Desembarcó ayer la misión del organismo, liderada por el italiano Roberto Cardarelli. En el primer día de la visita de los técnicos se reunieron con Miguel Braun y con Gustavo Cañonero. Descartaron en el entorno de Kicillof invitación a un encuentro
La misión del Fondo Monetario Internacional desembarcó ayer en Buenos Aires y, en su debut, se reunió por la tarde con el secretario de Política Económica, Miguel Braun, y el vice presidente del Banco Central, Gustavo Cañonero.
Por poco más de una hora estuvieron en el segundo piso del edificio del Banco Central los funcionarios del Gobierno reunidos con el líder de la misión, el italiano Roberto Cardarelli; con el representante en la Argentina del FMI, Trevor Alleyne, y el resto de la comitiva del organismo.
En el Ministerio de Hacienda contaron que fue un encuentro de seguimiento del programa que está implementando el país luego del acuerdo con el organismo de financiamiento. No obstante, El Cronista pudo saber que, dentro de la discusión sobre cómo evolucionará la zona de no intervención en la que el Banco Central debe dejar flotar de manera libre al dólar, el Gobierno busca poner sobre la mesa su intención de acotar la brecha entre el mínimo y el máximo que delimitan la banda cambiaria.
Puntualmente, lo que intentarán hacer es bajar el techo de la zona de no intervención, para intentar transmitir al mercado que el dólar no se va a disparar en el período pre electoral. El temor a una corrida cambiaria en el segundo semestre, más específicamente entre julio y octubre, por las elecciones primarias y las generales, es un fantasma que acecha al Gobierno.
De hecho, desde el Banco Central transmitieron pocos días atrás que, en el caso de una corrida, de acuerdo a la evolución del stock de los plazos fijos, el Gobierno cuenta con recursos para frenarla. En concreto, por un lado contabilizan los dólares que el Tesoro tiene y que planea volcar a pesos en los próximos meses y, por el otro, mediante una intervención en el mercado de futuros, habían puntualizado.
Por otro, con respecto a la inflación, desde el Gobierno buscarán definir con el FMI la «monetización de las compras de dólares» que hace el Banco Central. Tienen que ver si es posible esterilizar los pesos que surgen de estas intervenciones en el mercado cambiario.
No se descarta que, sobre fines de la semana próxima, los técnicos del FMI se reúnan con el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, y con el presidente del Banco Central, Guido Sandleris. No obstante, aún no están pactadas esas reuniones.
Por ahora, para los próximos días, seguirán los encuentros con funcionarios de las distintas dependencias oficiales, además de reuniones con empresarios, sindicalistas y referentes de la oposición. Según anticipó El Cronista en su edición de ayer, mañana será el turno del pre candidato a presidente, el salteño Juan Manuel Urtubey.
Este encuentro se suma al que el año pasado se dio con Sergio Massa, en el que el dirigente dijo al FMI que el programa, tal como estaba acordado con el Gobierno, era inviable y que se iba a tener que renegociar.
La duda recae sobre si el referente económico del Frente para la Victoria, el ex ministro de Economía Axel Kicillof, se iba a reunir con el FMI. «No recibimos ninguna invitación», respondieron desde su entorno a El Cronista.
Tras el encuentro de ayer, desde Hacienda sostuvieron que «la primera reunión fue para fijar la agenda de la misión. Se hará un repaso de cómo marcha el programa fiscal, el programa monetario y se comenzará a discutir cómo continuará el programa luego de junio».
En ese sentido, aseguraron que el programa marcha según lo previsto. «Será una misión en la que se repasarán los objetivos, que se están cumpliendo», agregaron. De hecho, el punto más relevante es el ajuste fiscal: los números de 2018 marcan que se cumplió con la meta fijada en el 2,7% del PBI, que es lo que desde el organismo corroboran (además de la evolución de otras variables) para que se gatille el pago del desembolso por u$s 11.000 millones a mediados de marzo, el más grande dentro del préstamo stand-by pactado con la Argentina a tres años por u$s 57.100 millones.
De esta manera, llegarán casi a u$s 40.000 millones los desembolsos desde el Fondo. En sólo nueve meses, los dólares aportados desde el organismo representan un 70% del total previsto hasta mediados de 2021.