El Banco Central (BCRA) realizó esta semana la última licitación de Lebac y anunció que en diciembre terminaría de rescatar el saldo residual. Ahora la pregunta que se hace el mercado es: sin Lebac, ¿se acota el riesgo cambiario?
Mateo Reschini, analista de mercados de LBO, consideró que sin dudas la presión sobre no será la misma. «Las Lebac eran un stock muy grande de deuda de muy corto plazo y que estaban en poder de público. Ante cualquier movimiento brusco del tipo de cambio el minorista se asustaba y compraba dólares. En cambio ahora, gran parte de eso está en las Leliq que, si bien son instrumentos de corto plazo, están en poder de los bancos y están encajados, es decir, no se va a poder sacar hasta que el BCRA no baje los encajes», explicó Reschini.
Mirando hacia adelante, el analista de LBO remarcó que el riesgo cambiario disminuyó. «Esto es por ahora y hasta que vaya bajando los encajes y sea de libre disponibilidad. Mientras no es tanto el riesgo cambiario como en la cima de las Lebac en el pasado. Aun así creemos que si bien se disminuyó el riesgo de Lebac, no podemos afirmar que hay tranquilidad cambiaria absoluta y si bien las altas tasas ayudaron a generar tranquilidad, pende de un hilo».
Por su parte, los analistas de Quinquela fondos también coincidieron en en que el proceso de rescate de Lebac generó un mayor grado de estabilidad cambiaria ya que se rescataron $1.060 millones, de los cuales 22% se reabsorbió vía suba de encajes, el 35% se fue a otros activos (principalmente a dólar) y el restante 47% se reabsorbió por pases y Leliq. Esto implica que más de la mitad del rescate de Lebac se logró sin incrementar los pasivos remunerados del BCRA.
«Hoy en día los pasivos remunerados (Lebac+Leliqs+pases) alcanzan a u$s 23.400 millones, cifra que está muy por debajo de los u$s 68.800 millones de abril de 2018. Esto es por el rescate de Lebac y por el efecto de la devaluación», remarcaron.
Actualmente, los pasivos remunerados son de u$s 23.400 millones, con reservas totales por u$s 53.100 millones y a esto se suma un dato clave que tiene que ver con la imposibilidad de los inversores no bancarios de acceder a las Leliq y los pases.
«Al ser solamente las entidades financieras las que operan, el riesgo cambiario se acota, ya que tienen limitada su posición global en moneda extranjera. Por eso el mecanismo de transmisión o salida de esos fondos es claramente más indirecto que antes», agregaron.
Esos fondos surgen de depósitos que los bancos captaron a plazo y tienen colocados en Leliq, por ello el proceso de salida debería iniciarse con una baja de tasas que desaliente la renovación de esos depósitos y recién ahí (con el vencimiento de los plazos fijos) esos depósitos podrían canalizarse hacia el mercado cambiario. Este es un proceso más largo y lento, y además queda la posibilidad de ajustar la tasa de interés si esto comenzara a observarse.
Pero diciembre es todavía un escollo por superar, ya que históricamente es un mes con presión por el tipo de cambio por la demanda que generan las vacaciones en el exterior, y compras para atesoramiento por aguinaldo.