MSCI evaluará si asciende al país a “mercado emergente” entre octubre y febrero. Se lo dijeron bancos internacionales al Gobierno. El macrismo deberá demostrar que podrá avanzar en el Congreso con reformas impositivas, laborales y previsionales, además de las variables macro.
El Gobierno ya sabe que la definición sobre si finalmente el país es ascendido de «mercado fronterizo» a «emergente» comenzará a estudiarse en octubre, y se confirmará cerca de febrero. Y que lo que se tomará en cuenta desde el Morgan Stanley Capital International (MSCI), la agencia que está a cargo de la calificación, no será el resultado de las elecciones, sino la capacidad de la gestión de Mauricio Macri de impulsar reformas estructurales en la economía argentina. Algo que, obviamente, también dependerá del resultado de las elecciones legislativas de octubre y de la capacidad negociadora del Gobierno con el resto de las fuerzas políticas con representación parlamentaria. Los analistas descartan que en esta alternativa se sume el kirchnerismo.
La novedad sobre la posible recalificación del país surgió en diálogos directos que la semana pasada se produjeron entre representantes del gabinete económico y referentes del mercado financiero argentino, los que a su vez obtuvieron la noticia desde el exterior. La inquietud de los bancos locales era por saber cómo preparar sus carteras ante la posibilidad de presupuestar (o no) la alternativa de abrir sus carteras a los potenciales fondos de inversiones que eventualmente estén habilitados a apostar por la Argentina si el país es calificado como mercado emergente. La respuesta obtenida es que se deberá esperar bastante aún para obtener respuestas. Éstas incluso podrían llegar aún más allá de febrero o marzo del año próximo si desde el Congreso nacional no hay noticias positivas sobre la posibilidad de discutir reformas estructurales serias. Entre éstas se enumeran la impositiva, la previsional, la laboral y el panorama tarifario y de servicios públicos. Estos «requisitos» se suman a los capítulos que habitualmente analiza el MSCI para emitir sus informes: la capacidad real del Gobierno de lograr una disminución del déficit fiscal y de la inflación y el crecimiento sostenido de la economía en un ritmo no menor al 3%.
El MSCI había anunciado el 20 de junio que mantendría en la lista de revisión para una potencial reclasificación al estatus de ‘mercado emergente’ como parte de la Revisión Anual de Clasificación de Mercados en 2018; lo que, en teoría, se concretaría en febrero. En el informe emitido ese día, la calificadora había destacado como puntos favorables de la economía en los últimos años que «desde diciembre de 2015 el Banco Central de Argentina abolió las restricciones al cambio de divisas y los controles de capitales que habían tenido lugar por varios años. Estos cambios han resultado, entre otras cosas, (1) en un tipo de cambio flotante, (2) la eliminación de reservas de efectivo y límites mensuales de repatriación de efectivo y (3) la abolición del período de inmovilización para inversiones». Sin embargo, mencionó que «a pesar de que el mercado de renta variable de Argentina alcanza la mayoría de los criterios para ser Mercado Emergente, aún debe evaluarse la irreversibilidad de los relativamente recientes cambios», puso reparos la entidad. Así, postergó la resolución en el marco de la Revisión Anual de la Clasificación del Mercado de 2017″.
La decisión había causado sorpresa, tanto en el Gobierno como en el mercado financiero argentino, ya que muchos descartaban que MSCI dejaría de lado la calificación de «frontera» con la que se castigó al país en 2009. En el Gobierno de Mauricio Macri se analizaba que luego de las reformas producidas desde diciembre de 2015 (salida del cepo, solución del conflicto con los fondos buitre, normalización del INDEC, comienzo de la actualización del marco tarifario, reducción de la inflación desde 2017, etc.), habría desde la calificadora algún tipo de guiño hacia el Gobierno, aunque igualmente se hicieran advertencias. Incluso se mencionaba la mejora como un paso importante en la campaña política para demostrar confianza hacia parte del electorado. La negativa de MSCI de mejorar la calificación resultó, en gran parte del gabinete, un baldazo de agua fría.
La mejora en la calificación hubiera implicado la habilitación a fondos internacionales para adquirir activos argentinos, lo cual daría impulso al sistema financiero local. La Argentina había perdido la categoría en 2009, principalmente, a causa de que se pusieran en marcha restricciones a los movimientos de capitales externos.
Para otorgar la categoría a las economías, la banca estadounidense Morgan Stanley analiza factores como la volatilidad, proyecciones de crecimiento, liquidez y apalancamiento financiero, entre otros. MSCI Inc. es un ponderador estadounidense de fondos de capital de inversión, de carteras de emisión de deuda, de indicadores de mercados de valores y de fondos de cobertura, entre otros instrumentos financieros.
Fuente: http://www.ambito.com/892636-exigen-reformas-politicas-para-dejar-de-ser-frontera