inversores uno un poco más conservador.
Cautela y flexibilidad
Los analistas consultados por El Cronista coinciden: las carteras conservadoras serán la «moda» en el mercado local. Especialmente, recomiendan títulos dolarizados de muy corto plazo.
«Un escenario doméstico tan polarizado como el que se plantea en el corto plazo, sin tendencia clara, cambia las reglas del juego e invita a los inversores a ser más precavidos. Por lo tanto, la receta para transitar el 2019 debería contar con grandes dosis de los siguientes componentes: moneda dura, renta fija y corta duration», afirmó Nery Persichini, de GMA Capital.
El consejo es no extender los vencimientos fuera del mandato de Mauricio Macri, para evitar cualquier ruido que pueda generar el recambio político. » Lo que hay que buscar es instrumentos bien cortos, con un vencimiento no más allá del 2019, de forma tal que la volatilidad sea muy baja», dijo Lucas Gardiner, de Portfolio Personal Inversiones, que detalló «Dentro de esas opciones están lo que son las Letes en dólares, el bono DUAL, que también es en dólares, o lo que son las Lecap que son las letras del tesoro en pesos que vienen a reemplazar las Lebac».
¿Pesos o dólares?
El que se quema con leche, ve una vaca y llora. Después de la tremenda devaluación del peso en 2018, el sentido común indicaría a los inversores más conservadores dolarizar sus inversiones. Pero en este punto, las opiniones de los especialistas están divididas.
«La composición en moneda entonces sería un 80% en dólares y un 20% aprovechando las tasas en pesos que aún se mantienen en elevados niveles», dijo Diego Demarchi gerente de Wealth Management de Balanz.
La proporción baja al 60% en el menú propuesto por Consultatio. «Recomendamos posicionarse defensivamente, con un 60% del portafolio dolarizado a través de fondos de baja duración que inviertan en instrumentos cortos denominados en dólares con el Global 2019, Letes y Dual 2019 como ejemplo», señaló Ezequiel Cohn, Co-Head Portfolio Manager de la compañía.
Una mirada distinta aportó Marcelo Otermin, responsable de inversiones de ICBC Investments: «Creo que cada inversor debe considerar seriamente ahorrar en la moneda con la que hace la mayor parte de su consumo. Los segmentos de renta baja y mediana principalmente consumen en pesos, en ese caso es factible arrancar el año con el 70% invertido en instrumentos en moneda local y el resto en dólares, para aprovechar la tasa de interés real en pesos que durante los primeros meses del año va a ser positiva», dijo y reconoció: «A medida que la situación lo amerite se pueden comenzar a invertir las proporciones tranquilamente».
Un voto de confianza
Tanto la deuda como los activos de renta variables argentinos fueron duramente castigados el año pasado. A la hora de programar un portafolio a prueba de balas en 2019 la pregunta es cuál de ellos preferir y en qué proporción. Las opiniones en este punto también están divididas.
«La mayoría de los mercados de acciones cerraron un año con tendencia negativa, incluido Estados Unidos. Estamos finalizando un ciclo económico de bonanza para las bolsas muy prolongado tras la crisis de 2008 -2009 y no sería raro ver correcciones de 50% en dólares en varios papeles. En ese sentido, no me parece lo más recomendable este año», dijo Otermin que encarnó la punta más escéptica de los consultados por El Cronista.
«Con un Merval que cayó más de 50% en dólares en 2018, los múltiplos de las empresas argentinas fueron recortados. Con la mirada puesta en el mediano plazo, hasta un 10% de la cartera podría destinarse a acciones, principalmente las ligadas a la energía, el petróleo y el sector bancario», aconsejó Persichini.
Eso sí, las acciones aparecen como un lujito para los más osados. En Balanz, por ejemplo, no las recomiendan en perfiles conservadores. «Para aquellos clientes más agresivos y que pueden convivir con volatilidad vemos atractivo el sector energético Argentino, pudiendo acceder a través del fondo acciones argentinas o invirtiendo en algunas empresas. La acción de la empresa TGS está en el centro de lo que es el desarrollo de Vaca Muerta en todo lo que es el transporte que se va a producir en el área y con gran potencial, si llega el financiamiento internacional para ese proyecto», dijo Demarchi.
En tanto, Gardiner tuvo una posición más optimista respecto del futuro de la bolsa local. «Bajo el supuesto de que Argentina se va acomodando lentamente y se va volviendo un país más previsible, me parece que las acciones tienen mucho por recorrer y pueden ser un instrumento con una ganancia interesante. Desde nuestra visión, los sectores más atractivos hoy son los bancos y el sector energéticos», afirmó.