El mes pasado el 46% de la licitación se había concentrado en la letra a un mes, ayer ese número subió al 54%. Esto es porque la suba de tasas de los papeles a más largo plazo prometía una baja de rendimientos que la persistente inflación impidió.
Tras el mal dato de inflación de septiembre los inversores que apostaban por una baja de tasas en el futuro cercano tuvieron que recalcular sus previsiones. En la licitación de Lebac de ayer, en la que le Banco Central (BCRA) renovó casi la totalidad de los $ 382.000 millones que vencían, la letra a un mes volvió a ser la más preferida. Ante la incertidumbre sobre la tasa en el futuro, fueron menos los que se animaron a tomar letras a 273 días.
La autoridad monetaria enfrentaba ayer vencimientos por $ 382.044 millones y logró renovar $ 316.214 millones, dando como resultado una expansión en la licitación primaria de $ 64.830 millones. A través de sus intervenciones diarias en el mercado secundario, el BCRA lleva absorbidos $111.938 millones, por lo que el efecto neto durante el mes fue contractivo en unos $ 47.000 millones.
Según fuentes de la entidad, la expansión monetaria de ayer se explicaba en buena parte por necesidades de liquidez de la ANSeS y el Banco Nación, muy activos en el otorgamiento de créditos, por lo que se trata de pesos que muy rápidamente vuelven a ser absorbidos a través de pases pasivos. Los bancos, además, suelen buscar liquidez en las emisiones mensuales de letras para promediar el nivel de efectivo mínimo que les exige la normativa.
Tampoco hubo novedades por el lado de las tasas de las letras, algo esperable dado que en el pasado cercano la entidad conducida por Federico Sturzenegger no esperó a las licitaciones para mover los rendimientos: lo hace de inmediato en el mercado secundario. Las tasas de corte se ubicaron en 26,50%, 26,84%, 27%, 27,3%, 27,35% y 27,35% para los plazos de 28, 63, 91, 154, 210 y 273 días, respectivamente. El mismo nivel al que se emitieron en septiembre.
La novedad de ayer vino por el lado de los plazos. Se revirtió el alargamiento de plazos de vencimientos que veíamos en las últimas semanas. La tendencia por la que cada vez más fondos se dirigían a las Lebac de más de 270 días se interrumpió.
El 54% del monto colocado se concentró en la letra más corta, a 28 días. En septiembre sólo el 46% del total emitido había ido al vencimiento más corto.
De la misma forma, se redujo el atractivo de la Lebac más larga. Mientras que en septiembre el 16% del total colocado fue al plazo más largo, ahora el peso del último vencimiento cayó al 16%.
Esto es porque la suba de tasas largas que había hecho el BCRA tenía sentido para los inversores si la inflación amainaba y las tasas cortas tendían a bajar. La promesa de baja de tasas no pudo ser cumplida tras el 1,9% de inflación de septiembre, por lo que es mejor volver a apostar mes a mes.
«El BCRA está operando sobre las tasas esperadas para 2018. Si la inflación no acompaña y el BCRA sigue vendiendo en 27,35% la parte larga es mejor quedarse corto y esperar el momento en que la política monetaria empiece a tener efecto sobre la inflación y las expectativas», dijo Belisario Álvarez de Toledo, de Consultatio Asset Management.
El de ayer fue el vencimiento mensual de Lebac más pequeño en seis meses, un alivio para un BCRA hastiado por la atención que generaban en el mercado sus «mega vencimientos» mensuales. El alargamiento de plazos tuvo mucho que ver con esa reducción de los vencimientos (también el hecho de que la entidad dejó de operar los vencimientos más cortos, con lo cual no suma stock entre licitaciones). El acortamiento del plazo promedio ayer, sin embargo, no alcanzó para hacer crecer al vencimiento de noviembre que estará en torno a los $ 350.000 millones.