En el reducido mercado bursátil argentino, con muy poco dinero, pueden moverse las cotizaciones hacia arriba o abajo con mucha rapidez
El cada vez más verosímil rumor de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional hizo que los bonos argentinos volvieron a anotar subas importantes de más de 1,50% por segunda rueda consecutiva. El escenario optimista, hizo bajar el riesgo país 23 unidades (-1,56%) a 1.549 puntos básicos. En tres ruedas, el riesgo retrocedió 50 puntos (-3,12%) después de haber sobrepasado el techo de 1.600 puntos básicos.
Los títulos de la deuda abrieron el día con fuertes subas que las mantuvieron hasta el final. Luego, aparecieron los avances de las acciones, la mejora de Brasil -que derramó una parte de los dólares que vinieron para la región hacia la Argentina- y la baja del dólar por segunda rueda consecutiva frente a las seis principales monedas del mundo. Todos estos elementos se conjuraron a favor de los mercados. Atención que estos ingredientes ayudaron en la rueda de ayer, pero en otras oportunidades no tuvieron influencia. La diferencia fue que esta vez lo hicieron en medio del rumor de un arreglo con el FMI. No hay que dejar de lado que el mercado argentino es muy reducido y con poco dinero se mueven las cotizaciones hacia arriba o abajo.
Por eso, la euforia no se agotó en la suba de los bonos, sino en la Bolsa y los ADR’s -certificados de tenencias de acciones que cotizan en las Bolsas de Nueva York- donde los inversores asumieron nuevos riesgos ante las mejores perspectivas de los mercados.
En la Bolsa de Buenos Aires los negocios duplicaron el volumen de las ruedas anteriores al sumar $ 1.790 millones. El S&P Merval, el índice de las acciones líderes, creció nada menos que 3,33%. No solo batió el récord, sino que terminó en el máximo de la rueda.
Las alzas más importantes fueron las de las empresas de servicios públicos y bancos. Es lógico que suceda en estos sectores, porque la suba de los bonos y acciones mejora los balances de las entidades y el ajuste de tarifas, se descuenta que estará incluido en el nuevo acuerdo con el FMI. Edenor aumentó 8,97%; Transener, 7,77% y Galicia, 6,95%.
Los ADR’s, si bien tuvieron importantes alzas, no crecieron en negocios porque se les cayó un sector importante de la demanda que hacía operaciones de contado con liquidación. Por eso operaron $ 1.992 millones, casi lo mismo que se operó en acciones. Más allá del volumen, el tablero estuvo verde y los certificados que sobresalieron fueron los de Edenor (+10,65%), Banco Macro (+9,21%) y BBVA (+9,08%).
Los dólares financieros siguieron débiles. En el mercado oficial, el contado con liquidación no padeció la intervención del Central y se negociaron poco más de USD 500.000. Aquí la divisa aumentó $ 1,83 a $ 169,38 pero sigue sin poder superar al MEP que mantuvo su precio y cerró en $ 169,48 pero con una intervención de alrededor de USD 11 millones del Banco Central utilizando el AL30D. Que el cable tenga un precio negativo, significa que el dólar fuga no existe en este mercado.
En el Senebi, donde los operadores negocian cara a cara con sus clientes y los precios no se publican en las pantallas, el contado con liquidación perdió $ 1 a $ 175 y el MEP subió $ 1 a $ 171.
El “blue” quedó inamovible, con pocas operaciones, en $ 182 En la plaza mayorista con elevados negocios por $ 491 millones, el dólar subió 5 centavos a $ 97,46. El Banco Central, ante la demanda de importadores, solo pudo comprar USD 10 millones que le sirvieron, junto a la suba del euro, la libra esterlina y el oro, para aumentar las reservas en 11 millones a USD 46.317 millones.
En el dólar el Gobierno debería ser cauto porque el mercado de futuros le está mostrando que cree que no habrá devaluación solo en el corto plazo. A partir de fines de noviembre, la creencia cambia y los precios comienzan a endurecerse. Para fin de año en el mercado de futuros el dólar comercial cotizó a $ 111,20, -60 centavos menos que el día anterior- contra $ 102,50 que fijó el Gobierno en su política de anclaje.