El desequilibrio primario en las cuentas públicas, sin tomar en cuenta intereses de deuda, fue de 6,5%. De ese total, 4,2 puntos del Producto se explicaron por medidas de emergencia por la pandemia
El Estado nacional terminó el 2020 con un déficit fiscal de 2,2 billones de pesos, lo que equivale al 8,5% del Producto Bruto Interno, el nivel de desequilibrio en las cuentas públicas más elevado desde 1975. El Gobierno mantiene para este año una proyección de recorte del déficit total hasta 6% del PBI.
El déficit primario, que no toma en cuenta los intereses de deuda, fue de 1,7 billones de pesos, lo que representó un rojo de 6,5% del PBI. Las medidas tomadas por el Gobierno como emergencia por la pandemia significaron un aumento de gasto de 3,5 puntos del PBI y otros 0,7 puntos por la caída de ingresos.
“Pese a la aceleración habitual de diciembre, el déficit fiscal de 2020 cerró por debajo del valor proyectado en la ley de Presupuesto 2020, producto de una recuperación de la actividad y de los ingresos fiscales que fueron superiores a lo anticipado”, afirmó el Palacio de Hacienda en un comunicado. Las previsiones de Martín Guzmán eran de un déficit primario más cercano a 7%.
Tras una aceleración pronunciada del gasto público durante los primeros meses de pandemia para afrontar el paquete de medidas económicas como el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) y el programa de Asistencia al Trabajo y la Producción (ATP), el Ministerio de Economía aseguró que la dinámica fiscal volvió a la tendencia que tenía antes de la crisis sanitaria.
“Pese a que el gasto primario se aceleró debido a mayores transferencias corrientes y gastos de capital, su comportamiento interanual ha retomado a niveles registrados pre pandemia. El esquema de políticas macroeconómicas adoptado durante el último trimestre del 2020 con el objetivo de establecer un puente de previsibilidad, contribuyó a un ambiente de mayor estabilidad económica. La misma estuvo asociada con una recuperación de la actividad económica y de los ingresos fiscales más sólida que la proyectada previamente a la implementación de las medidas monetarias, fiscales y financieras que constituyeron tal esquema”, consideró Hacienda.
En el último mes del año el ritmo del gasto volvió a acelerar por cuestiones estacionales tras el retroceso que había tenido en los tres meses anteriores. En diciembre las erogaciones crecieron a 52% interanual, explicados por mayores envíos de fondos a provincias (+400%) y gastos de capital (+157%).
En comparación con el 2019, el salto del déficit fiscal fue de 3,5 puntos porcentuales, entre el 5% que había registrado el sector público ese año y el 8,5% del resultado total de 2020. Pero la variación más marcada fue la del desequilibrio primario: pasó de 0,7% del PBI en 2019 a 6,5%.
Según explicaron fuentes oficiales, “prácticamente todo el déficit primario” de 2020 fue cubierto con emisión monetaria del Banco Central. “Aspiramos a que en los proximos años se reduzca progresivamente y para eso apuntamos a profundizar la agenda de ampliación y mejora del mercado de capitales”, comentó una fuente de Hacienda consultada por Infobae.
“Este año hay que financiar todo el resultado financiero, es decir 6% del PBI. De ese total, un 3,2% será con financiamiento monetario del BCRA, eso es 1,2 billones de pesos. Es un monto de financiamiento ostensiblemente inferior al de 2020, que fue más del doble. El otro 2,8% será el financiamiento a traves de la profundizacion de la emisión de deuda en pesos”, precisaron cerca de Martín Guzmán.
El equipo de funcionarios de Economía mantienen la previsión de que este año haya un ajuste de tarifas que le permita al Tesoro mantener en términos reales la cantidad de subsidios para que no haya un aumento del gasto que ponga en peligro la meta de reducción del déficit primario. “La idea es avanzar en esquemas segmentados de tarifas que no dañen la capacidad de compra de sectores en situación de vulnerabilidad y no poner en juego el hecho de que los subsdios se mantengan en términos reales”, comentaron desde el ministerio.
Días atrás, un informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) había estimado que durante 2020 por el congelamiento de tarifas, el gasto del Gobierno nacional en subsidios tuvo en términos reales un 30% de incremento. Como contrapartida, los fondos para obra pública tuvieron un retroceso de 20% durante la pandemia.