Es porque el cumplimiento de dos de las tres metas cuantitativas estaría en duda. Déficit y reservas internacionales, en la mira.
A días de confirmarse la aprobación por parte del FMI de la primera revisión prevista en el acuerdo, las cuentas del trimestre en curso, el segundo, empiezan a encender señales amarillas en el tablero en algunos despachos oficiales. Es que las cuentas empiezan a mostrar que dos de los tres criterios de desempeño que determinan la evolución del programa podrían no llegar a cumplirse en el segundo trimestre, lo que dispararía la necesidad de que la Argentina pida formalmente un waiver al FMI. Las dudas se posan en el objetivo de acumulación de reservas y en el cumplimiento de la meta fiscal.
El acuerdo con el organismo contempla que, para fines de junio, el Gobierno tiene un tope de déficit fiscal primario de $566.800 millones, un objetivo de acumulación de reservas de u$s4.100 millones y un techo de asistencia monetaria de $438.500 millones. Tanto en el primero como en el segundo caso, le comentaron fuentes oficiales a Ámbito, el cumplimiento podría quedar comprometido entre abril y junio. Los números se auditarán en la revisión que el FMI tiene prevista para las primeras semanas de septiembre y de los cuales depende un desembolso de 3000 DEG, que hoy equivaldría a u$s4.047 millones.
En el caso de las reservas, en el Gobierno admiten que los dólares conseguidos estuvieron por debajo de lo previsto. Según los últimos datos disponibles del Banco Central, entre enero y abril la autoridad monetaria solo pudo comprar en el mercado u$s160 millones, aun a pesar de la liquidación récord del agro, que en ese mismo período ingresó u$s12.010 millones (+13,17% interanual). Solo como comparación, en el primer cuatrimestre de 2021 el BCRA había comprado u$s3.609 millones en el mercado, veintidós veces más que este año.
En los magros resultados de 2022, argumentan quienes conocen los números, inciden principalmente tres cuestiones: la lentitud del ingreso de dólares prometidos de otros organismos de crédito, que debían enviar fondos a la Argentina y todavía no lo hicieron; el fuerte aumento del déficit de la balanza energética dado por una mayor importación de combustibles; y el contexto global de mucha incertidumbre, que también golpea a la Argentina. Este combo de motivos “externos” al programa con el FMI permitiría abrir un diálogo con los funcionarios del Fondo, que entenderían este “desliz” respecto de las metas fijadas en el acuerdo. “Es justificable si no es alcanzable”, razonan en un despacho oficial. Sin embargo, formalmente la Argentina debería solicitar un “waiver”. ¿Qué determina que la entidad que dirige Kristalina Georgieva lo conceda? Lo define el propio Fondo en su web: “Si un país incumple una condición, el Directorio Ejecutivo del FMI puede aprobar una exención si está convencido de que el programa seguirá teniendo éxito”, y luego sigue: “Esto puede deberse a que la desviación fue menor o temporal o a que las autoridades nacionales están tomando medidas correctivas”. En lo que va del año, las importaciones de energía vienen creciendo sostenidamente. Los últimos datos del Indec revelan que, en abril, las importaciones de combustibles fueron el rubro que más creció, con una disparada de 203% solo ese mes y un crecimiento acumulado en lo que va de 2022 de 77,9% (producto de un aumento de 195% en los precios y 65,9% en las cantidades). Respecto de los organismos internacionales, en el Balance Cambiario de abril el BCRA registró un saldo positivo de u$s140 millones, monto que debería rondar a este momento cerca de u$s700 millones. El otro ítem que también genera preocupación es la cuestión fiscal, para la que también estiman que habrá algún “desliz”. Esto dispara otra pregunta y es cómo logrará el Ministerio de Economía financiar parte de ese aumento del gasto, porque por el acuerdo tiene un límite a la asistencia monetaria que puede solicitarle al Central. Esta última meta equivalente a 1 punto del producto, comentan quienes saben, solo podría ser modificada con anuencia del Congreso, porque Economía solo podrá tomar recursos en forma de Adelantos Transitorios y estos tienen un límite.
El ministro de Economía, Martín Guzmán, aseguró que las metas cuantitativas del acuerdo no se tocan, no así las “proyecciones”, como la inflación, que será revisada e informada junto con la actualización del Presupuesto. Desde el entorno del ministro descartan que estén trabajando con un escenario de incumplimiento de alguna meta y sostienen que buscará implementarse el programa tal como está pautado. Esto mismo fue expresado la semana pasada por la portavoz presidencial, Gabriela Cerruti, quien aseguró que, así como se cumplirá “muy bien” el primer tramo del acuerdo (a pesar de los “agoreros”, dijo), “no tenemos ninguna duda de que va a pasar lo mismo con la segunda revisión”.