Es una consecuencia indirecta de la devaluación del peso. Según el oficialismo tres veces, desde junio de 2017 hasta esta semana, los que ingresaron dólares para beneficiarse con las Lebac, y luego volver a la divisa, no hicieron negocio.
Para el Gobierno, y como consecuencia secundaria (pero, en parte, deseada), el alza del dólar de los últimos días determinó ya una máxima para que el mercado anote: el «carry trade», al menos como operación constante, no es negocio. Según la conducción del Gabinete económico, en base a los datos del Banco Central de Federico Sturzenegger, el Ministerio de Finanzas de Luis Caputo y el de Hacienda de Nicolás Dujovne, la estrategia de legitimar a mediano y largo plazo la maniobra de ingreso de dólares, apuesta por las Lebac y sus tasas superiores al 27% anual y vuelta al dólar luego de tres meses promedio de permanencia en el mercado de capitales local terminó siendo desde el segundo semestre del año pasado un mal negocio, a partir del imprevisible aumento en el precio del dólar. No se lo dirá públicamente pero para quienes manejan la política financiera del país es un fenómeno y un mecanismo disciplinador.
La afirmación parte de una base empírica. Desde las elecciones PASO del año pasado, hubo tres momentos importantes de devaluación del peso: tercera semana de julio de 2017, primeros días de enero de 2018 y comienzo de marzo de este año. En estos tres períodos se cruzan, según los datos del BCRA, con importantes vencimientos de las Lebac y su posterior vuelque de pesos en el mercado local. Esta materia prima para la demanda de dólares es siempre controlada por la autoridad monetaria y fiscalizada desde el Palacio de Hacienda, calculando permanentemente la cantidad de dólares vendidos entre mayo y junio del año pasado, último trimestre de 2017 y febrero de 2018. En todos los casos la medición oficial indica que el precio de entrada y el de salida no coincide con las «megaganancias en dólares» con las que se puede medir un perfecto «carry trade», con lo que el negocio de haber concretado esta operación en los tres períodos se compara a la rentabilidad de las Lebac más unos puntos. Pero no hubo, siempre según la visión financiera del Gobierno, un negocio auspicioso en dólares. Dicho de una manera más directa: para el Gobierno no hubo «bicicleta financiera exitosa» ni «fugas masivas» de dólares.
Según los números oficiales, los que buscaron hacer dinero durante 2017 y comienzos de 2018 con la martingala de traer dólares, introducirlos al sistema financiero vía Lebac, salir luego de tres o cinco meses, y recomprar dólares, perdieron plata. O no ganaron lo que especularon que podrían haber ganado. Para peor, y según la cronología de la evolución del precio del dólar (siempre según la interpretación oficial), las jornadas de alzas y bajas en el efecto serrucho que se vivió con el dólar desde mediados de diciembre pasado hasta ayer no coincidían con los días de disponibilidad de pesos para ingresar en las Lebac.
La primera vez que el Gobierno vio que los movimientos alcistas del dólar podrían arruinar a los apostadores del «carry trade», fue entre la última semana de junio y la primera de julio de 2017, con el primer movimiento alcista del dólar del año pasado coincidente con la especulación sobre los resultados de las PASO y las posibilidades (luego evaporadas) de una victoria de Cristina de Kirchner en las legislativas bonaerenses. En esos días se dio una primera revaluación del dólar (llegó a los $17,60) luego de casi un semestre de adormecimiento del valor de la divisa y luego de uno de los megavencimientos de las Lebac que se sucedieron el año pasado. El alza del dólar hizo que los que habían apostado a ingresar dólares baratos, hacer una diferencia importante con las tasas de las Lebac y luego volver al dólar barato, perdieran millones de pesos. Se lo consideró un golpe justiciero a la «bicicleta» que se había armado en el primer semestre del año. Según los cálculos que en esos días hacía el oficialismo, con los movimientos del dólar de esas jornadas se le impidió a los especuladores del «carry trade» obtener ganancias de hasta 15% en dólares. Sturzenegger había dicho el 28 de junio pasado, al concurrir al Senado a explicar la política monetaria y cambiaria del BCRA, que la operación no era una especulación con futuro. «Con el ´carry trade´ les puede ir bien o mal. Mirando el comportamiento de los últimos meses vemos que el 50% de las veces les fue mal…».
La situación, siempre para la visión del gabinete económico que comanda Marcos Peña, parece haberse repetido entre el 27 de diciembre y el 10 de enero. Según el mapa cronológico desplegado por el oficialismo, el dólar vino manteniendo un efecto «serrucho» de alzas y bajas, desde la última quincena del año pasado y los días hábiles de 2018. Si se observa la curva de cotización del dólar, hubo alzas de hasta 15% con caídas importantes, que ubicaron la devaluación con un promedio del 10%. Así, los que apostaron en el segundo semestre del año a ingresar con un dólar barato a las Lebac, conseguir tasas de hasta un 28% en pesos, para tomar el dinero a fines de diciembre, volver al dólar y, eventualmente, desaparecer, perdieron al menos un 10% en ese negocio. El mismo esquema se habría repetido en lo que va de marzo, donde el dólar pegó un nuevo salto superando la barrera de los $20 y ubicándose, al menos ayer, en los 20,70 pesos. Habrá que ver si los apostadores del «carry trade» aceptan la derrota o van por la revancha. El resultado se verá en lo que queda del primer semestre del año.
Fuente: http://www.ambito.com/914569-para-el-gobierno-el-que-aposto-tres-veces-al-carry-trade-perdio