El Central comenzó a operar con futuros de títulos públicos, tras ser habilitada por el MAE. Por eso, apuesta ahora a atraer a los fondos a la demanda de bonos generándole estabilidad en los precios. La licitación de mañana del Tesoro, una prueba de fuego.
Después del tornado regulatorio del contado con liquidación de la semana pasada, el Gobierno apuesta sus fichas al resultado de la licitación de bonos del Tesoro del próximo miércoles.
Coincidirán ahí el debut en las lides del secretario de Finanzas, Rafael Brigo, y el nuevo zurcido financiero del Tesoro y el BCRA: atraer a los fondos de money market a la licitación, de forma tal de aumentar la demanda de títulos públicos.
El viernes pasado, de hecho, el Banco Central comenzó a operar futuros de títulos públicos, en una señal al mercado.
El Mercado Abierto Electrónico (MAE) anunció que había habilitado la operatoria de Futuro de Letras de Descuento (Ledes) emitidas por el Tesoro Nacional contra pesos, en el Segmento de Operaciones Concertadas a Término (OCTT).
«Esta nueva operatoria contempla la negociación bilateral de contratos, la compensación diaria a través del mecanismo de Mark to Market, así como Fixing con Delivery al término del contrato», señalaron desde MAE.
Y el BCRA, según pudo averiguar El Cronista, allí intervino, y del mismo modo se empezará a ver en el Rofex.
El objetivo que persiguen en el Gobierno es reducir la volatilidad de la deuda pública en pesos, de forma tal que los fondos money market se animen a participar de las licitaciones, sabiendo que sus tenencias no sufrirán cimbronazos en las cotizaciones, en caso de funcionar bien la estrategia.
«El BCRA llevó a cabo una opercación con la Lede S29O1, que vence el 29 de octubre. La letra operaba a 37%, el BCRA le da cobertura (perdieron precio) y a partir del 31 de agosto al BCRA le va a rendir 38,9% si el precio spot al 31 de agosto es igual al de la compra», afirmó esta misma persona.
Y añadió: «Los fondos perdieron contra el spot, pero se aseguran un devengamiento. Y el BCRA gana la tasa entre el spot y la que paga el Tesoro (el 1,9 por ciento)».
Este paso forma parte de una estrategia del BCRA para ayudar a la Secretaría de Finanzas en su búsqueda por lograr financiar el 40% del déficit fiscal en el mercado de capitales. La primera acción importante fue haber permitido que los bancos puedan contabilizar títulos públicos como encajes, de manera tal que las entidades financieras se pasen de Letras de Liquidez (Leliq) y Pases a instrumentos soberanos, algo que para algunos agentes de mercados es expansivo.
Cabe señalar que las autoridades económicas del país están expectantes con lo que pueda suceder con la segunda licitación de agosto (el miércoles 18), que marcará el debut de Rafael Brigo al frente de la Secretaría de Finanzas de la Nación, en reemplazo de Mariano Sardi, quien presentó su renuncia por motivos de salud.
En la primera subasta del mes, el Tesoro tan solo logró renovar el 65% de sus vencimientos, mientras que algunos informes privados destacaban a principios de agosto que para lograr el financiamiento presupuestado debía cerrar licitaciones en torno al 127%. Desde el Gobierno confían en que podrán revertir esta situación, dando zanahorias a los fondos institucionales para que participen.
En ese sentido, la participación del BCRA en el mercado de futuros podría ser una pequeña ayuda, en caso de lograr que merme la volatilidad y que los money market que no participaban consideren que su rentabilidad por encima de la inflación estará asegurada.
Cabe señalar que para el miércoles el Tesoro presentará un menú de tres letras de descuento, (una a octubre, otra a diciembre y otra al 31 de enero), una Lecer con vencimiento al 31 de marzo de 2022 y una repertura del Bonte que vence en 2022 y apunta al sector bancario.