Mientras en los EEUU la criptomoneda parece buscar asentarse por un tiempo en torno de los USD 50, en la Argentina amenaza terminarse el veranito cambiario del que disfrutó el gobierno.
El dólar y el Bitcoin serán el centro de atención de los ahorristas e inversores. La divisa de Estados Unidos subió $ 5 el viernes en el “blue” y quedó compradora para hoy.
“No sé si va a subir o va a quedarse en ese valor, para tomar impulso. De lo que estoy seguro es que si hace pausa es para retomar fuerzas. Pero al final del año la gente lo ve por encima de los doscientos pesos”, estimaba un operador.
Es que la vertiginosa suba de los últimos días hizo que muchos de los que pensaban vender, esperaran y no pueden aguantar mucho más con el dólar en sus manos porque se acerca el fin de mes y deben cubrir gastos. Por eso, lo que se opere hoy es clave porque en el mercado libre, el “blue” se potencia en la suba. “Cuando sube, todos compran, nadie vende”, aseguraba el operador.
Lo cierto es que el dólar libre está tan firme como el dólar MEP o el contado con liquidación que el viernes subieron hasta $2. Y, por si fuera poco, se vio un gran movimiento en los bonos que están en poder del fondo Templeton. Ellos tienen una buena parte de los títulos indexados TX21 y TX 22 y el viernes negociaron el triple del volumen habitual en subastas. Esos pesos esta semana se incorporarán a la demanda de contado con liquidación para ser remitido en forme de dólares al exterior.
Por eso los operadores no se explican lo que pasó el viernes en el mercado. Con los dólares alternativos picantes, se vio una escasa intervención del Banco Central- Los rumores fueron de toda índole, pero el más escuchado es la disidencia entre el Ministerio de Economía a cargo de Martín Guzmán y el Banco Central regenteado por Miguel Ángel Pesce. Otros dijeron que el Central se abstuvo para almacenar municiones para enfrentar lo que se viene.
Como ejemplo pusieron al mercado de futuros del dólar, donde el BCRA puede intervenir con hasta USD 6.000 millones, condición que impuso el FMI cuando le prestó a la Argentina. El Central está levantando sus posiciones más cortas de futuro. Redujo su exposición en USD 650 millones y tiene apostados a distintos fines de mes, 4.600 millones que piensa recortar para intervenir los plazos más largos, donde el dólar sube a tasas de más de 40% anual en los distintos fines de mes porque el mercado apuesta a que el campo suspenderá las liquidaciones de exportaciones cuando tengan lo que necesitan para cubrir sus gastos y se sentarán en el remanente de la cosecha a la espera de la devaluación. Una apuesta arriesgada porque en el medio se puede interrumpir la suba de la soja y los demás granos.
Pero cuando el “blue” se escapa de esta manera, al igual que los dólares alternativos, la brecha hace que sea tentador retener granos o alienta a unos pocos a sacarlos ilegalmente para aprovechar el valor del dólar marginal. El “blue”, mueve poco dinero, pero sus precios cambian el comportamiento del mercado porque tienen una fuerte influencia psicológica.
De hecho, si bien el viernes el Banco Central compró USD 100 millones en la plaza mayorista, a las reservas llegaron 36 millones que las elevaron a USD 40.256 millones. Una parte se la llevaron los bonos que compraron para intervenir en el mercado de dólares derivados.
Anochecer de un bitcoin agitado
Y ahora, con el derrumbe del Bitcoin que a las 22 horas del domingo cotizaba a USD 50.500 pero había tocado USD 48 mil y generaba más incertidumbres que certezas sobre su rehabilitación, el dólar agrandó su prestigio de moneda de cobertura porque el mercado de criptomonedas creció mucho en base al ingreso de novicios que se asustan de las volatilidades y agrandaron el “efecto Turquía” atemorizados por la caída. El dato positivo es que cuando la moneda se acercó a USD 48 mil rebotó y parece que su piso es de USD 50 mil dólares, valor al que compraron muchas manos grandes que, se supone, no dejarán que la moneda se derrumbe. En la caída hubo más pánico que razón. Porque los que tenían Bitcoins en sus wallets (billeteras) y no apostaron a compañías que pagan más de 7% anual, tienen la misma cantidad de criptomonedas, aunque coticen menos que antes. Los que las colocaron en Thodex, alrededor de 390 mil personas, perdieron el depósito.
Las Bolsas de Estados Unidos, en el mercado overnite abrieron en terreno negativo, pero a las tres horas de operar se colocaron levemente arriba. Los inversores están cargados de dudas porque hay demasiadas incógnitas como la política impositiva de Joe Biden y cómo afectará el bitcoin y el resto de las criptomonedas a las empresas que apostaron fuerte como tarjetas de crédito o Tesla que aceptan el pago con esas monedas.
Es probable que el Bitcoin se estabilice en un valor que esté entre los USD 50.000 y 55.000 un tiempo. Lo que no se sabe, es el destino de las Bolsas de Estados Unidos cuando se acerca el temido mayo el mes que dio origen a la frase “sell in May and go away” (venda en mayo y váyase), en otras palabras, aconsejan tomar las grandes ganancias que hace tres años viene dejando el mercado bursátil norteamericano. Por eso, la estabilidad ante los récords que alcanzaron está en discusión.
Otoño caliente
En la Argentina, en cambio, comienzan los meses más calientes porque aumenta la demanda del dólar. Mucho dinero proviene de los sojeros que ponen a cubierto parte de los pesos que recibieron del Banco Central cuando liquidaron sus exportaciones, comprando “blue” para mantenerlos fuera del sistema y a salvo de cualquier cambio en las reglas del juego.
A ellos ahora se sumarán los ahorristas que, si bien tiene gastos en mayo, cobran aguinaldo en junio y recibirán la devolución del impuesto a las Ganancias porque regirá la nueva ley. En otras palabras, vienen meses agitados para el dólar y los bonos CER y depósitos UVA que, por ahora no se ven afectados, porque presienten que la inflación seguirá en alza y que la interna del Gobierno amenaza a la intención de anclar al dólar.
La realidad se está llevando por delante el verano cambiario.