Por Julio Roque Calcagnino (*)
La semana comenzó con todas las miradas puestas sobre Jackson Hole, Wyoming, en donde se lleva adelante uno de cónclaves anuales más importantes para los mercados financieros. Se trata de una reunión anual tanto para los presidentes de bancos centrales como académicos, autoridades económicas e incluso algunos directivos de compañías y empresarios.
El objetivo de este evento es conversar sobre la situación y desafíos de la economía mundial, “alejados” de presiones externas. Por eso mismo, sólo se puede acceder con invitación de la FED de Kansas y se realiza en un lugar apartado de los Estados Unidos, llamado Jackson Hole. Respecto a los códigos de comportamiento durante el simposio, se puede registrar todo lo que se discute formalmente, pero está prohibido reproducir el contenido de las conversaciones informales que tienen lugar durante la reunión.
Este año, el tema elegido oficialmente para tratar fue “los desafíos de la política monetaria”. Pero, al día jueves de la semana pasada, los mercados se encontraban expectantes de conocer “¿qué condiciones harán que la FED tome una postura más agresiva en el recorte de tasas de interés?”. Incluso, dos presidentes regionales sostenían que no veían necesario un nuevo recorte, mientras que un tercero no tenía una postura firme.
Sin embargo, el viernes, las declaraciones de Powell reforzaron la postura de la FED de la última reunión de política monetaria. Fundamentó el no inicio de una nueva temporada de recortes en los tipos de interés de referencia, a la vez que no indicaron compromiso alguno con un rumbo determinado.
Nuevamente, el presidente de la FED volvió a señalar que el organismo continúa monitoreando la problemática de la desaceleración en la economía global, particularmente de China y Alemania. También, se refirió a la incertidumbre en las políticas comerciales, la baja inflación y otros focos de tensión como la posibilidad de un Brexit duro, el incremento de tensiones en Hong Kong y la disolución del gobierno de Italia.
Asimismo, según señaló Investing.com, Powell sostuvo que “si bien la política monetaria es una herramienta poderosa para apoyar el gasto del consumidor, la inversión empresarial y la confianza, no es un ‘libro de reglas’ para el comercio internacional”.
No obstante, el mercado no pierde la esperanza de nuevos recortes. Dado que Powell enfatizó que «la Fed actuará como sea apropiado para sostener la expansión de la economía”. Por su parte, desde el diario español Expansión señalaron que esto se interpretó como la “confirmación de que la autoridad monetaria alimentará con bajadas de tipos el ciclo de crecimiento más largo de la historia de la economía estadounidense”. También sostuvieron que “la bajada de tipos de julio fue un seguro contra los riesgos internacionales y, desde entonces, Powell sostiene que ‘han ido a más’, lo que anticipa una nueva intervención en septiembre”.
Con respecto a la Guerra Comercial, por la mañana del viernes China tomó la ofensiva. El país asiático anunció aranceles para productos importados de Estados Unidos, entre ellos el petróleo. Se ubicarán en un rango de entre 5% y 25%, a ser aplicados para ciertos productos a partir del 1 de septiembre y para otros a partir del 15 de diciembre. La respuesta no se hizo esperar, y según señaló el diario español Expansión, Trump advirtió que dará “réplica a los nuevos aranceles impuestos por Pekín y aseguró que ha «ordenado» a las empresas estadounidenses que busquen alternativas para llevarse la producción fuera de China”. Como consecuencia de esto, los principales índices europeos el viernes cerraron una jornada a la baja, con caídas del 1,15% en el DAX alemán, 1,14% en el CAC francés y 0,77% en el IBEX 35 español. Al final de la tarde del viernes, Reuters informó que Trump “someterá a las importaciones chinas a un arancel adicional del 5%, en respuesta a lo que llamó una medida políticamente motivada de Pekín de imponer impuestos aduaneros a exportaciones estadounidenses por un valor 75.000 millones de dólares”.
Respecto a nuestro país, el viernes pasado al mediodía, Reuters señaló que los mercados financieros locales operaban a la baja “por la debilidad externa tras el anuncio de China sobre aranceles a bienes estadounidenses y los comentarios del jefe de la Reserva Federal de Estados Unidos, más las dudas políticas locales luego de la derrota electoral en las elecciones primarias del presidente neoliberal Mauricio Macri”. En este contexto el AO20, el bono más corto en dólares presentó este viernes que pasó un rendimiento (TIR) de 79,17%, habiéndose ubicado en 47,02% una semana atrás. Por otro lado, el AY24 cerró la semana en 59,41%, lejos del 39,74% del viernes inmediato anterior.
Repasemos entonces como le fue al conjunto de bonos mirando las carteras del IAMC. Recordemos que el IAMC mide la variación de una cartera de bonos conformada a su vez por 4 subcarteras. Estas son cortos y largos, en pesos y en dólares. Todas las variaciones son sobre los valores en pesos de los bonos. Esta fue la variación en la semana:
Esta semana, el tipo de cambio mayorista “Comunicación A 3500” se apreció un 2,08% terminando en $55,2683 por dólar y el riesgo país avanzó un 9,8% para quedar en 1.821 unidades. Por otro lado, las valorizaciones en pesos de los bonos tanto en moneda local como extranjera mostraron nuevamente una fuerte baja, mientras que la valuación en moneda dura retrocedió un 11,15%.
Con respecto a la dinámica general de los bonos en dólares en la última semana, desde Research For Traders señalaron en su último reporte semanal de Renta Fija que los mismos “continuaron cayendo ante la incertidumbre política y las dudas sobre la capacidad de pago del Gobierno”. Por otro lado, desde tradicional columna semanal de Ámbito Financiero, “Lo que se dice en las mesas”, señalaban que “si hay reestructuración de deuda muy amigable con alargamiento de plazos y apenas una mínima baja de cupón, los bonos pueden estar más abajo ¿Por qué? Cuando las calificadoras anuncien eso como default, hay muchos fondos internacionales obligados a vender”. A la vez, a esto se suma lo expuesto en el reporte semanal de Nuevo Chaco Bursátil del 20 de agosto, que señala: “Una salida a la actual situación manteniendo intactas las acreencias de los bonistas (como plantean economistas a ambos lados de la grieta) sigue siendo teóricamente posible, pero requiere de un gran acto de confianza y coordinación entre el Gobierno, la oposición, los inversores globales, los ahorristas, la sociedad y el FMI”.
En el frente cambiario, en la columna semanal mencionada en el párrafo anterior señalaban que la plaza “escucha el silencio de los tambores, a la espera que el clarín llame a la próxima carga. Mientras tanto las reservas (en el ojo de la tormenta) siguen drenando. Desde las PASO cayeron u$s7.900,5 millones”. A esta cifra, habría que sumarle los 50 millones extras de Reservas Internacionales subastados en la rueda del viernes, adicionales a los que se colocan por cuenta del Tesoro regularmente.
Dicho esto, veamos como quedaron las principales curvas de bonos:
Como vemos, los bonos en dólares tienen rendimientos en esa moneda entre el 13,31% y el 79,17%. Asimismo, discriminando entre bonos emitidos bajo ley local y ley extranjera, observamos que los denominados en ley argentina rinden entre 79,17% (AO20) y 14,56% (PARA) mientras que los denominados en ley extranjera lo hacen entre 40,51% (A2E2) y 13,31% (PARY). Debido a que no se conocen las intenciones de la oposición sobre el manejo de la deuda con los bonistas, el mercado buscó sus antecedentes y respondió de acuerdo a ellos. Tal y como se señaló en el informe anterior, en la re estructuración de deuda del 2005, el 75% de los tenedores de bonos acordaron cambiar la deuda en default por nueva deuda, aceptando una pérdida de 70 centavos de dólar por cada 1 de valor nominal: el haircut más grande la historia en una negociación de tipo “take it or leave it” (ver “Argentina says debt default is over” por el diario de centro-izquierda inglés “The Guardian”, escrita el 4 de marzo de 2005).
En lo que respecta a la gestión de deuda post crisis del 2001, quienes abordan la temática de manera concisa e integral son Domingo Cavallo y Sonia Cavallo Ruende en el libro “Historia Económica de la Argentina”. De la lectura surge, como primera conclusión, la necesidad de un abordaje prolijo de una re estructuración de deuda, que además debe ser consistente con el plan económico total. En particular, debido a la pesificación asimétrica, el gobierno de Duhalde tuvo que emitir deuda en dólares por USD 35.000 millones para compensar a los bancos. La necesidad de esta compensación, surgió de convertir los préstamos en dólares (activo en el balance de los bancos) a pesos en una relación 1 a 1, y los depósitos en dólares en una relación 1,4 (pasivo de los bancos). De esta manera, el stock de deuda creció de USD 135.000 millones a 170.000 millones durante el año 2002 (mientras que en términos del producto, según las bases de datos del FMI, la relación deuda/PBI subió de 46,435% a finales de 2001 a 152,248% en 2002), lo que aumento la carga sobre una economía que mostraba altos problemas de solvencia.
Luego, se lanzó en 2005 el canje de la deuda, y como señalan los autores: “Kirchner y su ministro de economía pudieron proclamar con gran éxito la reducción de deuda en una cantidad similar a la cantidad de nuevos bonos emitidos por Duhalde. En realidad, la deuda pública seguía muy cercana al importe pendiente a fines de 2001; pero tenía la ventaja de una extensión significativa de términos y una reducción en las tasas de interés”. En consecuencia, los bonistas sufrieron fuertes quitas, pero estas no pudieron ser capitalizadas totalmente por el gobierno, justamente por una problemática de consistencia.
Volviendo a la performance de los mercados durante la semana, en el caso de los bonos en pesos (incluidos los ligados al CER), vemos que se encuentran aún mas debilitados y que un bono relativamente corto como el TC20 continua presentando un rendimiento por sobre la inflación de más del 190%. Con respecto a su performance semanal de estos bonos en moneda local, desde Research For Traders señalaron que “acumularon ligeras pérdidas en las últimas cuatro ruedas, perjudicados por la absorción de pesos por parte del BCRA, más allá que la tasa de referencia se movió relativamente estable”.
¡Buena semana!
(*) El autor es Licenciado en Ciencias Empresariales por la Universidad Austral de la ciudad de Rosario y candidato a Magíster en Economía Aplicada por la Universidad Torcuato Di Tella de la ciudad de Buenos Aires. Anteriormente se desempeñó como Consultor en tareas de Valuación de Empresas y de Activos Intangibles, M&A y Re estructuraciones, y actualmente como Analista de Renta Fija y Variable en TSA Bursátil.