Por Invecq Consultora Económica
Resumen semanal
El Banco Mundial publicó esta semana su informe semestral acerca de las distintas economías del mundo. En el caso de Argentina, pronosticó para 2017 un crecimiento de 2,7%, lo que representa una disminución de 0,4% de las proyecciones publicadas en junio del año pasado. Asimismo, se aprecia una merma en el crecimiento económico mundial de 0,1% debido al marco de incertidumbre generado por la victoria de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos.
Otra noticia surge del convenio firmado entre empresas, sindicatos y el gobierno para lograr mejorar el desarrollo de Vaca Muerta. El yacimiento representa la segunda mayor reserva de gas no convencional de mundo y la cuarta de petróleo no convencional.
Por otra parte, por tercera vez consecutiva Brasil redujo su tasa de referencia. Sin embargo, en esta oportunidad el recorte fue mayor al que esperaba el mercado debido a que fue de 0,75%, por lo tanto, la tasa Selic se estableció en 13%. El motivo se basó en que la inflación acumulada de 2016 fue de 6,29% y logró así el objetivo propuesto que era finalizar por debajo del 6,5%. Asimismo, con esta reducción se espera poder lograr un mayor dinamismo en la recuperación de la actividad económica, la cual se calcula que en 2016 se habría reducido en 3,5%. De todos modos, el relevamiento del Banco Central brasilero ha estado registrando en las últimas semanas un empeoramiento de las expectativas de crecimiento: mientras en septiembre del año pasado se esperaba una recuperación del 1,3%, hoy se espera un pobre 0,5%. Probablemente el relajamiento monetario ayude a mejorar las expectativas.
Respecto al nivel de actividad, la producción de acero crudo registró en diciembre una merma de 15,9% respecto a igual mes de 2015. A su vez, el último mes de 2016 respecto de noviembre obtuvo una variación negativa de 13%, aunque hay que considerar que hay una fuerte estacionalidad negativa en este mes, por lo que la caída real seguramente sea considerablemente menor. Por lo que, observando la producción acumulada de 2016 respecto a la del 2015, se calcula una caída de 17,9%. Por otro lado, según un informe de la consultora IES, el consumo de agroquímicos y fertilizantes aumentó 47,3% interanual en el periodo de enero-noviembre de 2016. El incremento se explica gracias a la mayor área sembrada de trigo y maíz y al aumento en la inversión en la campaña actual como consecuencia de la quita de las retenciones. Asimismo, a igual periodo, la producción de productos agroquímicos y fertilizantes mejoró un 10,5% interanual. Mientras que, tanto las exportaciones como importaciones tuvieron un incremento en las cantidades de 15,5% y 78,7%, respectivamente. Este martes, el Banco Central mantuvo inalterada la tasa de política monetaria, el centro del corredor de pases a siete días, en 24,75%. La decisión fue tomada como consecuencia de los buenos datos inflacionarios en Córdoba y CABA, por un lado, pero también por la rigidez para bajar las expectativas, por el otro. Por otra parte, la tasa de Lebacs a 35 días sufrió un recorte de 100 puntos básicos y se estableció en 23,5%.
“Festival” de bonos
Aunque Alfonso Prat Gay ya no esté a la cabeza del Ministerio de Hacienda y Finanzas Públicas (hoy dividido en dos ministerios independientes) se hace cada vez más real su expresión del año pasado a instancia de la resolución del conflicto con los holdouts y la salida definitiva del default que tuvo a la Argentina al margen del sistema financiero internacional por más de 15 años. En aquella oportunidad, Prat Gay declaró: “esto no es la llegada a ningún lugar, sino que es la puesta en línea de largada para comenzar a resolver los problemas del país”. Con ello significaba que la reinserción en el mundo y la apertura al financiamiento externo no era un fin en sí mismo sino solo un medio para poder transitar el largo proceso del ajuste gradual, resolviendo los múltiples desajustes de la economía argentina.
Así, a pesar de los cambios de nombres, a primera vista, las políticas siguen vigentes, con algunos cambios o matices. Esta semana, el flamante Ministro de Finanzas (ex Secretario de Finanzas de Prat Gay), Luis Caputo, dio a conocer el Programa Financiero de todo el año. En el mismo, se detallan las necesidades de financiamiento que tendrá el Tesoro en conjunto con las fuentes, es decir, de dónde provendrán los recursos financieros.
Durante el 2016 se requirió un monto total de casi 37.000 millones de dólares para cubrir el rojo del Tesoro nacional (no tiene en cuenta las provincias, las que salieron también en busca de recursos para cubrir su déficit), un equivalente aproximado al 7,3% del PBI. Estas necesidades se explicaban por un déficit primario del 4,8% del PBI y un vencimiento de deuda ya existente (capital + intereses) por 2,5%. Del total de necesidades, se consiguieron unos 3 puntos del PBI (20.000 millones de dólares aproximadamente) en el exterior, entre bonos emitidos a privados, organismos internacionales y bancos. Otros 2,6 puntos del PBI fueron girados por el BCRA (con el acuerdo de Sturzenegger) y otros entes públicos, y un 1,6% fue cubierto con emisiones de deuda en el mercado interno.
El programa para 2017 muestra un primer dato preocupante: las necesidades de financiamiento para este año representan un 9,5% del PBI, más de 50.000 millones de dólares, e implican un crecimiento interanual del 30%. Sin embargo, lo que podría ser interpretado como una señal de alarma respecto a la política fiscal y financiera del gobierno, no lo es si se profundiza un poco más el análisis. De ese 9,5% que se necesita conseguir a lo largo del año, el déficit primario explica solo un 4,2%, lo que implica una reducción del 12% respecto a las necesidades del año pasado. El resto de las necesidades, 5,3% del PBI, se explica por la gran cantidad de vencimientos de capital e intereses por emisiones viejas de deuda, ítem que aumenta un 50% respecto al año pasado. Es decir que la mayor cantidad de recursos que tendrá que conseguir Caputo a lo largo del año no constituyen incrementos netos de deuda pública, sino que son refinanciamientos de deuda vieja. En este sentido, el “festival de bonos” del que se está hablando con tanta frecuencia sería más un “reciclado” de bonos. Las nuevas emisiones siguen estando en línea con las necesidades de financiamiento que se establecieron en un principio de la gestión cuando se decidió ir por el gradualismo. En innumerables oportunidades resaltamos que si hay algo seguro en el gradualismo es que se necesita deuda para financiar el camino, para comprar tiempo.
Con estos números, el Ministro de Finanzas calcula que, para fines de año, la deuda bruta (que incluye las deudas interestatales) alcanzaría el 59% del PBI, mientras que la deuda neta (con privados y organismos de crédito) marcaría un número considerablemente menor: 29%.
En esta línea es importante resaltar un cambio de paradigma respecto a la década pasada. Mientras que el kirchnerismo recurrió al financiamiento interestatal lo máximo que pudo, el programa 2017 presenta el comienzo de una reversión de esta situación. Así, los recursos que provendrán del BCRA caerán un 30% en términos del PBI (en dólares son 10.000 millones menos que en 2016) y los del resto de los organismos públicos tendrán una variación de -25%. Como contrapartida lógica, aumentarán los recursos provenientes de los privados, aunque también con diferencias. Se espera incrementar el financiamiento interno en más de un 100% respecto al año pasado mientras que las colocaciones internacionales aumentarán entre un 25 y 30%. Lógicamente esto responde a los cambios en las condiciones internacionales con la llegada de Trump al poder de los Estados Unidos y las recientes decisiones de la Fed. También para destacar: el blanqueo de capitales incluido dentro de la Ley de Reparación relajará las necesidades de financiamiento en el año en 3.100 millones de dólares (un 0,6% del PBI), una bala de oro de la cual se beneficiará el gobierno solo por este año.
Entonces, ¿es preocupante la dinámica del endeudamiento? Los números de deuda neta sobre PBI aportan tranquilidad y el salto que tienen las necesidades de financiamiento en este año es un hecho circunstancial por elevados vencimientos de deuda. De todos modos, es de vital importancia cumplir con las metas impuestas en el programa gradual de ajuste fiscal para no engrosar las futuras necesidades de fondos y para no despertar la desconfianza de los acreedores.