El financiamiento a la vivienda comenzó a recuperarse en términos reales desde el último trimestre del año pasado. En enero se colocaron $ 2570 millones, contra $ 885 millones en enero del 2016 y $ 1.873 millones en diciembre. Si bien esperan que la tendencia se consolide en los próximos meses, advierten por el poco fondeo que estos préstamos tienen, ya que los depósitos no logran despegar
El año comenzó con repunte de los créditos hipotecarios, que cerraron enero con una suba de 4,2%. Los préstamos atados a la inflación, los llamados UVA (Unidad de Valor Adquisitivo), ya representan el 37% del total otorgado para financiar la vivienda. El mes pasado, el stock creció $ 2.570 millones, lo que representó una suba mensual de 4,2%, por encima de la inflación. La variación de enero fue casi tres veces el avance del stock registrado el mismo mes del 2016 ($ 885 millones). Sin embargo, si se analiza la evolución de esta línea de crédito en los últimos doce meses, puede verse una caída en términos reales, ya que sólo acumularon un aumento de 12%.
Los que continúan ganando terreno son los préstamos UVA, que desde que fueron lanzados en abril del año pasado y hasta el 31 de enero, ya desembolsaron más de $ 2600 millones, según el último informe monetario mensual del Banco Central. Sólo el primer mes del año, se otorgaron $600 millones de esta línea vinculada al incremento de los precios.
«Se puede apreciar un leve crecimiento en este primer mes en el stock de esta línea, habrá que dejar pasar un tiempo para ver el comportamiento de la oferta y sobre todo de la demanda en este nuevo año», afirmó Guillermo Barbero, de First Corporate Finance Advisors S.A.
Todas las líneas de hipotecarios muestran desde el último trimestre de 2016 una leve recuperación y la expectativa es que la tendencia se consolide. «A mediano plazo, es sin duda un rubro que va a crecer. Existe una fuerte demanda que no ha sido abastecida», afirmó Fausto Spotorno, economista de Orlando Ferreres.
Para Gabriel Caamaño Gomez, de Consultora Ledesma, el repunte de los préstamos a la vivienda se corresponde con una mejora de todas las líneas de crédito del sistema financiero. «Vamos a ver una recuperación en términos reales de todo el stock de créditos, porque la economía se va a recuperar, las tasas están más bajas y hay una menor inflación. Sin embargo, todavía falta para ver que el crédito hipotecario se convierta en un factor dinamizador de la economía», dijo. «Si bien se nota un crecimiento en términos reales, no es una de las líneas más dinámicas. De hecho, no ha recuperado su participación, en términos reales, en el stock general de crédito», agregó el economista.
Pese a que los préstamos UVA han tomado impulso, la otra cara de la moneda son los depósitos indexados, fondeo necesario para este tipo de crédito, que se mantienen casi nulos. En enero, los plazos fijos ajustables por CER crecieron apenas $ 67 millones.
«Del lado de la oferta es donde falta ver un desarrollo más grande. Si bien el sistema financiero a la larga no sólo va a ofrecer crédito hipotecario sino que potencialmente podría ser uno de los principales drivers de crecimiento para el sector, todavía no gana volumen y tiene que desarrollar canales comerciales», señaló Spotorno.
Caamaño Gomez afirmó que el principal escollo que encuentra el sistema financiero para poder impulsar este tipo de depósitos, que tienen un plazo mínimo de 180 días y pagan 0,1% por encima de la inflación, son las tasas del mercado. «Si bien se está estabilizando, todavía tenemos una curva de tasas invertida. Es decir, pagamos más en el corto plazo que en el largo. Esto plantea dos inconvenientes. Por un lado, ¿qué sentido tiene para el depositante apostar por 180 días si a 30 puede ganar más? Y por otro, que incentivo tiene el banco para colocar un préstamo a 20 años, si gana más prestando a corto plazo», planteó.