El batir de las alas de una mariposa en una pequeña aldea del planeta puede provocar un huracán en otra parte del mundo. Este proverbio chino, bien podría tener una versión financiera más dramática para la Argentina. Es que la mejor situación económica en Estados Unidos llevará necesariamente a que se incrementen los temores inflacionarios y, por ende, a una mayor propensión a nuevas subas de las tasas de interés, algo que señaló la Reserva Federal (FED) hace apenas algunas horas.
En la traducción, si el crédito es más caro, quienes se perjudican son los países que subsisten con altas dosis de endeudamiento. Con un déficit fiscal equivalente a 6,1% del PBI para 2017 (2,2% ya son por intereses), el dato que le da escalofríos a más de un funcionario es que el pago de los intereses de la deuda ya representan para la Argentina un tercio de su déficit fiscal y con proyección creciente. Es que el déficit primario obliga a contraer más deuda y, para los analistas, nadie debería dudar que al pago de intereses hay que considerarlo en la misma categoría que al resto de los compromisos (salarios públicos, jubilaciones, transferencias sociales, obra pública).
«El recalentamiento de la economía estadounidense desató un pico de volatilidad y el incremento de las tasas de corto plazo está impactando en toda la curva de los bonos, afectando los rendimientos en los países emergentes, por eso el mercado castigó más a Argentina respecto a otros países comparables de la región», señalan en la firma Analytica. La tasa a 10 años de los bonos del Tesoro pasó desde el 2,50% al 2,85% en menos de 2 meses y paralelamente, el tramo corto de los bonos del Tesoro subió 100 p.b., ‘aplanando’ la curva.
En esta línea, incluso el economista y expresidente del Banco Nación, Carlos Melconian, sostuvo que si bien no se prevé una falta de liquidez a nivel internacional, sí consideró que para Argentina el crédito se va a encarecer por encima de lo que disponga el organismo estadounidense.
«Partiendo de un déficit externo elevado, que estará oscilando en alrededor del 5% del PBI, eventuales cortes temporarios en la oferta de financiamiento externo podrían afectar el gasto agregado (privado y público) provocando un deterioro del nivel de actividad con impacto en los recursos tributarios y las cuentas públicas», señalaron en FyEConsult.
Para Joaquín Marque, analista de MT Capital, «es válido suponer que las tasas cortas suben, en línea con el endurecimiento de la Reserva Federal». Según el analista, la reforma fiscal de Trump apunta a un aumento del déficit financiero del Tesoro y un estímulo adicional a la economía, por lo que la mayor emisión de deuda y una economía pujante, pueden implicar cierto encarecimiento de la curva de bonos con tasas cortas superiores a los niveles actuales.
Desde mediados de enero, el riesgo país argentino aumentó 10% (pasando de 364 a 404 p.b.) si bien hace apenas algunos días supo estar por encima de los 416 pb. Tanto Brasil como México tuvieron menores incrementos. Este efecto fue anticipado por el reconocido Institute of International Finance (IIF), que hace apenas algunos días señaló que la Argentina y Turquía eran los emergentes más expuestos ante el nuevo escenario.
En el plano local, hay dudas con respecto a la vulnerabilidad financiera de la Argentina para enfrentar este escenario. Por un lado, el resultado financiero neto de transferencias del BCRA al Tesoro se ubicará 4,4% del producto en 2018 y 3,9% en 2019 desde 6,1% en 2017. Para los analistas, esto implica una mejor capacidad de repago, al menos de la deuda en pesos. Sin embargo, a ello se suma que el déficit en cuenta corriente cerró 2017 por arriba del 4% del producto y se ubicaría en 4,5% en 2018. Sostienen en Analytica que este hecho, sumado a una creciente demanda de dólares (alcanzó u$s17,8 MM en 2017 vs. u$s12,3 en 2016), sugiere «un mercado cambiario presionado, lo cual condiciona la capacidad de pago en moneda dura del Tesoro».
En este contexto de mayor fragilidad financiera local, los cambios en Estados Unidos representan un desafío. Por ejemplo, será más cara la financiación para el país y, por ende, el gradualismo, es decir el mayor tiempo en la realización de las reformas para, por ejemplo, recortar el déficit fiscal, redundará en un encarecimiento. Traducido: será más caro el tiempo que necesita el Gobierno para realizar los ajustes relacionados con el gasto público.
Por esa razón, los analistas recomiendan bajar exposición en el tramo largo de la curva en dólares y posicionarse en el tramo corto de esa misma curva. A la vez, las proyecciones evidencian que todos los activos de riesgo se verían afectados hasta tanto se sepa la magnitud de la reforma fiscal en Estados Unidos y su financiamiento.
Fuente: http://www.ambito.com/913598-gradualismo-sera-mas-caro-para-la-argentina-por-deuda-y-suba-de-tasas