Oxford Economics, con más de 1.500 clientes entre bancos, empresas y fondos de inversión de todo el mundo, se mostró optimista y sorprendido por la estabilidad cambiaria. ¿Subestima a los locales?
Hay una especie de sentimiento bipolar en el mercado. Los extranjeros se están mostrando más optimistas que los locales sobre el devenir de la economía y las finanzas criollas en medio de la puja electoral. No hay duda que en el mercado no impera la célebre frase del Martín Fierro de que “los hermanos sean unidos porque esa es la ley primera”. El trastorno bipolar que se observa entre la hermandad de los inversores locales y extranjeros plantea interrogantes sobre qué están viendo unos y otros. Lo cierto es que en el exterior no paran de ponderar y reconocer cierta sorpresa por la estabilidad cambiaria. Y no es para menos, ya se han acumulado casi doce semanas de calma cambiaria y el BCRA no vendió reservas. Sin embargo, en el plano local parece pesar más la historia en el ánimo inversor.
El imperio de un dólar calmo no implica que se descarten nuevos episodios de turbulencias cambiarias, máxime cuando se ingrese en la temporada alta de encuestas y tras las PASO. Sin duda el humor de los inversores estará ligado al termómetro de los sondeos. Pero más allá de esto hay factores que juegan a favor y otros que no. Días atrás la prestigiosa consultora internacional Oxford Economics (OE) ponderó la performance de la política cambiaria y monetaria (de Argentina) en pos de mantener el peso bajo control. Cabe recordar que OE había alertado sobre el costo, en términos de reservas internacionales, que iba a tener el año electoral. Fue a mediados de mayo pasado cuando señaló que en su “escenario negativo (CFK aumenta su liderazgo en las encuestas y gana la presidencia) el peso se mantenía por encima de la banda superior de $51,45 durante los últimos tres meses de la campaña, lo que obliga al BCRA a quemar unos u$s18.000 millones de sus reservas en vano”. Ahora, convencidos y, sobre todo sorprendidos, por el comportamiento del tipo de cambio y las novedades del panorama preelectoral la consultora, que es un faro para gran parte de las multinacionales, fondos de inversión y bancos que operan a nivel global, difundió un reporte que concluye que los recientes cambios en materia monetaria, incluida la baja de encajes sobre los plazos fijos (para satisfacer una mayor demanda de dinero en julio) tiene como objetivo preservar la estabilidad del mercado cambiario. Para ello, el BCRA limitó su objetivo de base monetaria de agosto a octubre para brindar apoyo al peso frente al aumento de la cantidad de dinero en circulación. Mientras que mantuvo sin cambios el esquema de intervención cambiaria. La consultora considera que “la autoridad monetaria aprendió de sus errores. Incluso recalibrará su objetivo de base monetaria desde agosto al reducirlo a $1,298 billones (3,3% menor que julio) hasta octubre en lugar de aumentarla permanentemente, como lo hizo en diciembre pasado. Al apuntar a un objetivo de base más estricto, el BCRA se asegura de que una mayor cantidad de pesos que circulan en la economía no alimenten una mayor demanda de divisas y genere presiones inflacionarias”. En tal sentido, fueron “las condiciones financieras volátiles a principios de año las que obligaron al BCRA a comprometerse con un objetivo de base cada vez más estricto, como lo demuestra su reciente decisión política”, explica OE que apuesta a que el BCRA mantendrá las tasas de interés lo suficientemente altas como para preservar su postura monetaria contractiva.
Con relación al dólar señaló que “si bien se implementaron ajustes en el esquema monetario, la política cambiaria se mantuvo sin modificaciones ya que el BCRA podría necesitar defender la moneda antes de las elecciones presidenciales”. “La posición del presidente Macri en las últimas encuestas ha seguido mejorando junto con un mayor optimismo sobre la economía, pero la fórmula Fernández-Fernández sigue a la cabeza. Por eso, creemos que el BCRA no ha descartado la posibilidad de otro episodio de volatilidad del tipo de cambio antes de las elecciones, tampoco nosotros, y es posible que desee estar listo para intervenir si vuelve a surgir cierto desorden en el mercado. Sin embargo, un entorno político mejorado significa que ya no es probable que el BCRA se queme una gran cantidad de reservas como habíamos pensado anteriormente”, reconoce la consultora.
Ahora bien, desde el punto de vista de los inversores locales, el peso de la historia explica en gran parte el comportamiento criollo. No hay duda que la demanda de divisas para atesoramiento continuará más o menos firme, e incluso podría acelerarse si las encuestas no satisfacen. A esto se sumará cierta dolarización de carteras, cuyo ritmo dependerá, precisamente, del tenor de los sondeos electorales. Hasta ahora el BCRA preservó su poder de fuego. Incluso, lo potenció a través de la compra de dólares en el mercado de futuros. Vale recordar que pactó con el FMI una cantidad de venta de dólares en el mercado de futuros, de modo que tiene toda esa capacidad más la que suma ahora con la compra de contratos. Se estima que en total rondaría los u$s3.500 millones. Además el mayor superávit comercial está cumpliendo su rol protagónico, aunque la oferta de divisas de los agroexportadores refleje que los “silobolsistas” se están quedando con reservas, por si las dudas. El resto de la oferta de divisas viene el FMI y otros organismos. No hay más fuentes. Por ende, lo que pase con la demanda es clave. No solo los tenedores de plazos fijos y de pesos sino, sobre todo, los “Letesteros” (tenedores de Letras del Tesoro). La pulseada aún no comenzó. Veremos quien tiene la razón. Si los sentimentales criollos o los confiados extranjeros.