Los títulos privados pierden 10% en dólares en promedio, mientras que los principales mercados tienen números positivos o levemente negativos. Las causas
Por factores locales, agravados por los internacionales, las acciones argentinas fueron las que más perdieron en 2018, 2019 y 2020. En un acumulado de tres años, desde el récord de febrero de 2018 a hoy, los títulos privados valen un 80% menos cuando se mide su cotización en dólares.
En este 2021, de la mano de un esperado rebote de la actividad económica que las proyecciones privadas ubican en el 5%, los papeles de renta variable podrían empezar a revertir esta tendencia, aunque el arrastre negativo del 2020 encontró una continuidad en las ruedas de enero.
En este aspecto, las acciones argentinas restan un 10% en dólares en promedio en el comienzo del año, el peor desempeño cuando se lo compara con las Bolsas de los países desarrollados y también los emergentes más representativos.
El economista Diego Martínez Burzaco, especialista en mercados financieros, dijo a Infobae que “lo que está pasando en el mercado argentino, en líneas generales, demuestra y describe de pies a cabeza la gran apatía del mundo inversor respecto de los activos argentinos y eso no es más que el reflejo de la gran incertidumbre económica que hay después de la gran recesión que tuvimos en 2020, los grandes desafíos macroeconómicos -que no se vislumbra que se vayan a resolver de una manera pragmática- y evidentemente el adicional de ser un año electoral. Al ser un año de elecciones de medio término, eso también limita mucho la capacidad de llevar adelante reformas más bien estructurales, porque los gobiernos de turno -no importa quién esté- tienden a desequilibrar fuertemente las cuentas públicas”.
“Todo esto se refleja en las acciones y en los bonos. Las acciones claramente están en una zona de valuación relativa muy baja respecto de no solo de Wall Street -en zona de máximos- sino de mercados emergentes y los mercados de la región”, agregó Martínez Burzaco.
Gustavo Ber, economista del Estudio Ber, precisó a Infobae: “Las acciones locales ya no están logrando sumarse al mejor clima externo, el cual está siendo aprovechado por los emergentes. Previamente al menos los principales ADR habían ensayado una recuperación de la mano del risk-on (apetito por el riego) global, al cual no se pudieron sumar los bonos y de ahí el riesgo país cerca de los 1.450 puntos básicos”.
Jorge Fedio, analista técnico de Clave Bursátil, observó que faltan incentivos para la inversión bursátil en papeles locales: “Nada nuevo, ni a favor, ni en contra, aunque fuerza para subir no hay. Sin motivaciones y sin drivers es muy difícil avanzar. Mucho más fácil es retroceder y es lo que hoy está sucediendo. Seguimos descolgados del mundo, en el norte navegan en ´las alturas´ batiendo constantes récords históricos y a nosotros nos cuesta despegar”.
“Fuimos mucho tiempo optimistas; ahora, frente a los hechos, no comemos vidrio. Nadie está obligado a permanecer en la Bolsa local, hay otras vertientes de inversión en otras jurisdicciones. Los Cedear al alcance se mueven con otras expectativas y se los compra en pesos”, añadió el experto de Clave Bursátil.
Brechas negativas
Hasta el pasado 22 de enero, el índice S&P Merval de Buenos Aires restaba un 10,1% en dólares y un 4,9% en pesos, mucho más que la pérdida de 1,8% en el Bovespa de la Bolsa de San Pablo, y de 0,3% para la Bolsa de Valores de Colombia. En tanto, hubo ganancias de 2,5% para la Bolsa de Valores mexicana y un destacado 7,8% para el índice IPSA de la Bolsa de Santiago.
En Wall Street, los índices se mantienen “amesetados”, aunque igual en zona de máximos, con un Dow Jones que sube 1,9%, por encima del S&P 500, avanza 2,4% y debajo del tecnológico Nasdaq (+5%), que viene de repuntar más de 40% en el 2020.
En Europa los mercados se balancean entre el sesgo positivo y el negativo, en plena segunda ola de contagios de Covid-19. La Bolsa de Moscú mantiene un alza de 2,2% y Londres, un 3,5%, con un Reino Unido en pleno proceso de Brexit. El IBEX de Madrid cede 0,5% en el primer tramo de 2021, seguido por Milán (-0,7%); el DAX de Fráncfort asciende 1,1% y el CAC de París, un 0,1 por ciento.
Y en Asia, el Nikkei de Tokio (la Bolsa más importante de aquella región) gana 4,3% en enero. Registran también muy apreciables ganancias en el mes las Bolsas de Hong Kong (+8,1%), Seúl (+9,3%), Shanghái (+4,9%) y Estambul (+6,5%), que captan el viento a favor para los mercados internacionales.
La liquidez apuntala las ganancias globales
En una economía mundial lastrada por la situación sanitaria, los mercados bursátiles están en plena forma, una “desconexión” que no preocupa a los agentes financieros pero sí a algunos economistas, que la ven como el presagio de una gran crisis.
Desde Europa hasta Asia, pasando por Estados Unidos, los índices bursátiles parecen inmunes a las malas noticias que se acumulan en este principio de año, incluida la preocupación por las nuevas variantes de Covid-19.
Las Bolsas capturan el exceso de liquidez por la inyección de dinero de los bancos centrales, incrementada exponencialmente a partir de marzo de 2020. También respaldaron a los gobiernos hasta un nivel sin precedentes mediante la compra masiva de bonos públicos.
También tuvo efecto la reducción de las tasas de interés a cero, que alimentaron la demanda de las acciones a medida que los inversores buscaban inversiones con rentabilidad positiva.
“Observando un gran número de indicadores, es difícil no ver una cierta discrepancia entre los precios de los activos de riesgo y las perspectivas económicas”, reconoció en diciembre Claudio Borio, jefe del departamento monetario y económico del Banco de Pagos Internacionales (BPI).
Por su parte, el economista Thomas Piketty viene advirtiendo desde hace diez años de los efectos nocivos de esta “orgía de creación de dinero” que “contribuye al enriquecimiento de los más ricos” al aumentar “los precios de las acciones y de los inmuebles”.
La influencia del calendario electoral
En Argentina la política “mete la cola” en el desenvolvimiento de los mercados y el hecho de que en octubre habrá elecciones legislativas es un condicionante para que las acciones domésticas coticen en dólares a sus valores más bajos en dos meses y medio.
Diego Martínez Burzaco recordó que “cuando uno analiza qué ocurrió con el Merval en los años de elecciones de medio término (2005, 2009, 2013, 2017), en todos esos casos tuvimos un año positivo para el mercado, tanto en pesos como en dólares, pero siempre terminó siendo el resultado político el gran determinante y esta vez no va a ser la excepción. Con poca visibilidad en lo económico, al menos de corto plazo, y sin novedades en el frente de la negociación con el Fondo, eventualmente la estimulación a la inversión privada, creo que todo va a recaer fuertemente en el aspecto político. Y es una lástima, porque para Argentina, en ese contexto las elecciones quedan todavía muy lejanas respecto de lo que es el ‘viento de cola’ del mundo hoy para los mercados emergentes: bajas tasas de interés, un dólar débil y precios internacionales de los precios de las materias primas bastante altos”.
“Creo que esta apatía se va a mantener al menos hasta bien entrado el primer semestre de este año, cuando empiecen a tomar color tanto el aspecto económico como las definiciones de índole político, y por allí pasa la clave de la demanda de los inversores de activos internacionales más que activos argentinos”, añadió Martínez Burzaco.
Jorge Fedio, de Clave Bursátil, también advirtió que “el 2021 es electoral y, si esto sigue así, la cosa se le va a poner fea a los que ahora gobiernan, de manera que la Bolsa puede encontrar la manera de gestar una razón de suba y despegar del piso. Es que siempre del piso de la crisis supo despegar”.
Gustavo Ber enmarcó la adversa reacción a tomar posiciones en equity local en “una creciente apatía por parte de los operadores, en un clima de creciente incertidumbre política y económica, y la ausencia de avances en las negociaciones con el FMI que habían despertado expectativas. Además, la falta de drivers locales se ve complementada por crecientes preocupaciones de que la marcha de la pandemia lleve a tener que reactivar nuevas asistencias económicas que profundicen los desequilibrios fiscales y monetarios”.