«Está muy avanzada la discusión», dijo una fuente oficial. En la segunda mitad de marzo, el organismo deberá decidir aprobar el desembolso por u$s 11.000 millones. Se conocerá además letra chica de lo discutido con funcionarios
El Gobierno avanzó en las últimas dos semanas en la discusión con el Fondo Monetario acerca de cómo pasar los dólares del préstamo a pesos, una vez que hagan falta para pagar salarios, jubilaciones y gasto corriente en general. Hasta ahora, y según quedó establecido en el memorándum de entendimiento que se firmó en la versión de octubre del stand-by, las divisas del FMI son sólo para pagar deuda en moneda extranjera.
En ese contexto, las emisiones de letras por parte del Tesoro sirvieron para ir corriendo el horizonte de cuándo se iban a necesitar pesos. Las Letes (en dólares), pero sobre todo las Lecap (títulos en pesos) y Lecer (que ajustan por inflación) trajeron fondos frescos que pospusieron el plazo inicial desde febrero como fecha en la que se iban a necesitar pesos (según habían dicho en octubre del año pasado desde el Ministerio de Hacienda), al segundo trimestre de este año.
«Está muy avanzada la discusión (con el FMI), pero hasta fin de marzo cuando salga el staff report no va a haber detalles», sostuvo una alta fuente oficial cuando fue consultada al respecto.
Se estima que entre u$s 6000 millones y u$s 11.000 millones serán convertidos a pesos desde abril. El monto final será definido también a fines de marzo. «El diseño era para que no haya necesidad de venta en el primer trimestre, sujeto a los roll overs observados. Con eso adentro se va a evaluar el panorama para el segundo trimestre y ahí anunciar el plan», detalló.
¿Cómo se hará este traspaso de dólares a pesos? Desde el Gobierno prefieren guardar con hermetismo por ahora cómo se concretará. Una opción es a través de subastas, tal como se pasaron a pesos los dólares del FMI que recibió el Tesoro en 2018: entre junio y octubre se convirtieron unos u$s 3400 millones.
En medio de un dólar que coquetea con la banda inferior de la zona de no intervención y el comienzo de la «temporada alta» de la liquidación de la cosecha gruesa que podría traer unos u$s 20.000 millones, el punto que buscará el Tesoro es que esta conversión se haga «en forma previsible, de manera que no afecte al mercado de cambios», dijo la fuente. «No es política cambiaria, eso lo hace el Banco Central», marcó.
La cuestión de fondo se traduce en que las ventas del Tesoro no se terminen transformando en que el Banco Central tenga que comprar dólares y, con eso, termine inyectando más pesos que surgen de esas compras. Un tema sensible en una economía que no logra bajar la inflación del 2,5% mensual en casi un año.
Aún no hay fecha fijada de cuándo se reunirá el Directorio Ejecutivo del FMI. En el encuentro, que sería en la segunda mitad de marzo, se deberá definir aprobar (o no, pero todo indica que se hará) el cuarto desembolso por unos u$s 11.000 millones, pero también dará luz verde para que se conozca el nuevo «staff report». Esto es, el documento elaborado por los técnicos que estuvieron en Buenos Aires, liderados por el italiano Roberto Cardarelli, en el que se volcarán todos los aspectos discutidos con el Gobierno argentino. Allí estarán los aspectos como la definición de cómo se pasarán los dólares a pesos.
La tercera revisión del Fondo Monetario Internacional dentro del préstamo stand-by con la Argentina por u$s 57.000 millones finalizó el viernes pasado con una reunión en Hacienda en la que estuvieron Nicolás Dujovne y el presidente del Banco Central, Guido Sandleris.
Fue el cierre de dos semanas que incluyeron encuentros con otros funcionarios del Gobierno, la CGT, think tanks y referentes de la oposición como Juan Manuel Urtubey, Roberto Lavagna y Axel Kicillof.
Al término del encuentro con la CGT, Cardarelli admitió que estaban preocupados por la situación económica y que la actividad iba a empezar a repuntar en el segundo trimestre del año.