La renegociación con el Fondo fue uno de los ejes de la convención anual del IAEF. Coincidencias en que el Central debe recuperar poder de fuego en el mercado
En medio de la negociación con el FMI, los expertos estiman que le vendría bien al país que el acuerdo agregue fondos además de anticipar los anticipos del stand-by por u$s 50.000 millones, en tanto el Banco Central debería poder obtener más flexibilidad para intervenir en el mercado de cambios. Esas coincidencias se alcanzaron durante la 39 convención anual del IAEF, que se desarrolla en esta ciudad.
Para Carlos Melconian, además de recibir los u$s 18.000 millones extras que estaban pactados para la siguiente gestión, consideró que el Gobierno podría obtener entre u$s 5000 y u$s 6000 millones adicionales.
«Me das u$s 18.000 millones y cumplo con déficit cero. Tengo un problema de corto plazo con las Lebac y las Letes que necesita una caja chica para el corto plazo. Salvo que empiece a rollearse más que antes por la confianza del FMI», describió como el pedido del Gobierno al Fondo. «Si me das los u$s 18.000 millones, ¿me redondeas la gauchada y me das u$s 5000 millones rápido?», actuó. Y advirtió que «este segundo acuerdo no puede fallar en lo financiero». Evaluó también que el país obtuvo once veces la cuota pero que hay países con procesos de 12 y 16 veces la cuota.
Consideró que quedará vivo el problema de la bimonetariedad del mercado de cambios («aunque con el dólar a $ 40 empieza a cambiar»), pero consideró que con «una caja chica de corto plazo para que no se asuste nadie», el Gobierno estaría «resuelto hasta el final de 2019». Porque recordó que quedan cuatro supermartes de Lebac, de $ 100.000 millones y u$s 14.000 millones en Letes.
Pidió para el BCRA «un grado de libertad, porque tiene que domar el mercado cambiario», ya que consideró que «lo firmado era imposible, era una vergüenza». Y aclaró: «Tampoco la libertad de un trader». Melconián dejó para después del acuerdo: «Pilotear lo financiero y cambiario y atender el tema de la actividad y la inflación».
Daniel Marx recordó que de los 26 programas en la historia argentina con el FMI, sólo cuatro fueron inaugurales. Y que esta vez el FMI cuenta con una flexibilidad al acceso que «hoy es más grande».
«Se puede lograr algo más teniendo en cuenta lo que Argentina lleva en términos fiscal», dijo, entonces, pero aclaró: «Prestar más dinero para que siga un mecanismo de incentivos disimuladamente, el FMI no va a querer». Estimó que el Fondo cambiará la forma de medir las reservas netas dándole más posibilidad al BCRA de intervenir en el mercado de futuros.
Para Marx, la corrección cambiaria llevó la deuda consolidada bruta argentina -todo el sector público incluyendo Lebac y deudas contingentes- a un índice de más del 70% del PBI. «Es una zona que no es lo holgada que se venía diciendo», dijo. Y consideró que existe «un problema de stock» que se trata de manejar vía flujo reduciendo el déficit fiscal.
Entiende que el Gobierno aclaró que en el programa financiero sólo necesita u$s 2500 millones, pero refinanciando títulos por u$s 7500 millones y con un rollover de Letes al 100%. «No son números imposibles, pero es distinto que sólo me faltan u$s 2500 millones. Sabemos que la tasa de renovación está por debajo del escenario pesimista previsto con el FMI». Y pidió agregar los PPP.
Daniel Artana, coincidió en el diagnóstico: «Es grotesco endeudarte en dólares para financiar el déficit primario». Y la vulnerabilidad propia de déficit de cuenta corriente con atraso cambiario, que llevó al país a devaluar 50% en términos reales. Por delante, «está el hecho de refirmar un acuerdo con el FMI que tenga algún sentido. El gobierno y el sta del FMI fueron excesivamente optimistas».
Estimó que «seguro» habrá un adelantamiento de fondos y «probablemente un mayor uso de reservas». Y propuso tratar de convencer al FMI con una banda cambiaria, en esta parte del año que está corta de dólares. «Si te vadeas, no te aprecias tanto. La tentación del atraso cambiario es irresistible para cualquier gobierno».
Y agregó: «Es crucial el acuerdo político». Porque podría haber otro round de dolarización de carteras en la elección 2019.