Por plazos no mayores a 18 meses y falta de inversores grandes, los proyectos fuertes a largo plazo no pueden fondearse. Holdouts siguen limitando el internacional
El país necesita inversiones en infraestructura y energía para crecer en forma sustentable en los próximos años, pero el mercado de capitales argentino no ofrece plazos largos, o las tasas de interés necesarias, o no tiene el tamaño suficiente para fondear los altos montos que se necesitarían. Y el exterior está vedado a tasas razonables mientras esté abierto el juicio con los holdouts.
En ello coincidieron los CFO de Pampa Energía, Gabriel Cohen; de IMPSA, Julio Dreizzen, y de Aeropuertos Argentina 2000 (AA2000), Raúl Francos, en una conferencia organizada por Puente y los estudios de abogados Cabanellas Etchebarne Kelly y Skadden, Arps, Slate, Meagher & Flom.
“En Argentina no hay un mercado de capitales (grande), sino que lo usamos para refinanciar el capital de trabajo”, dijo Dreizzen, que gerencia una empresa con 80% de las inversiones en Brasil, con precios asegurados por unos 20 años y necesita financiamiento de 8 a 15 años para solventar la fabricación de equipos hidráulicos y eólicos y la generación de energía renovable.
Con ventanas de financiamiento multilateral, con bonos externos a 2020, con agencias de crédito de exportaciones y el BNDES, “el mercado local queda chico para estas cifras”, dijo Dreizzen, donde tiene un stock vigente de $ 1.000 millones.
“El déficit de financiamiento local es un limitante para avanzar en inversiones”, coincidió Francos, que gerencia una de las empresas de Corporación América, con una concesión hasta 2028, extendible por 10 años más. “Hoy nos estamos financiando con fondos autogenerados, unos $ 1.500 millones”, dijo, por lo que no tiene planes de emisión ni este año ni el que viene.
“El mercado local no da volumen y a tres años no hay fondeo: hay avidez por 18 meses en promedio y, eventualmente, por 24 meses. No está para acompañar proyectos de inversión de envergadura”, agregó Cohen, que gerencia una empresa que cotiza tanto en el mercado local como en Nueva York. “Es un mercado que acompaña, pero que no puede absorber la emisión de compañías a plazo”, dijo, al referirse a las aseguradoras y los fondos comunes de inversión (FCI).
“Ha ayudado mucho el inciso k, pero no está líquido por la agilidad de las aprobaciones”, explicó respecto del menú de inversiones de la economía real en el que las aseguradoras deben colocar una porción de su cartera. “YPF, nave insignia para el inciso k y el mercado externo, es una aspiradora de fondos”, dijo Cohen.
Condicionantes
El economista Miguel Kiguel explicó que la falta de un mercado desarrollado de capitales se debe a la inflación que genera incertidumbre, así como también el recorrido de la Badlar y del tipo de cambio a largo plazo.
Y el mercado externo de capitales está limitado por el juicio del país con los holdouts, que puede terminarse en junio próximo o extenderse hasta 2016.
A pesar de la colocación de YPF por debajo del 10% y del apetito por Argentina evidenciado por la venta de títulos en manos de Repsol, las empresas consiguen fondos por el 12 o 13% en el exterior, según explicó Cohen. Además, las afectó la caída en la calificación de riesgo liderada por el soberano.
Las obras de infraestructura que requiere AA2000 son por 20 años, y es el mercado internacional el que ofrece financiamiento a plazos mayores a 7 años. “Hoy está dificultado por el entorno macroeconómico argentino. Tenemos capacidad para invertir. Si las condiciones externas son favorables a nuestro país, hay proyectos esperando que esas condiciones permitan el financiamiento”, explicó Francos.
Los gerentes también descartaron la emisión de acciones para conseguir financiamiento, porque las empresas argentinas están subvaluadas y el costo de emisión sería alto.
Desde la desaparición de las AFJP, desapareció el mercado de acciones en Argentina, coincidieron, por los fondos jubilatorios que manejaban las administradoras, hoy en manos de Anses.
“Faltan inversores de largo plazo”, coincidió Kiguel, y tras descartar los FCI, sugirió que las compañías de retiro y de seguros de vida pudieran cumplir ese rol.