Hay distintas visiones en el Gobierno sobre cómo atender el déficit del sector, que superará los u$s 8.000 millones este año. La más extrema es el desdoblamiento
El Gobierno estudia distintas alternativas para frenar el creciente drenaje de dólares del turismo, que superaría este año los u$s 8.000 millones y hasta superaría al rojo energético, según informes privados. Los funcionarios de las áreas económicas del Ejecutivo manejan distintas alternativas. La más radical es la del desdoblamiento cambiario, resistida por parte de los funcionarios que pujan por la toma de decisiones.
Ayer por la mañana, horas después de la derrota electoral que sufrió el Frente para la Victoria en las provincias más pobladas del país, el ministro de Economía, Hernán Lorenzino, y la presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont, repasaron en una reunión distintos temas de la agenda económica. El rojo del turismo estuvo al tope de las preocupaciones, indicaron fuentes oficiales. Otras fuentes del Gobierno, agregaron que ninguna medidas se tomará sin el aval de Cristina, que cumple con su reposo médico. “No estamos planteando ninguna modificación” en la política cambiaria, dijo Marcó del Pont el domingo en el búnker del oficialismo.
Lorenzino y Marcó del Pont actúan en tándem para frenar a los otros dos grandes “consejeros económicos” de la presidenta Cristina Fernández, los secretarios de Comercio Interior, Guillermo Moreno, y de Política Económica, Axel Kicillof. Este último es partidario de desdoblar el tipo de cambio para el turismo, algo que el ministro y la titular del BCRA rechazan.
El desdoblamiento tiene una doble lógica. Por un lado, encarecería las divisas a los argentinos que quieran viajar al exterior. Por el otro, atraería de nuevo a las ventanillas legales de las casas de cambio a los turistas extranjeros que hoy cambian sus divisas en el mercado paralelo.
Pero choca contra las intenciones de Lorenzino y Marcó del Pont de regularizar las relaciones con la comunidad financiera internacional para bajar la tasa de interés que le exigen al país y volver a colocar deuda en el exterior. Como informó este diario el viernes, la dupla considera que la Argentina debe refinanciar sus vencimientos de deuda de los próximos dos años en el mercado para evitar profundizar el debilitamiento de las reservas del Central. Las reservas cayeron ayer u$s 314 millones hasta los u$s 33.714, el nivel más bajo en seis años.
El desdoblamiento es rechazado por el FMI y sería un paso atrás luego de los gestos hacia el Banco Mundial y el Fondo, como el pago de arbitrajes en contra en el Ciadi. Esa fue la última directiva que dio la Presidenta a Lorenzino poco antes de tomar su licencia médica. Kicillof se opone al regreso a los mercados y cuenta con un gran aliado: el secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini.
En esa interna, Moreno juega con el secretario de Política Económica. Su “road show” por los distintos sectores empresarios (cerealeras, bancos, automotrices, mineras y supermercadistas) para que suscriban Baades contiene la posibilidad de negociar esos bonos en el mercado secundario a un tipo de cambio distinto al oficial y cercano al “contado con liqui”. Eso significaría, en la práctica, desdoblar. Según Moreno, quienes suscriban Baades podrán venderlos en pesos y así ingresar divisas no a $ 5,87, sino a un precio sustancialmente mayor.
En este contexto, la forma en que se cierre el grifo del dólar para turismo plantea varios problemas. El principal es el de las expectativas de la clase media. Analistas privados coinciden en esperar una suba en las retenciones a cuenta del pago de impuestos en las compras con tarjeta de crédito en divisas, actualmente en 20%. Los operadores turísticos especulan con una medida inminente y así se lo hicieron saber a sus clientes. Con esa amenaza también apuran la venta del paquete turístico para el verano.