• El juez advirtió al banco norteamericano que podría recibir sanciones.
• El Deutsche Bank aún no contestó.
La amenaza de Thomas Griesa tuvo efecto, al menos para el JP Morgan. El banco norteamericano, a través de sus abogados, le aclaró al juez de Nueva York, que hasta que no se clarifique la situación de la Argentina en ese tribunal, y se certifique que no habrá sanciones legales para la entidad, ésta no participará de ninguna colocación de deuda que realice el país. JP Morgan contestó así formalmente a la presión que ejerció públicamente Griesa contra ese banco y el alemán Deutsche Bank, para que desistan de cualquier intención de participar en alguna eventual colocación de deuda voluntaria de la Argentina en cualquier mercado financiero, incluyendo Buenos Aires. Por su parte, el banco europeo no se manifestó, y, hasta lo que se sabe, si la Argentina estuviera interesada, el Deutsche Bank podría actuar como agente. Hay una diferencia básica entre las dos entidades. El primero es norteamericano y tiene su sede en Nueva York; a muy pocas cuadras incluso del despacho de Griesa. El Deutsche es fuerte en Estados Unidos, pero puede demostrar que cualquier tipo de operación de colocación de deuda con la Argentina, se realiza a través de cualquiera de sus sedes internacionales, absolutamente independientes de la sucursal de Nueva York y sólo dependiente de la casa central de Fráncfort.
Griesa había enviado, con su propia firma y sello, una aclaración el jueves 26 de febrero pasado a ambas entidades, una aclaración con fuerza legal: que en poco tiempo más podría aplicar formalmente la cláusula de desacato, con lo cual prohibirá cualquier tipo de colocación de deuda fuera de Nueva York para liquidar bonos que debían originalmente pagarse en ese mercado; sancionando además a los bancos que actúen como agentes financieros de esa eventual operación. Puntualmente señaló a las dos entidades que podrían recibir las mismas sanciones que la Argentina.
Curiosamente el juez había realizado esta advertencia en febrero, cuando aún quedaba una instancia más para las partes. Fue el martes pasado cuando Griesa habilitó su despacho para una audiencia con los abogados del Citibank para que expliquen su posición como agente pagador de la Argentina de bonos con legislación fuera de Nueva York. Más allá que finalmente el fallo de fondo del magistrado sea positivo o negativo para el país; lo que consideran los abogados del estudio Cleary Gottlieb Steen & Hamilton (CGS&H) que representa al país, es que Griesa debería abstenerse de realizar movimientos a favor o en contra de la aplicación del desacato.
Lo que el juez les había advertido formalmente a los dos bancos, es que si el Gobierno de Cristina de Kirchner avanzara con colocaciones de deuda voluntaria fuera de la jurisdicción de Nueva York, con pago en Buenos Aires o en cualquier otra plaza financiera por fuera de los Estados Unidos, recibiría las mismas sanciones que la Argentina y sería acusada también de desacato. De ahí la advertencia formal. Griesa incluso ordenó en el escrito enviado en febrero a los dos bancos, a remitirles cualquier tipo de información o documentación que tengan en disponibilidad, sobre los eventuales avances del Gobierno argentino en una operación de colocación de deuda voluntaria de este tipo. Con esto, Griesa aceptaba el pedido del fondo buitre Elliott del 9 de febrero pasado, donde la casa de Paul Singer aseguraba que el país estaba por avanzar en la operación de colocación de deuda como mecanismo de canje y obtención de dólares para liquidar los pagos que debía realizar en Nueva York. Según Elliott, con esto la Argentina quería saltear el fallo de fondo de Griesa, el de 2012, por el cual el país debía reconocerles el 100% de la deuda en default a los fondos buitre más los intereses y multas.
Desde Buenos Aires, el Gobierno argentino negó que existieran planes para realizar esta operación. Sin embargo, desde EE.UU. se rumoreaba que el Deutsche Bank y el JP Morgan estaban analizando convertirse en los agentes financieros de la Argentina para la primera colocación de deuda voluntaria en años por un total de unos u$s 2.000 millones a través de Bonar 2024.
Fuente: http://www.ambito.com/diario/noticia.asp?id=782346