El fondeo en el mercado se encamina a superar el 40% presupuestado y dejará un colchón para enfrentar los meses más desafiantes para la estrategia de Guzmán. Los planes para julio y agosto.
Al concluir el primer semestre, Martín Guzmán habrá cumplido (o incluso sobrecumplido) uno de sus objetivos claves plasmados en el Presupuesto. A diferencia de lo ocurrido con la inflación, cuya meta del 29% se despidió ya en los primeros meses del año, pudo reducir significativamente la porción del fondeo del Tesoro cubierta con asistencia directa del Banco Central, que el año pasado significó alrededor del 85% de las fuentes financieras. A caballo de un importante endeudamiento neto en pesos y de la disciplina fiscal, cerrará la primera parte del año con cerca de la mitad financiamiento público cosechado en el mercado, por encima del 40% presupuestado. Con ese plafón, el Gobierno se prepara para un segundo semestre más exigente, que tendrá como desafío inmediato los más de $1 billón que vencen en julio y agosto.
Guzmán pautó reducir al menos hasta el 60% la porción de financiamiento obtenida vía emisión monetaria durante este año. Incluso, como señaló a fines del año pasado en encuentros con empresarios y como sus funcionarios reafirman hoy, convalidarían un porcentaje aún menor en caso de conseguir mayor fondeo en pesos del previsto o de ampliar el crédito de bancos multilaterales o de terminar con un déficit fiscal más acotado. La idea subyacente es que una mayor inyección de pesos en la economía tendería a recalentar las presiones cambiarias y complicaría aún más la desaceleración de la suba de precios.
Entre enero y mayo, la Secretaría de Finanzas consiguió un endeudamiento neto en el mercado (colocaciones por sobre los vencimientos de capital e intereses) en torno a $198.700 millones. Además, Hacienda le pidió a la entidad que preside Miguel Pesce $240.000 millones, que llegaron vía adelantos transitorios ($190.000 millones) y transferencia de utilidades ($50.000 millones). Así, el cóctel de financiamiento acumulado fue 45% deuda y 55% emisión monetaria.
La abultada licitación de letras del Tesoro de este miércoles incrementó la cuenta del fondeo en el mercado. Sin vencimientos esta semana, casi la totalidad del monto colocado ($163.000 millones) fue a engrosar la cuenta del financiamiento neto. Lo cosechado equivale al 66% de los pagos por $244.500 millones que se concentran fin de mes y aún quedan otras dos subastas por delante, lo cual augura un elevado porcentaje de rollover para junio. Aunque es cierto que una porción del fondeo mensual provendrá del desarme de Leliq a raíz de la reciente medida del Central que permitió integrar encajes con títulos públicos. También resta ver si habrá nuevos giros del BCRA a Economía este mes.
Joaquín Waldman, economista de Ecolatina, analizó el escenario: “Estimo que va a terminar re sobrecumplida la meta este semestre, si le llamamos sobrecumplido a más deuda y menos emisión. Seguirá habiendo buenas colocaciones. Quizás sea más chica la próxima pero en la última del mes, cuando venzan todos los instrumentos de junio, es probable que levanten bastante de vuelta y tengan un buen saldo este mes. Aunque no se mantenga el actual 60% deuda y 40% emisión monetaria, es muy probable que termine al menos mitad y mitad o incluso más deuda que emisión”.
Con todo, el panorama será distinto en la segunda mitad del año. Por un lado, las necesidades de financiamiento crecerán por motivos estacionales aunque también porque el Gobierno se decidió a romper el chanchito luego de un comienzo de año de mucha cautela en el gasto, de la llegada de la segunda ola y de los debates dentro del oficialismo. De cualquier manera, las medidas anunciadas hasta el momento suman 1,3% del PBI, un número que el Ejecutivo espera cubrir con los mayores ingresos por retenciones y el Aporte de las Grandes Fortunas y que muestra que la prudencia no quedó del todo atrás. Aunque no se descartan nuevas medidas para apuntalar los ingresos, castigados por la elevada inflación.
Por otro lado, el tercer trimestre tendrá una gran concentración de pagos de deuda en pesos por alrededor de $1,3 billones. Esto representará un importante desafío para la estrategia del Palacio de Hacienda: para sostener los niveles de endeudamiento neto, deberá incrementar considerablemente los montos mensuales colocados.
En Economía ya delinean la estrategia con la que encararán julio y agosto, cuando expiran cerca de $1 billón. Como contó Ámbito, una posibilidad en análisis es la realización de algún canje previo que ayude a despejar los principales vencimientos (los Boncer TC21 y TX21), como ya se hizo de marzo para abril con el T2X1. Asimismo, confiaron fuentes oficiales, los funcionarios trabajan en los ajustes metodológicos para intentar publicar este mismo mes la resolución conjunta de las secretarías de Finanzas y de Hacienda que permitirá lanzar el programa de Creadores de Mercado, con el que buscan llevar mayor flujo al mercado de deuda pública. La reciente medida de encajes, que ayuda a ampliar la participación de bancos en las colocaciones del Tesoro, también forma parte de esta ingeniería.
Con todo, Waldman apuntó que el elevado fondeo del primer semestre dejará un colchón de ahorro que podría ayudar a sortear los meses más complicados. No solo por el elevado rollover que espera para junio, sino porque una parte los recursos financieros obtenidos hasta ahora pero no utilizados, producto de la cautela fiscal, se volcó a inversiones financieras que podrían desarmarse. Lo explicó así: “El financiamiento fue muy superior al uso de recursos: entre emisión y deuda entraron $440.000 millones hasta mayo, y el déficit primario fue muy inferior. Parte de esa plata que levantaron generó un colchón para afrontar mejor el segundo semestre. Por ejemplo, algunas inversiones financieras que fueron haciendo en los primeros cuatro meses del año, que es hasta donde llega la información. Entre estos colchones y resultados que vienen siendo buenos, me parece que llegan bien parados a julio”.