Los cinco fondos buitre le dieron un guiño a la Argentina: esperar hasta 2015 para firmar el acuerdo definitivo y saltar así la cláusula Right Upon Future Offers (RUFO); en un intento por liberar al país de pagarles a los bonistas que ingresaron a los canjes de 2006 y 2010 lo mismo que se le reconocería a Elliott, Olifant, Aurelius, Blue Angel y ACP Master. Para esto, uno de los abogados más importantes que llevan adelante la defensa de los buitres en el "juicio del siglo", llegará a Buenos Aires en las próximas horas con la propuesta concreta para presentar ante el Gobierno de Cristina de Kirchner. No habrá reuniones oficiales entre las partes en el país. Pero sí encuentros extraoficiales e indirectos, de intercambio de opiniones, con delegados que escucharán la propuesta de los cinco fondos. Luego, si hay bases para un acercamiento serio, la idea se llevará el próximo viernes 11 de julio a Nueva York, a la próxima reunión que el ministro de Economía Axel Kicillof y parte del equipo económico y los abogados que representan a la Argentina en este caso, mantendrán nuevamente con el "special master" Daniel Pollack en esa ciudad.
Ayer, Jay Newman, el gerente más cercano a Paul Singer (el megamillonario dueño de Elliot), fue explícito al asegurar que estaría dispuesto a dar "más tiempo a la Argentina", siempre y cuando el país "avance con medidas concretas y serias en las negociaciones". Lo dijo en una columna en el Finantial Times, donde además habló de aceptar "una parte de cualquier acuerdo en bonos".
La propuesta que evalúan los fondos buitre para presentar en la negociación es simple. Los cinco acreedores con fallo a favor de parte de Thomas Griesa aceptarían cobrar lo que el juez neoyorquino les reconoció (unos 1.600 millones de dólares con actualizaciones incluidas) un bono similar al que Argentina le entregó a Repsol por unos U$S 5.000 millones. Días después (en el caso de la petrolera española fueron menos de 48 horas), los cinco fondos le venderían los papeles a uno o varios bancos internacionales, que les comprarían los activos con una quita de entre 10 o 20% para luego ir colocándoles en los mercados internacionales. Aún con esa reducción, los cinco buitres tendrían una ganancia no menor al 900%, una rentabilidad que no brinda hoy ni la venta de armas en el África.
Para salvar la cláusula RUFO (Elliot, Aurelius, Blue Angel, Olifant y ACP Master) firmarían el acuerdo luego del 2 de enero del próximo año, cuando la cláusula haya caído (vence el 31 de enero); pero firmando un acuerdo antes de esa fecha en el marco de las negociaciones que se mantienen con Pollack. El visitante que llegará en las próximas horas a Buenos Aires (uno de los abogados que permanentemente habló contra la Argentina en las audiencias del Juicio del Siglo tanto ante Griesa como ante la Cámara de Apelaciones de Nueva York), propondrá además dejar en claro que el país les pagará "involuntariamente", "bajo la presión del fallo de Griesa" y "en el marco de las negociaciones que se cerraron con Pollack" y ante las cuales el país "debió someterse". Según los abogados que representan al país del estudio Cleary Gotlieb Steen & Hamilton (CGS&H), esto no liberaría a la Argentina de presentaciones judiciales de parte de los bonistas "performance" (los que aceptaron los canjes del 2006 y 2010), pero amortiguaría el impacto judicial que podrían tener estas demandas en los tribunales norteamericanos. Serviría en algún caso de prueba a favor de la Argentina, pero no serían determinantes, ya que los potenciales futuros demandantes podrían argüir que el acuerdo fue voluntario más allá de lo que digan los fondos buitre; además de haberse acordado este año en los términos de las negociaciones con Pollack, aunque se liquide efectivamente con un nuevo bono emitido en 2015. Para los abogados Carmine Bocuzzi y Jonathan Blackman del estudio CGS&H, la ayuda judicial más sólida continúa siendo la que ayer Kicillof le propuso al "special master": que sea Griesa el que deje en claro por escrito en el acuerdo final, que Argentina no paga "voluntariamente" sino "obligada" por el fallo de Griesa. Tampoco esta sentencia del juez neoyorquino solucionaría 100% las probabilidades de futuros juicios de los tenedores "performance". Pero, según la interpretación de CGS&H, serviría de jurisprudencia para que los jueces que tomen estos casos tengan en cuenta la interpretación de un par.
Para que todo este entrecruzamiento jurídico- político- financiero funcione, es fundamental la influencia que pueda tener Pollack ante Griesa. Y antes la posibilidad que el negociador pueda interpretar seriamente los problemas argentinos para cumplir con el fallo del juez norteamericano. La reunión de ayer en el bufete del abogado da lugar, según fuentes oficiales, para el optimismo. Según la comunicación que el ministro de Economía dio a Buenos Aires una vez terminado el extenso encuentro de ayer, Pollack trató con mucha cordialidad y comprensión a Kicillof. El mediador tiene de antemano una buena predisposición. Los abogados de CGS&H ya le habían comentado a funcionarios argentinos, que hace unos días, luego del mensaje del ministro de Economía ante las Naciones Unidas explicando porqué Argentina no podía cumplir con el fallo de Griesa y pedía la extensión del "Stay", Pollack había defendido a Kicillof y mencionado que el ministro "habló muy bien".
Fuente: http://www.ambito.com/noticia.asp?id=748569