Los funcionarios y el staff técnico del organismo mantienen conversaciones informales, sin visitas oficiales a la vista. El embajador argentino en EEUU, Jorge Argüello, dijo que será clave el apoyo del Tesoro norteamericano
Mientras los funcionarios del Gobierno y el staff técnico del Fondo Monetario Internacional comenzaron los primeros contactos informales del año para alcanzar un nuevo acuerdo financiero, el embajador argentino ante los Estados Unidos Jorge Argüello afirmó que espera una resolución de las negociaciones “dentro de pocos meses”.
La hoja de ruta en las conversaciones con el FMI tuvieron un impasse en los últimos días de 2020 por las Fiestas, pero retomó la actividad durante los últimos días, según explicaron desde el Poder Ejecutivo y desde Washington. Aunque aún no se trabaja con una agenda de visitas presenciales en Estados Unidos o en Buenos Aires en el horizonte, fuentes al tanto de la negociación aseguraron a Infobae que ya se iniciaron los contactos informales. El vocero del Fondo Gerry Rice había hecho referencia a una reanudación del diálogo “en las próximas semanas”.
El Gobierno busca aplazar la devolución de USD 45.000 millones que el organismo desembolsó al Tesoro entre 2018 y 2019 por el programa financiero que firmó el Estado nacional y el FMI durante el mandato de Mauricio Macri. A priori, el nuevo calendario de repagos que se negocia incluye un plazo de hasta diez años y ciertos acuerdos estructurales sobre medidas de política económica.
El Palacio de Hacienda prefiere no hablar de “reformas” a cambio de una alivio de deuda con el Fondo Monetario, pero reconoce que están en la mesa de discusión distintas medidas que mejorarían las condiciones de repago que tiene el país, tales como una mejora en la capacidad exportadora que genere divisas. En ese sentido, Martín Guzmán espera poder diseñar objetivos económicos plurianuales, que incluirían metas de acumulación de reservas y un sendero de reducción del déficit fiscal, que habría terminado en 2020 cerca del 9% del Producto Bruto Interno. Uno de los interrogantes que surgió en los últimos días es si el Gobierno pedirá fondos adicionales.
Las negociaciones tienen nombres propios, de ambos lados. Desde Buenos Aires, Guzmán y Chodos lideran la misión argentina, aunque hay otros funcionarios que también forman parte del equipo. Mariano Sardi, quien reemplazó a Diego Bastourre en la Secretaría de Finanzas, ya había participado en la visita que hizo el Ministerio a Washington en diciembre cuando era subsecretario de Servicios Financieros. Uno de los temas que se trató en esos encuentros fue la necesidad de desarrollar el mercado de capitales local, en un contexto en que el Gobierno necesitará un profuso fondeo a través deuda en pesos para financiar el déficit.
En Washington, la carpeta argentina tiene como jefe al economista venezolano Luis Cubeddu, quien ya había sido representante del organismo en Buenos Aires entre 2002 y 2004. De todas formas, por su relevancia al interior del organismo –Argentina concentra el 30% de los préstamos otorgados por el Fondo– las reuniones del FMI con los funcionarios nacionales estuvieron encabezadas por Julie Kozack, subdirectora del Departamento para el Hemisferio Occidental, que por su lugar en el organigrama es muy cercana a Kristalina Georgieva.
El Gobierno se puso una fecha tentativa para tener resuelto el acuerdo con el FMI. Ese plazo sería mayo, cuando tendría lugar el vencimiento de deuda más oneroso del año: los casi USD 2300 millones acumulados de pasivos con el Club de París.
En ese sentido, el embajador argentino ante Estados Unidos, Jorge Argüello, dijo que la embajada en Washington “trabaja con una agenda al día y con buen clima con Martín Guzmán y su equipo. Eso explica los avances que tuvimos en la materia”, afirmó el funcionario. “Ya estamos adentro de la negociación para tener un acuerdo lo antes posible”, dijo en una charla con periodistas organizada por la Asociación de Periodistas de la República Argentina (Apera).
Por otra parte, el representante argentino ante EEUU aseguró que “es importante el rol del Tesoro de los Estados Unidos por el peso que tiene en el directorio”, del Fondo Monetario. El presidente electo Joe Biden confirmó que la nueva secretaria del Tesoro norteamericano será Janet Yellen, expresidenta de la Reserva Federal. Aún no está confirmado si la nueva administración en la Casa Blanca buscará desplazar a Mark Rosen, quien fue nombrado por Donald Trump en 2018 en la principal silla del directorio del Fondo. Washington es el único miembro del FMI con poder de veto de las decisiones del organismo.
“No fue tan significativo el rol de los Estados Unidos en la negociación con los privados, pero cuando discutimos con el fondo, discutimos con el directorio. Y hacia dentro (los países miembro) tienen distintas alícuotas, una de las principales es Estados Unidos”, continuó Argüello. Por último, consideró que el acuerdo tendrá lugar “lo antes posible” ya que el Gobierno argentino necesita “sacudirse el tema de la deuda”. “Tengo una visión positiva. Vamos a tener acuerdo en pocos meses y va a marcar el fin de esta situación de extremo endeudamiento”, concluyó.
Mientras tanto, en las próximas semanas el Tesoro argentino deberá continuar con los pagos ya previstos al FMI en el cronograma vigente. El primer pago de intereses considerable tendría lugar –si no mediara un acuerdo que lo modifique– por casi USD 1.900 millones a fines de septiembre y otro monto similar días antes de la Navidad. El calendario sigue con devoluciones del crédito por más de USD 35.000 millones entre 2022 y 2023. Ese ese el sendero de repagos que Martín Guzmán busca renegociar con el organismo.
El año pasado, en medio de la negociación con los bonistas, Guzmán decidió no abonar los USD 2100 millones adeudados y anunció que buscaría reestructurar esos pasivos. Como el 2019 era el último año previsto de pago en el acuerdo original con ese consorcio de países, el saldo restante pasó a actualizarse a una tasa de interés de 9% anual. Recortar esa tasa de interés y reprogramar los pagos formará parte de una tercera negociación –tras los bonistas y el FMI– que deberá encarar Guzmán para terminar de reestructurar toda la deuda en dólares del país.