Los plazos de pagos pasaron de 45 a 90 días. Pero piden incluir en la factura la orden de compra, que envían 15 días más tarde, y el cheque sale diferido a dos semanas
"Hay que pisar la caja”.
Esta fue la orden del director financiero a su equipo de trabajo.
No se trata de un caso aislado: la escena se está repitiendo en cada vez más compañías que optan por estirar los plazos de pagos de 45 a 90 días.
En varios casos, en realidad el proveedor no termina cobrando a los tres meses, sino a los cuatro.
¿Por qué? Aquí empiezan las triquiñuelas que algunas firmas están implementando.
En primer lugar, en la factura debe constar el número de orden de compra, que se lo mandan recién a las dos semanas de vencido el mes, para ganarse 15 días más, ya que el pago es a 90 días de recibida la factura.
Por otra parte, el cheque se lo dan diferido a otras dos semanas, de modo de completar así un mes extra. Cuanto más tiempo tienen la plata en el banco, más tasa ganan, y hoy que las tasas están altas cualquier tipo de negocio pasó a ser en parte financiero. De hecho, el CFO (Chief Financial Officer) es la mano derecha del CEO y quien más tiempo pasa a su lado, cuando en tiempos de bonanza lo era el director comercial.
Además, hay que tener en cuenta que comunicarse con el sector de Pago a Proveedores resulta cada vez más complejo, pues en muchas empresas sólo atienden durante dos horas una vez a la semana, y el teléfono siempre suele dar ocupado, por la cantidad de llamadas que se juntan.
“Mandame una copia fiel de la factura, que no me llegó”, es otra de las excusas que suelen utilizar los administrativos para ganar tiempo.
“El cheque lo tenés que ir a descontar al banco, que con suerte te cobra una tasa del 40% anual, con lo cual el costo financiero que tenés ahí te termina comiendo gran parte de la rentabilidad de tu negocio. Y si trasladás ese costo a los precios, no te lo avalan y dejan de contratarte. Además, como las grandes empresas son agentes de retención impositiva, terminás pagando ganancias e ingresos brutos por adelantado”, advierte el dueño de una pyme, que quiso descontar cheques de firmas de primera línea en una cuenta personal suya y el banco no se lo aceptó: “A partir de ahora, el descuento de cheques es sólo en cuentas de empresas”, le dijeron en una de las entidad financieras más grandes del país.
“Hoy la clave reside en stockearse, cuidar a los proveedores estratégicos y elegir bien quiénes son tus clientes, porque a los que no les podés aumentar el fee y te pagan a mayor plazo es mejor no tenerlos, ya que te terminan comiendo tu margen de ganancia. Pensá que hoy sólo en movilidad gastás el 10% de lo que te pagan. Por eso, le estamos pidiendo al personal que trate de ir en colectivo en vez de en taxi”, cuentan en otra pyme.
“Teníamos que contratar a un cadete, pero con un sueldo de $ 6.000, te termina saliendo $ 9.000 con las cargas sociales, así que decidimos manejarnos con mensajerías de motos para cuidar la caja y darle más trabajo a la secretaria subiéndole un poquito el sueldo”, revelan.