La reducción para bienes finales industriales se reducirá del 5% al 0%, y en insumos elaborados irá del 4% al 3%. Habrá también un esquema escalonado para los reintegros a la exportación.
En la búsqueda de una mejora en la competitividad de aquellos sectores considerados claves, el Gobierno tomó la decisión política de modificar el esquema de retenciones (derechos de exportación) y reintegros de la industria manufacturera. El documento que da origen a esta nueva estructura y que por estas horas fue girado a los distintos sectores (al que pudo acceder Ámbito), plantea una reducción de los derechos de exportación para bienes finales, de 5% a 0%, y de los insumos elaborados, del 4% al 3%. Incluye además aumentos en los reintegros con un esquema escalonado en el que las alícuotas crecen a la par del nivel de elaboración.
La propuesta elaborada por el ministerio de Desarrollo Productivo en base a un trabajo conjunto realizado en distintas mesas sectoriales consigna que esta modificación “busca incentivar la diversificación y complejización de la canasta exportable y desincentivar la primarización de la economía”. Un alto funcionario de la cartera de Producción consultado por este medio consideró “fundamental” la expansión industrial de las exportaciones “para terminar con la restricción externa”.
Según consignan en el Gobierno, en agosto del 2018, el ex presidente Mauricio Macri redujo por decreto en un 66% el monto total aplicado a la política de reintegros a la exportación. “Esto perjudicó sensiblemente al sector industrial que en 2019 registró los niveles de reintegros más bajos para los últimos veinte años, con un ratio del 0,6%”, señalan.
En el marco del lanzamiento del consejo público privado para la promoción de las exportaciones -del que Ámbito informó ayer-, la Unión Industrial Argentina que conduce Miguel Acevedo había reiterado el pedido de aumentar reintegros y bajar retenciones.
Ahora, el esquema que Producción acaba de girarle a las entidades, pone un tope del 2% a los reintegros a las materias primas, que en promedio habían recibido un 2,54 por ciento. Pero a su vez, lleva a un 6% a los insumos básicos que recibieron el año pasado solo un 0,12% y aumenta la alícuota mínima de los bienes industriales finales a 6%, cuando en 2019 habían recibido solo 0,53% en promedio. El texto recalca que con la situación actual, en términos porcentuales, las materias primas reciben los mayores reintegros efectivos. También indica que aunque las exportaciones de bienes finales fueron tres veces superiores a las de los insumos, los montos obtenidos fueron similares. Desde la Secretaría de Industria, señalaron a Ámbito que “el foco está puesto en fomentar manufacturas en torno a los recursos naturales”, e indicaron: “Hoy mayormente estamos exportando soja para alimentar cerdos y si queremos ser un país desarrollado, eso tiene que cambiar”.
El documento que lleva el sello de la cartera que conduce Matías Kulfas propone sostener el derecho de exportación de las materias primas en el nivel actual del 5%. En cambio, postula bajas para los insumos elaborados que pasarían del 4% al 3% y los bienes finales, del 5% a 0. Según las estimaciones del Gobierno, el costo fiscal para estas modificaciones sería de u$s 525 millones.
De esta manera, confían en solucionar asimetrías en por lo menos tres cadenas industriales: foresto-industrial, textil-lana y textil-algodón, en las que actualmente algunos de los insumos con mayor valor agregado pagan derechos de exportación superiores a los de sus materias primas.
Días antes de asumir como ministro, Kulfas hizo público un artículo titulado “La economía después de la grieta”. Según dicen desde su entorno, la nota sintetiza su pensamiento y el del Grupo Callao, la usina política que encabeza. Allí plantea que “el principal problema de la economía argentina es la restricción externa” y agrega que “esto lleva a la necesidad de priorizar a los proyectos que recuperen el tejido manufacturero y, al mismo tiempo, contribuyan en la generación de un excedente de divisas”.
Ese argumento pareciera ser la motivación de la nueva propuesta que el gobierno acercará a los empresarios, en el marco de la escasez de dólares y una creciente deuda externa que, tarde o temprano, requerirá desembolsos en moneda extranjera.