Rescatar las letras intransferibles que están en poder del Banco Central le significaban al Tesoro unos u$s 15.000 millones más hasta fines de 2019
En medio de incertidumbre por parte de los analistas sobre el programa financiero oficial de 2019, el Gobierno salió ayer a intentar transmitir tranquilidad. Lo hizo a través de la cabeza del equipo económico, Nicolás Dujovne, quien se encargó de señalar que la suba del riesgo país y el spread de los bonos en dólares no «reflejan adecuadamente los fundamentals y el nivel de financiamiento que tiene Argentina».
«Los spread de los bonos argentinos exageran absolutamente nuestro nivel de riesgo», defendió el ministro en diálogo con agencias internacionales de noticias.
De acuerdo con lo informado por la agencia Reuters, Dujovne sostuvo que pidió al Fondo Monetario Internacional que removiera del programa el punto que indicaba que el Tesoro iba a recomprar las letras intransferibles que están hoy en el Banco Central.
El Cronista ya había adelantado el 10 de julio que el Gobierno había puesto en pausa su decisión de avanzar con la recompra de estos instrumentos que están en poder de la entidad presidida por Luis Caputo. Una fuente oficial sostuvo que la condición de los mercados no era la más adecuada para salir a buscar fondos adicionales para hacer frente a la cancelación de las letras intransferibles.
El tema de fondo, de hecho, fue el diseño del programa financiero: para concretar este proyecto el Gobierno necesitaba hacerse de u$s 25.000 millones adicionales que se iban a destinar a recomprar las letras en cartera del BCRA durante los tres años del programa con el Fondo Monetario.
En la carta de intención y memorándum de entendimiento que se firmó con el FMI (que es lo pactado entre las partes), cuando Hacienda y Finanzas eran ministerios diferentes, se había detallado que «el Ministerio de Finanzas tiene la intención de recomprar gradualmente una porción significativa de Letras Intransferibles del Ministerio de Hacienda en poder del Banco Central, comenzando en junio de 2018. El objetivo es reducir la deuda neta del Ministerio de Hacienda con el BCRA en por lo menos u$s 25.000 millones para mayo de 2021, este es un Criterio de Ejecución Cuantitativo dentro del programa».
Implicaban unos u$s 3125 millones trimestrales, una cifra que acumularía u$s 15.000 millones hasta fin del 2019 y modificaría de plano las necesidades de financiamiento en este año y medio.
Con este cambio en el programa con el FMI se da la primera modificación formal al plan de estos tres años. La apuesta ahora está centrada en reducir el stock de Lebac con la «ayuda» del Tesoro, que licitará en las mismas fechas que vencen los instrumentos en pesos preferidos por los argentinos en los últimos tiempos, Letes en moneda local. Buscarán así que los ahorristas puedan virar hacia este otro instrumento. Y la posibilidad del Banco Central de usar reservas para contener el tipo de cambio.
Dujovne confirmó también ayer que en septiembre se dará el segundo desembolso del préstamo stand-by del FMI a tres años, por un poco menos de u$s 3000 millones. Se sumará a los u$s 7500 millones que recibió el Tesoro en junio (y a los u$s 7500 millones que fueron a engrosar las reservas internacionales que están en el Banco Central).
Los u$s 3000 millones de septiembre y otro desembolso previsto para diciembre (por igual monto) son clave para cerrar el programa financiero de este año, de acuerdo a los cálculos del Gobierno. Con estos u$s 6000 millones, y suponiendo que se renuevan los préstamos con los bancos por u$s 4000 millones, además de un roll over parcial (de 40%) de las Letes y de los bonos que vencen en lo que queda de 2018, están cubiertas las necesidades de financiamiento, aseguran en los despachos oficiales.
De hecho, si se avanzaba con la intención de cancelar las letras intransferibles implicaba unos u$s 15.625 millones más hasta fines de 2019, que no estaban contemplados en el programa financiero oficial. La recompra de las letras generaba una “fuente de incertidumbre” en el mercado, aseguró Dujovne ayer.
“Esa operación había sido ideada como un modo de ir cancelando el stock de las Lebac del Banco Central. Pero toda vez que el Banco Central avanzó con un programa con fondos propios o con un diseño propio para la cancelación de Lebac, consideramos junto con el Fondo que ya no era relevante mantenerlo”, explicó el ministro.