La CGT oficial se reúne hoy para protestar por el intento oficial de condicionar las paritarias. Bancarios, aceiteros, comercio y hasta la UOM alertan con medidas de fuerza
La determinación del Gobierno de imponer un techo del 24% a los aumentos salariales de este año con la advertencia de que no homologará acuerdos por encima de ese porcentaje fue demasiado aún para los gremios más cercanos a la Casa Rosada, que ya preparan la resistencia contra la maniobra oficial y hasta amenazan con desplegar un profundo escenario de conflicto. La propia CGT que lidera el metalúrgico Antonio Caló reunirá esta tarde a su mesa chica con el objetivo de definir los alcances de la reacción gremial frente a lo que interpretan como una clara ofensiva para «limitar la libre negociación» entre sindicatos y empresas.
El estancamiento de la paritaria metalúrgica, en la que Caló y el resto de la conducción de la UOM se niegan a cerrar una suba en torno al 25%, sumado a la denuncia pública del titular del sindicato de Comercio, Armando Cavalieri, acerca de que el Ministerio de Trabajo rechaza homologar el convenio salarial de 30% que ya acordó con las cámaras de la actividad, avivaron el malestar dentro de la central obrera oficialista. La intención de buena parte de la dirigencia es definir hoy mismo un pronunciamiento crítico contra la actitud del Gobierno y rechazar cualquier imposición de techos para los aumentos.
«Vamos a ir en busca del mejor salario posible y no vamos a aceptar ningún tope, es una locura firmar un 24% o 25%», aseguró Héctor Daer (Sanidad), referente junto a Cavalieri del denomina grupo de «los gordos». El propio jefe de los mercantiles advirtió, a su vez, con la posibilidad concreta de avanzar con medidas de fuerza en defensa de la «libertad» de las paritarias. «En esta situación estamos todos en conflicto», enfatizó.
El tenor de la réplica cegetista dependerá en buena medida del resultado de la nueva audiencia paritaria que la UOM y las cámaras metalúrgicas mantendrán hoy desde las 10 en la cartera laboral. Si Caló no logra llevarse de Trabajo una señal concreta de que podrá encaminar su convenio hacia un incremento apenas por debajo del 30% (el gremio estaría dispuesto a firmar entre un 28% y 29%), seguramente el malestar se trasladará a la reunión que horas después compartirá la primera línea de la CGT. «Es muy posible que se active el paro de 36 horas que está en suspenso», alertó anoche un dirigente de la cúpula de la UOM.
La alternativa de un escenario de conflicto en diversas actividades no es tan lejano. El gremio bancario, que reclama un aumento del 33% más una compensación por los descuentos de Ganancias, se volverá a reunir mañana con los representantes de los bancos y si no logra un entendimiento le pondrá fecha a una huelga para la próxima semana. «Pretenden imponer un tope, pero el relato alcanza hasta que el trabajador va al supermercado», acusó Sergio Palazzo, titular de la Asociación Bancaria, y alertó que «hay conversaciones con otros gremios para tomar medidas» de fuerza.
También la Federación gremial aceitera, junto con la CGT regional San Lorenzo, prevé disponer hoy mismo el inicio de una huelga por tiempo indeterminado que paralizará las exportaciones de granos en reclamo de un incremento salarial del 42%.
Los gremios enfrentados desde hace tiempo al Ejecutivo también se sumaron a la polémica. Pablo Moyano, número dos de Camioneros, cruzó duro al Gobierno al que acusó de «presionar» al sindicalismo y a las empresas para fijar un tope a los salarios y anticipó que su gremio rechazará cualquier suba inferior al 33%. «Presionan a los gremios y las empresas para imponer un techo y después vienen con el verso de paritarias libres», lanzó.
Tanto en la CGT opositora, que conduce Hugo Moyano, como en el frente de gremios del transporte, enrolados en la CATT, sumaron advertencias de conflictos si la Casa Rosada no da marcha atrás en su propósito de condicionar las paritarias.