Desde el récord de USD 77.481 millones del 9 de abril cedieron a menos de USD 49.000 millones. A partir de las PASO se profundizó el drenaje de depósitos en dólares y de activos en moneda extranjera del BCRA
El drenaje de dólares continúa por el impacto de las elecciones primarias, que dejó al oficialismo con reducidas chances de revertir el resultado adverso. Es cierto que la pérdida de reservas se desaceleró en las últimas dos semanas, por la imposición de controles más rigurosos, pero siguen en declive y con una caída acumulada cuyo volumen tiene escasos precedentes.
Desde el récord de USD 77.481 millones del pasado 9 de abril, sostenido por los préstamos del Fondo Monetario Internacional, los activos internacionales del BCRA disminuyeron en USD 28.543 millones o 36,8 por ciento.
Las reservas se erosionan por el pago de deuda en moneda extranjera; la dilación del FMI para efectuar un nuevo desembolso por USD 5.400 millones; la merma en los depósitos, y también las ventas al contado efectuadas por la entidad para «congelar” el tipo de cambio.
Las reservas internacionales del Banco Central contabilizaron este viernes USD 48.938 millones, el monto más bajo del año y un 26,2% inferior a los USD 66.309 millones del 9 de agosto pasado, última rueda cambiaria antes de las PASO.
En poco menos de siete semanas desde las PASO la pérdida de activos en las arcas del Central sumó USD 17.371 millones, para regresar a un mínimo desde el 29 de octubre pasado.
En nueve meses de 2019 la caída de reservas alcanza los USD 16.858 millones (-25,6%), desde los USD 65.796 millones en que cerraron el año pasado.
Este drenaje de dólares supera la “fuga” de 2013, cuando el “cepo” cambiario de Cristina Fernández de Kirchner no podía frenar el debilitamiento del balance del BCRA. A lo largo de aquel año los activos restaron USD 12.691 millones (-29,3%), de USD 43.290 millones a USD 30.599 millones.
Para detectar una salida de divisas de magnitud similar a la presente hay que regresar al 2001, cuando se registró la pérdida más grande de reservas en términos porcentuales, en el último año del régimen de convertibilidad durante la presidencia de Fernando de la Rúa.
Los activos internacionales del BCRA descendieron USD 19.002 millones (55,5%), desde los USD 34.234 millones del cierre de 2000 a los USD 15.232 millones del 31 de diciembre de 2001.
Cómo incide la baja de los depósitos en bancos
En el retroceso de activos internacionales influye la salida de depósitos privados en dólares, de los cuales en la actualidad un 36% se contabilizan como reservas en concepto de encajes, al restarles el monto de créditos en moneda extranjera otorgados por los bancos.
Los depósitos en dólares del sector privado en efectivo acusaron un descenso de 34,3% a partir de las PASO u USD 11.143 millones, para sumar el pasado 25 de septiembre los USD 21.356 millones, el monto más bajo desde el 14 de diciembre de 2016.
Aunque a un ritmo más lento que el de la salida de depósitos, las entidades empezaron a reducir el stock de préstamos en dólares, para evitar un descalce de monedas. Los créditos otorgados al sector privado cedieron más de 2.444 millones, desde USD 16.247 millones el 9 de agosto a USD 13.803 millones informados al 24 de septiembre.
También recobraron protagonismo las intervenciones del BCRA en el mercado mayorista para ponerle techo al dólar debajo de los 60 pesos, umbral que amenazó después del contundente triunfo del opositor Frente de Todos en las PASO.
La entidad que preside Guido Sandleris debió vender divisas para equilibrar la oferta, en una plaza que a esta altura del año no cuenta con el máximo caudal de liquidaciones del agro, que se concentra en el segundo trimestre.
Desde el 12 de agosto, la entidad monetaria registró un saldo neto negativo de USD 2.999 millones por su participación en la plaza de contado, monto que también lastró a las reservas.
“La incertidumbre política de Argentina y la incertidumbre cambiaria resultante probablemente seguirán debilitando la base de depósitos de los bancos, a medida que continúe la dolarización y la confianza de los inversores se vea afectada”, sostuvo Marcelo de Gruttola, analista de Moody’s.
Para el economista Luis Palma Cané, «está claro que el Fondo no hará el desembolso por lo menos hasta después de las elecciones. Lamentablemente para nosotros; desde el punto de vista del FMI es razonable. Para la Argentina la prioridad del programa es mantener la estabilidad cambiaria y, evidentemente, la no llegada de los USD 5.400 millones no ayuda. Cuanto más nos acerquemos a las elecciones aumentará la incertidumbre y con eso aumenta la aversión al riesgo de los inversores”.
Esta semana el INDEC informó que los activos de particulares y empresas argentinas fuera del sistema financiero local llegaron a la suma récord de USD 304.597 millones en el segundo trimestre del año, es decir, antes de la reciente salida de depósitos posterior a las primarias.
Este monto que supera ampliamente la mitad el PBI y es comparable al total de la deuda pública –en dólares y pesos- que alcanzó los USD 307.570 millones en agosto pasado.
En diez años los fondos fuera del sistema –a los que vulgarmente se los identifica como “fuga de capitales”-, se duplicaron desde los USD 146.323 millones de 2009. A fines de 2015 subieron a USD 222.465 millones y en junio pasado superaron los 300.000 millones de dólares.
Ecolatina señaló que “esta nueva crisis cambiaria y financiera deterioró sensiblemente la posición de liquidez y solvencia del Sector Público Nacional, jaqueando el cumplimiento en tiempo y forma de los compromisos asumidos, especialmente de aquellos en moneda extranjera. Al momento, esto ya se materializó en el reperfilamiento de las Letras del Tesoro con inversores institucionales”.
Según estimaciones de la consultora EcoGo, hasta fin de año el Tesoro deberá pagar unos USD 1.500 millones por el vencimiento de Letes en dólares, un monto que se podrían cubrir con reservas.
La dificultad aparece en los vencimientos en pesos, pues hasta ahora el Tesoro vendía divisas para obtener liquidez y cancelar compromisos en moneda doméstica. La escasez de dólares impide vender divisas para hacerse de unos $230.000 millones para pagar Letras en pesos hasta fin de año.
La alternativa es la de monetizar este pasivo, recurso que añadirá presión alcista a la inflación, además de desbordar la flexibilización de la meta de Base Monetaria, con una expansión pautada en 2,5% mensual para septiembre y octubre.
En el bimestre, el Central prevé elevar la Base Monetaria en unos $70.000 millones, de $1.377.000 millones ($1,38 billón) a $1.447.000 millones en el promedio de octubre, mientras que las necesidades de pesos por las Letes triplican dicha expansión.