La actividad cayó 2,6% en 2018, el peor retroceso desde 2009. Sin embargo, la suba de 0,7% mensual en diciembre permite al gobierno afirmar que comenzó «la fase de recuperación»
El Indec difundió este miércoles que la actividad económica retrocedió 2,6% en 2018, la peor caída desde 2009, luego de que en diciembre hubiera retrocedido 7% interanual. Es consecuencia de que el año pasado sufrió la peor sequía en 50 años, la volatilidad cambiaria y un duro programa de estabilización.
Sin embargo, en términos mensuales en diciembre la actividad creció 0,7%, revirtiendo la caída mensual que había sufrido noviembre, de 2%, lo que le permite al gobierno mostrar cierta luz de recuperación.
«Este dato preliminar indicaría que el piso de la recesión habría sido en noviembre», indicaron fuentes de Hacienda, que consideraron que la suba mensual de diciembre se debió principalmente al buen desempeño del agro, el comercio y el turismo.
«De confirmarse estos datos preliminares, el crecimiento de la actividad en diciembre indicaría que la recesión habría tocado su piso en noviembre y que a partir de diciembre la economía ya se encontraría en fase de recuperación», explicaron.
Ahora esperan que «en los próximos meses» siga «el crecimiento en los datos mensuales sin estacionalidad», por lo que estima se seguirán viendo datos interanuales negativos.
El Gobierno se apoya en a algunos indicadores privados y oficiales de actividad de enero para confirmar que la economía está en fase de recuperación: despachos de cemento, producción de autos, molienda de soja, demanda de electricidad y producción de acero, que crecieron en términos desestacionalizados en enero.
Entiende que la caída de 7% interanual en el último mes del año se debió a «que la comparación es con niveles muy altos del índice, previos a la recesión». Y que significó una desaceleración de la caída de 7,5% que se sufrió en noviembre.
La sequía, responsable
La caída de 2,6% en el nivel de actividad fue la peor desde 2009, pero el gobierno resaltó que la mitad se explica directamente por el agro, que cayó 15,9%, sin considerar los sectores vinculados, como el transporte, el comercio y la industria.
En cambio, los sectores no vinculados al agro –que no sufrieron la sequía- cayeron 1,6%, un número similar al registrado por dichos sectores en la recesión de 2016 y bastante menos que en la de 2014 (-2,9%).