Tras un abril con fuertes ventas por el inicio de la cosecha, los sojeros vuelven a retener mercadería. Mejoras en los precios activan operaciones, pero desconfianza gana
Los precios de la soja en Rosario subieron 2,2%, hasta u$s 325 la tonelada, en un arranque de semana en el que los compradores buscaron tentar a los productores a que se desprendan de la mercadería en su poder.
La mejora se dio en sintonía con el repunte que la oleaginosa tuvo en Chicago, donde escaló 1,49%, 8 dólares por tonelada, para ubicarse el contrato julio en u$s 545 la tonelada, ante la renovada demanda y más que ajustados stocks de la soja norteamericana.
La estrategia local ya había funcionado en las dos últimas semanas. Cuando la soja superó los u$s 320 la tonelada, el jueves 8 se concretaron negocios por 150.000 toneladas –el mayor volumen diario en lo que va del año– en la zona de Rosario; mientras el miércoles pasado se operaron 30.000 toneladas a ese nivel de precios para la soja disponible.
Ayer, con precios que llegaron hasta u$s 325 o $ 2620 la tonelada, las operaciones superaron las 80.000, de acuerdo con el relevamiento de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR). El cierre para la soja local se ubicó en u$s 324 la tonelada, un nivel en que los vendedores renovaron su reticencias para liquidar de manera masiva su cosecha.
La mejora de precios se da en momentos en que hay un 10% de atraso interanual en el avance de la cosecha y cuando todos las previsiones, públicas y privadas, dan por seguro que la producción final sojera será superior a las 55,5 millones de toneladas. En otro contexto, sostienen analistas, esa cosecha récord sería o un factor bajista o al menos un limitante más que importante en la escalada de precios.
El analista y presidente del Centro de Corredores de Cereales de Buenos Aires, Javier Buján, consideró que la desconfianza es la gran enemiga del productor a la hora de vender su soja. “Con estos precios, se vende algo más, pero lejos de lo que podría ser”, expuso ante una consulta de El Cronista.
La situación parece repetir lo sucedido durante buena parte de 2013 e inicios de este año, con la devaluación en el medio, cuando la incertidumbre sobre el futuro valor del dólar hizo que los productores retrasaran ventas, incluso de la cosecha que estaba por arrancar. Solo hacia fines de marzo y en abril, las ventas de soja se agilizaron y llevaron a los exportadores a liquidar divisas por montos récord.
Néstor Roulet, ex vicepresidente de Confederaciones Rurales, agregó un dato más a la incertidumbre sobre el futuro de la economía y la búsqueda del sojero de resguardar su valor en porotos. El dirigente cordobés mencionó que los cambios de condiciones de pago que se produjeron en los últimos tiempos “agregaron una nueva distorsión al mercado sojero”.
Según Roulet, la decisión de las traders de dejar de pagar el precio de pizarra en los contratos a fijar (la mercadería se entrega con opción a un precio de un momento determinado) y reemplazarlo por un valor propio derivó en un desaliento adicional para la entrega por parte de la producción.
En ese marco, recalcó que, de acuerdo con datos oficiales, las compras de soja por parte de la exportación y la industria están 12% por debajo de las realizadas para la misma época del año pasado. Por un lado, consideró un factor clave en ese comportamiento el atraso en la cosecha. Pero, recalcó que el cambio de sistema comercial, que dejó de lado el precio de pizarra también pisa fuerte.
“Modificó el resultado final de compras de la industria. La modalidad de precios a fijar con valor propio le restó este año compras a la industria (que procesa la soja para hacer harina y aceites) 3,65 millones de toneladas”, sostuvo Roulet.
Además, el dirigente expuso que si se descuentan las entregas “a fijar”, las compras de soja la industria y la exportación llegaban a 8,6 millones de toneladas al 9 de mayo último, 22% arriba o 1,58 millones de toneladas más que para la misma época del año pasado.