Por Julio Roque Calcagnino (*)
Hasta el momento, tanto la economía como los mercados financieros norteamericanos vienen mostrando una solidez formidable. En el corto plazo, una de las principales razones de esta dinámica financiera fue el acercamiento de posiciones en el marco de la Guerra Comercial, como así también cierto optimismo inversor alimentado por las expectativas de que Trump buscaría darle un uso electoral al posible acuerdo comercial con China.
Si bien las relaciones entre ambas partes fueron más que tensas a lo largo de gran parte de este año, las partes comenzaron a acercarse en la medida en que tanto el fantasma de un posible fin de ciclo económico y las elecciones presidenciales americanas se acercaban. De esta manera, mientras que sobre la segunda semana de octubre las posiciones todavía parecían muy alejadas, ya en la tercera se conoció la noticia de compras de productos agrícolas americanos por parte de China, y la reducción de los aranceles que iban a entrar en vigor en el corto plazo por parte de EEUU.
Por inercia, se esperaba que en el mejor de los escenarios se podría estampar la firma a de un acuerdo comercial parcial o de “fase uno” en Chile el 16 y 17 de noviembre, en el marco de la reunión del Foro de Cooperación del Asia-Pacífico (APEC). Lamentablemente, este evento no se llevó adelante por la coyuntura imperante en ese país, y las especulaciones en torno al nuevo Día-D comenzaron.
Sin embargo, ya en la primera semana de noviembre se notó cierto alejamiento e incertidumbre respecto al futuro del acuerdo hasta que el viernes pasado se difundieron noticias de que las posturas de ambos países aún no estaban tan cercanas como parecía. Así, los mercados globales se tiñeron de rojo al cierre de la semana, alejándose de sus máximos históricos.
En concreto, desde Investing.com señalaron: “Trump confirmó este viernes en la mañana lo dicho por su asesor comercial, Peter Navarro, el jueves en la noche: no hay acuerdo entre China y Estados Unidos para retirar los aranceles de manera progresiva, una noticia que fue difundida por el portavoz del Ministerio de Comercio de China, Gao Feng, y que inyectó gran optimismo a los mercados de valores, haciéndolos registrar tocar importantes niveles de ganancias”. Asimismo, desde la misma fuente informaron que existe “una fuerte oposición interna en la Casa Blanca a la firma de un acuerdo preliminar entre Washington y Pekín”.
Así, con el Brexit demorado, los inversores europeos se enfocan en las idas y vueltas de la Guerra Comercial, como así también en ciertos eventos concretos. Puntualmente, desde Reuters comentaron: “…los inversores estarán atentos el fin de semana a la elección general del domingo en España, la cuarta en cuatro años”. A la vez que señalaron: “De acuerdo a un cálculo del diario El País basado en decenas de sondeos estos comicios harán poco para romper un largo estancamiento político”.
Sin embargo, sobre las seis de la tarde del domingo (hora argentina), desde el diario El País señalaban que con el 63% ya escrutado los resultados serían: PSOE 124 escaños, PP 83, Vox 52, Podemos 35 y Ciudadanos 10. De esta manera, “el bloque de la izquierda supera al de la derecha más Vox pero no alcanza la mayoría absoluta”. De cumplirse este resultado, el escenario bursátil sugerido por el diario antes mencionado podría ser el siguiente: “El sector farmacéutico y el de la construcción serían los más favorecidos en Bolsa en caso de que el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) gane las elecciones generales del próximo 10 de noviembre”. Sin embargo, el PSOE muy probablemente deberá gobernar acompañado por la izquierda y los nacionalistas, o acordando con el PP, debido a que se mantiene la situación de fragmentación de poder en el Congreso.
Volviendo a nuestra región, las monedas latinoamericanas también se vieron afectadas el pasado viernes por los temores sobre el futuro de la Guerra Comercial, a excepción del peso argentino que mostró una leve apreciación: mientras que el tipo de cambio Banco Nación se apreció un 0,9% viernes a viernes, el dólar informal lo hizo un 1,9%.
Sin embargo, la moneda de nuestro país fue la excepción a la regla debido a que tanto bonos como acciones experimentaron una jornada desfavorable. De esta manera, desde Ámbito Financiero comentaron: “La bolsa porteña se derrumbaba este viernes casi 5%, como respuesta a la decisión de Morgan Stanley Capital Investment (MSCI) de quitar tres acciones argentinas del índice Emergente, mientras que los inversores aguardan señales políticas y económicas del nuevo presidente electo”.
Dicho esto, repasemos entonces como le fue al conjunto de bonos mirando las carteras del IAMC. Recordemos que el IAMC mide la variación de una cartera de bonos conformada a su vez por 4 subcarteras. Estas son cortos y largos, en pesos y en dólares. Todas las variaciones son sobre los valores en pesos de los bonos. Esta fue la variación en la semana:
Esta semana, el tipo de cambio mayorista “Comunicación A 3500” se apreció un 0,37% terminando en $59,54 por dólar y el riesgo país subió un 7,1% para quedar en 2.437 unidades. Asimismo, se observó un retroceso en el Índice de Bonos General del IAMC medido en pesos, del -2,85%, mientras que medido en dólares lo hizo por un -2,46%.
Con respecto a la dinámica bajista de los bonos en dólares en la última semana, desde Research For Traders señalaron en su último reporte semanal de Renta Fija: “La baja de precios continúa extendiéndose debido a que el mercado se mueve a la espera de señales políticas y economías por parte de Fernández.”. Asimismo, desde la misma fuente efectuaron la siguiente lectura adicional: “Según la CIPPEC (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento), los vencimientos de capital para el año 2020 representan el 9% del PIB. Y como Argentina tiene cerrado el crédito internacional y doméstico, el próximo gobierno tendrá indefectiblemente que reestructurar la deuda”.
Hasta que el presidente electo comience a mostrar sus cartas, todo lo que podemos hacer son especulaciones sobre los caminos más posibles para la economía y el mercado local. Política monetaria, déficit fiscal y manejo de la deuda son los tres ejes principales, y ortodoxia o heterodoxia son las posibles inspiraciones. ¿Es posible un “popurrí” de ambas? Sin dudas, y así lo expresaron desde Delphos Investment en las Claves del día del pasado 15 de octubre. En concreto, desde la mencionada fuente señalaron: “Creemos que la heterodoxia vendrá por el lado de medidas que busquen fomentar el mercado doméstico, proteger a las industrias locales, subsidiar las tarifas de servicios públicos y otras que alienten el consumo doméstico. Ello requerirá financiamiento, que saldrá de mayores impuestos al campo y a la riqueza. La ortodoxia podría venir de mostrar un compromiso de pago de la deuda, de una renegociación amistosa de la misma y de una búsqueda de un mayor ordenamiento fiscal (nunca por medio de menos gastos, siempre financiado con más impuestos)”.
Las especulaciones están a la orden del día y desde la columna semanal de Ámbito llamada “Lo que se dice en las mesas” inclusive ya bautizaron al posible plan de Alberto: “el plan Peruca”. Si bien no de brindaron detalles (por el momento), si podemos rescatar algunas líneas. En primer lugar, se habla de la necesidad de “…acelerar la negociación de la reestructuración de la deuda para aspirar a sobrevivir al verano. Para eso resulta imperioso que el presidente electo calibre bien la estrategia de la política exterior, porque si acierta en ella tiene chances de acertar en la economía”. Mientras que en el segundo, se dan especulan algunas líneas sobre la política monetaria futura: “Sin bases ciertas sino más bien especulaciones y conversaciones, el menú de pasos del “Peruca” promete tener una buena entrada de emisión monetaria y de postre un moderado atraso cambiario, entre sus principales platos. Por eso no extrañará ver en el sillón del BCRA a algún amante de la maquinita o de los helicópteros Bernankeros. Aquí retruenan los contrapuntos entre unos y otros, entre quienes temen una hiperinflación y los que creen que hay margen dado el bajo nivel de monetización de la economía”.
Si bien ya hemos observado distintos escenarios posibles de re estructuración, niveles de agresividad y diferencia entre legislaciones, entre otros temas, acercamos un nuevo escenario posible. Este es presentado en un reporte semanal sobre renta fija elaborado por Mariva, fechado el 04 de noviembre, y sugiere: una posible re estructuración que implique una quita de capital del 20% y llevar los cupones al 5% en USD, o por el contrario, una quita del 30% y llevar los cupones al 6%. Así, se podría reducir la cuenta de intereses a un 2% del PBI y llevar el ratio de deuda (excluyendo BCRA) al 50% del PBI, de manera de precisar un superávit fiscal modesto para que la deuda sea sustentable.
Dicho esto, veamos como quedaron las principales curvas de bonos:
Como vemos, los bonos en dólares tienen rendimientos en esa moneda entre el 10,72% y el 144,06%. Asimismo, discriminando entre bonos emitidos bajo ley local y ley extranjera, observamos que los denominados en ley argentina rinden entre 144,06% (AO20) y 12,12% (PARA) mientras que los denominados en ley extranjera lo hacen entre 50,67% (AA21) y 10,72% (PARY).
Por otro lado, en el caso de los bonos en moneda local, vemos que se encuentran aún muy debilitados y que un bono relativamente corto como el TC21 presenta un rendimiento por sobre la inflación de aproximadamente un 93,97%.Con respecto a su performance de los títulos en moneda blanda, desde Research For Traders señalaron: “Los bonos en pesos (principalmente los ligados al CER) terminaron la semana con subas, a pesar de la baja en la tasa de referencia, pero con expectativas aún acerca de una elevada inflación minorista”.
Finalmente, recordamos que aquellos inversores que poseen bonos bajo legislación local como AO20 o AY24 y que no quieren realizar su inversión en el corto plazo, o simplemente que priorizan cobrar la totalidad de su capital invertido en detrimento de la fecha de pago y que están enfocados en una estrategia pasiva de “Buy & Hold” está abierta la oportunidad de vender alguno de esos bonos y comprar alguno del tramo largo cuyo precio y paridad sean similares o inferiores al bono vendido: en concreto, tanto en PARA o PARY podrían ser una alternativa para aquellos que deseen mejorar su situación tanto de chances de ser reestructurado como así también pasarse quizás de legislación local a NY.
¡Buena semana!
(*) El autor es Licenciado en Ciencias Empresariales por la Universidad Austral de la ciudad de Rosario y candidato a Magíster en Economía Aplicada por la Universidad Torcuato Di Tella de la ciudad de Buenos Aires. Anteriormente se desempeñó como Consultor en tareas de Valuación de Empresas y de Activos Intangibles, M&A y Re estructuraciones, y actualmente como Analista de Renta Fija y Variable en TSA Bursátil.