Las operaciones llamadas de «carry trade» pueden no ser atractivas para el corto plazo si momentáneamente se acelera el ritmo de devaluación; qué tener en cuenta para inversiones con mayor margen de tiempo
La aceleración del ritmo de devaluación en las últimas semanas, producto de una nueva crisis política en Brasil, derivó en un debate sobre el atractivo o no de las estrategias de «carry trade». Estas operaciones consisten básicamente en vender dólares y colocarlos en activos en pesos por un período de tiempo, para luego recomprar los dólares dando por resultado una tasa en dólares determinada. Aprovechando, en consecuencia, los diferenciales de tasas entre distintas monedas. Incluso estas operaciones pueden ser con cobertura de riesgo cambiario, o sin ella.
En la Argentina, tasas altas en pesos -para contener la inflación- y cierta estabilidad en el tipo de cambio (o incluso mejor aún, la presión a una apreciación) fue lógicamente el «combustible» para que estas estrategias se popularizaran en los últimos meses.
Ahora bien, el salto reciente en el valor de la divisa puso a prueba la efectividad de estas estrategias, cuando son de corto plazo. El BCRA3500, tomado como referencia, saltó en sólo 6 ruedas poco más del 2,6%, con una volatilidad que prácticamente se duplicó desde el promedio que presentaba en el año, aun cuando las tasas de las letras en pesos subieron (por arriba del 25% anual).
En concreto, lo que se reflejó es la sensibilidad de estas operaciones a los shocks, sin importar si son internos o externos, que afecten el ritmo de depreciación de la moneda. De hecho, si uno hace un ejercicio en donde se calcule el rendimiento mensual en dólares de estas operaciones (sin cobertura), el impacto de estos eventos es más que claro. Puntualmente, los meses en los que se obtuvo un resultado negativo coinciden con el estallido del Brexit en junio del 2016, el triunfo de Trump en las elecciones americanas en noviembre, y lógicamente, ahora con el escándalo de Temer en Brasil.
La pregunta es si esto basta para invalidar estas estrategias de mediano o largo plazo. La respuesta es que no.
Por un lado, porque el ritmo de depreciación debería caer salvo sorpresas, algo altamente probable en una coyuntura donde factores técnicos y fundamentales siguen jugando a favor de la oferta dentro del mercado cambiario- y el billete se estabiliza. Por otro lado, creemos que la ventana de tasas altas en pesos (y positivas en términos reales) se mantendrá por un tiempo más.
Incluso la realidad, es que el salto observado en el billete recientemente, no invalidó el atractivo que tuvo esta estrategia para aquellos que la eligieron hace más tiempo que sólo unas semanas atrás.
En este caso, un ejercicio simple pero claro, es calcular el rendimiento directo que obtuvo quien en marzo del 2016 tenía 10.000 dólares y optó por algunas de estas dos alternativas: colocarlos en pesos en letras e ir renovándolas, o hacer lo mismo pero con Letes en dólares. Obviamente, el riesgo es diferente y se sabe, pero no hay dudas de que el que lo asumió, hoy está contento. ¿La razón? El inversor que fue a letras en pesos tuvo un retorno directo del 43% en dólares, y el de Letes del orden del 3.5% en estos poco menos de 15 meses.
A futuro, una posibilidad para estimar el rendimiento de esta operación es tomar en cuenta las proyecciones del dólar y tasas para los próximos meses. Obviamente, sean cuales sean los supuestos el número puede cambiar, pero en principio la rentabilidad mensual en dólares proyectada podría ser de entre 0,5 y 1.5%. No es baja comparada con otras alternativas, pero vale tener en cuenta que tampoco está asegurada. Incluso, si lo que miramos es el corto plazo, no descartamos cierta cautela, particularmente teniendo en cuenta la sensibilidad a shocks posibles, como la mayor volatilidad que posiblemente llegará de cara a las elecciones legislativas del segundo semestre.
En conclusión, es real que el saltó en el tipo de cambio ante la crisis política de Brasil y eso dejó nuevamente al descubierto el riesgo que conllevan las estrategias de carry trade de corto plazo Esto específicamente por su fuerte sensibilidad a shock externos o internos, que lógicamente no se pueden anticipar ex ante. Pero todo esto no invalida quizás el atractivo de esta modalidad de inversión para el mediano y el largo plazo.