La teoría del mercado dice que una mala noticia nunca es techo y una buena noticia nunca es piso. Entrar a emergentes hubiese generado proyecciones aún más bajistas
La decisión de MSCI de no incluir a Argentina en emergentes y dejarlo en revisión, permaneciendo en categoría de frontera generó un importante ajuste en las acciones y en bonos así como un salto en el tipo de cambio. El escenario invita, en principio, a replantearse expectativas. Pero en realidad se mantienen intactas, aunque en el corto plazo las proyecciones sean difíciles de determinar, sobre todo con el riesgo electoral y sin un contexto de crecimiento económico robusto. Pero lo cierto es que el hecho de no haber sido incluido en emergentes es una mala noticia para Argentina pero muy buena para el mercado financiero.
El lector se preguntará por qué: sencillamente porque los mercados alcistas no finalizan con malas noticias. Los mercados se mueven en un péndulo que va del optimismo al pesimismo, de la euforia a la depresión de manera cíclica y ciclotímica. Los grandes pisos de mercado suelen coincidir con contextos de mucho pesimismo, crisis económica, conflictos sociales, manifestaciones en las calles, baja popularidad de los gobernantes y proyecciones negativas de instituciones financieras de renombre sobre el futuro de la economía y del país en su conjunto. En esos momentos, cuanto más se satura el mercado con malas noticias y pesimismo, más probabilidades hay de que el mercado castigue consensos e inicie un ciclo alcista positivo, generando un cambio de expectativas hacia adelante.
En contraposición, los techos de mercado se dan en un contexto de euforia y optimismo sobre la marcha de la economía, con mejoras a nivel social, apoyo indiscutido de la sociedad hacia los gobernantes y opiniones optimistas sobre el futuro del país. Allí, el mercado nuevamente castiga consensos y las acciones inician un proceso de ajuste, dando a entender que el ciclo se agotó y que ya todo el optimismo está incluido en los precios, dando espacio a un proceso de reconstrucción del modelo económico y político.
Este tipo de operatoria se deriva de la teoría de opinión en contrario, muy aplicada por Warren Buffett, quien decía «me pongo codicioso cuando todos están temerosos y me pongo temeroso cuando todos están codiciosos». La conclusión a la que se puede llegar es: si los techos se dan con un cúmulo de buenas noticias tanto en cantidad como en optimismo y los pisos se dan con uno de malas noticias, tanto en cantidad como en pesimismo, entonces una mala noticia nunca es techo y una buena noticia nunca es piso.
Por eso es que esta noticia alarga la vida al bull-market argentino porque no deberíamos esperar el fin del ciclo alcista con la no inclusión a emergentes. Todo lo contrario, el hecho de haber sido efectivamente incluidos en emergentes hubiese generado proyecciones aún más bajistas hacia adelante ya que el mercado podría haber alcanzado un techo con la noticia de confirmación. Y la estrategia de «comprar con el rumor y vender con la noticia» podría derivar en algo más importante que simplemente una toma de ganancias.
Sin dudas que cuando lo que espera el mercado no queda finalmente concretado en la realidad, se da un shock que genera fuertes ajustes en el mercado y eso mismo es lo que ocurrió. Pero hablando del largo plazo, el hecho de que el ajuste se haya disparado a partir de una mala noticia cambia radicalmente las proyecciones hacia adelante y el ajuste actual puede ser profundo pero será una oportunidad de compra para que luego la tendencia alcista de fondo sea retomada.
Los mercados suelen tener tres períodos dentro de ciclos de largo plazo. Uno de valor, seguido por un ciclo de expectativa y uno de confianza. Es sabido que ya no estamos en el momento de valor y es probable que el ciclo de expectativa esté próximo a terminarse (si no es que ya terminó) y que un eventual ajuste nos permita hacer la transición de pasar a un ciclo de confianza, en donde las expectativas de mercado queden finalmente plasmadas en la economía real.
Allí probablemente seremos emergentes. Nos esperan meses de volatilidad pero aún es prematuro pensar en un piso de mercado.