El mercado observa el regreso de un movimiento especulativo bien conocido, el carry trade, que consiste en vender dólares para hacerse de pesos y después, con las ganancias, hacerse de divisas
Si se observan los números del mercado cambiario, alguien podría decir que los inversores recuperaron la fe en la Argentina y están llegando inversiones. La caída de más de 2% de los dólares alternativos, la baja de $ 1 del “blue” a $ 150, la desaceleración del ritmo cambiario y un Banco Central activo comprando dólares para aumentar sus reservas, recuerdan a los “brotes verdes” del gobierno de Mauricio Macri.
Pero a diferencia de esos días, hay un indicador acusatorio de que esta baja del dólar es una burbuja que obedece a un movimiento especulativo bien conocido; el carry trade, que consiste en vender dólares para hacerse de pesos y después, con las ganancias de pesos comprar dólares. Al argentino no le interesa cuanto gana en pesos, sino en dólares. Cuando el dólar está barato sale al mercado para, de la mano de los pesos, incrementar sus ganancias en divisas. Y eso se vio el miércoles de la semana pasada, cuando vendieron masivamente dólares para, con los pesos, colocarse en cauciones a 7 días al 34% anual. Ganaron en dólares más de 3% en 7 días por la caída de ayer y eso alentó que se renueven las operaciones. Además, están ofreciendo dólares los empresarios y todos aquellos que tiene que hacer frente a los cuantiosos impuestos que vencen en los próximos días.
Pero el indicador que muestra que el fondo del escenario es oscuro y pasa por el riesgo país. Los bonos de la deuda con legislación Nueva York se desplomaron más de 2% y el riesgo país llegó a su nivel más alto desde que el país salió del default. Hay bonos que tienen precios tan bajos que dan una renta de 19%. Por eso el riesgo creció 23 unidades a 1.484 puntos básicos y se encamina a los 1.500 puntos donde se encienden las alertas de que son bonos que nuevamente están cercanos a los precios que tenían antes de ser defaulteados. Este índice es un testigo de cargo que condena. Con sus números está diciendo que la Argentina no es un país creíble por eso no consigue endeudarse en el exterior. Nadie le presta. Todo el financiamiento se reduce a emisión y bonos en pesos.
De hecho, le reclaman a la Argentina que cierre cuanto antes un acuerdo con el FMI porque los bonos en dólares emitidos son la espada de Damocles del sistema y puede haber problemas en el futuro para cancelarlos. En realidad, son los que con sus precios marcan el costo de mantener los distintos dólares bajos. El Banco Central vende en pesos los bonos AL30C (cable) que están emitidos en dólares y luego los recompra en dólares. Con ese mecanismo interviene en el mercado de dólares alternativos y lo que logra es bajar la calidad de las reservas porque aumenta la cantidad de bonos y disminuye la cantidad de billetes norteamericanos. Pero esa diferencia, la compensa con los dólares que diariamente compra en el mercado mayorista donde hay un cepo para los importadores que, preocupados, acuden a la justicia ante la negativa de venderles dólares al precio oficial para hacer sus compras en el exterior.
Esta es la causa de la falta de insumos que está creando un desabastecimiento del que se desentiende el Gobierno y culpa a las empresas. Peripecias de un año electoral. Todo lo que sucede en la etapa previa a las elecciones, tiene aspecto de bonanza, pero en el fondo es una ficción que no se puede sostener en el tiempo.
Al mismo tiempo, con la presión del atraso cambiario, se ha incentivado el contrabando de soja para eludir las retenciones y esos dólares obtenidos ilegalmente, se vuelcan en la plaza libre y hacen que el “blue” esté en retroceso. Pero en realidad, el dólar baja en ese mercado libre con divisas que le birlaron al Banco Central al no declarar exportaciones.
En estas circunstancias, el contado con liquidación con negocios por USD 62,1 millones bajó $ 3,68 (-2,4%) a $ 147,93 en el mercado intervenido por el Central donde no permite que los compradores tengan un saldo favorable en la semana que exceda los USD 100.000 nominales. Cabe aclarar que esta baja es un reacomodamiento natural, porque esta vez el Central se abstuvo de comprar y vender el AL30. A la cotización actual de ese bono, esto equivale en efectivo a USD 28 mil. El A30C (cable) perdió ayer 1,27% y el AL30 cayó en pesos 3,66%. El contado con liquidación en la plaza libre, donde se opera sin restricciones con el GD30 cerró a $ 3,50 más barato que el viernes a $148.
El dólar MEP, a su vez, con operaciones por USD 28,1 millones se derrumbó $ 4,18 (-2,8%) a $ 143,47. En la plaza libre, cotizó a $ 144. El dólar mayorista confirmó que el ritmo de devaluación de la moneda argentina es más lento. Subió 41 centavos a $ 88,95. Si se compara la devaluación de estos cuatro días del fin de semana largo con la del sábado y domingo de la primera semana de febrero que fue de 33 centavos, la diferencia es considerable. De 16 centavos diarios, se bajó a 10 centavos.
En 17 días de febrero el dólar que rige el comercio exterior y el pago de las deudas en divisas, subió $ 1,57. A esa misma altura de enero, la devaluación era de $ 1,88.
En la plaza mayorista, el Central compró USD 45 millones y elevó las reservas USD 31 millones a 39.401 millones.
Por eso, la inversión más atractiva es la de los que apuestan a la inflación y contradice al presente bajista del dólar. Los plazos fijos indexados entre el miércoles y jueves de la semana pasada, aumentaron $ 1.310 millones (+1,77%) contra una caída de $ 6.000 millones (-0,24%) de las colocaciones tradicionales a tasa fija.
A todo esto, la Bolsa, con un buen monto de negocios de $ 1.038 millones el S&P Merval, el índice de las acciones líderes, aumentó 1,79%. Los inversores fueron tras los papeles más atrasados en sus precios, aprovechando la tregua que da el dólar. Los ganadores fueron Supervielle (11,60%), Transportadora Gas del Sur (+5,14%) y Cresud (+4,55%). YPF sigue su avance y sumó 3,46%. En el mes acumula un aumento de 20,46%.
Los ADR’s -certificados de tenencia de acciones que cotizan en las Bolsas de Nueva York- aumentaron sus operaciones y negociaron $ 2.355 millones. Los ADR’s argentinos tuvieron una rueda mixta donde se alternaron subas y bajas. Entre los ganadores estuvieron Despegar (+5,37%), Supervielle (+4,81%) y Edenor (+3,71%).
Los argentinos están acostumbrados a estos movimientos de burbujas cortas. El peso siempre gana en lapsos breves y espaciados. Es la primera vez, que en la actual gestión el dólar cede. Pero lo sorprendente es que sucede con inflación de 4% mensual y en medio de una pandemia. Desde el último carry trade importante, pasaron dos años y medio.