En los últimos tiempos, y especialmente desde 2008, hemos venido asistiendo a un fenómeno que si bien no es nuevo, se ha acentuado dramáticamente: casi todos los commodities, desde el mineral de hierro hasta la soja, se mueven más y más en conjunto. Digo casi todos porque por supuesto existen excepciones debido a fenómenos coyunturales; se puede dar que un producto específicamente este vivenciando un problema de oferta y demanda especifico de ese producto. Sin embargo, y en general, la tenencia es a que los commodities estén cada vez mas correlacionados. En el cuadro de abajo podemos ver nítidamente dicha correlación (con solo tomar como periodo Abril 2010 a Abril 2011).
Establecida la evidencia, debemos tratar de explicar que esta causando este fenómeno. Esto no es tan fácil como parece.
Ya en 1990, Robert S. Pindyck (MIT) y Julio J. Rotemberg (Harvard) escribían un paper llamado “Excess Co-Movement in Commodity Prices”, confirmando la evidencia de lo arriba afirmado. En dicho documento, se propusieron testear la evidencia de dicho co-movimiento entre commodities no relacionados (por ejemplo minerales vs. granos) y encontrar las causas. Si bien especifican que su estudio tiene algunas limitaciones, demuestran que commodities que no tienen relación directa se mueven en conjunto debido a variables macro. Este fenómeno no tiene una explicación certera según su estudio, pero establecen como posibles razones, problemas de liquidez en el mercado y / o inversores moviéndose en “bandada” debido a factores no económicos. Cuando mencionan problemas de liquidez se refieren a que disminuciones de precio en un commodity, disminuye el precio de otros commodities debido a que empobrece a inversores que están long (comprados) en varios commodities a la vez. En otras palabras, van a vender parte o el resto de su porfolio para cubrir o balancear perdidas en ese commodity específicamente. Respecto a movimientos en “manada”, se refieren a la existencia de burbujas financieras o simplemente psicología de mercado.
En su columna en el Financial Times, la gran periodista Gillian Tett, trata de analizar el fenómeno desde otros ángulos. Así, nombra una serie de variables que pueden estar afectando esta correlación: movimientos de oferta y demanda (Fundamentals) como niveles de inventarios globales, el crecimiento en la demanda por parte de países emergentes, especialmente China (hoy un neto importador de un porfolio de commodities), flows globales financieros (como los expuestos por Pindyck y Rotemberg cuando referencian movimientos en “manada” y la existencia de commodity indexes (índices que tienen una canasta de commodities no directamente relacionados) pueden estar produciendo dicha correlación. Es interesante parar un momento en este ultimo: los índices como vehiculo de inversión han vivenciado un boom en los últimos años. En el cuadro que sigue podemos ver el incremento relativo en la posición invertida en el índice de commodities de Goldman Sachs en comparación con los inversores tradicionales y con el total open interest (total de contratos del mercado). El crecimiento en el tamaño es muy significativo y la razón es que dichos índices son vehículos de inversión que ofrecen la ventaja de poder invertir en un portafolio de commodities, teniendo la posibilidad de ofrecer retornos en dicha gama de productos.
Volviendo a nuestra discusión acerca de las razones, estas posibles causales son conocidas, es decir no sorprenden hoy en día al inversor informado. Otra posible razón puede estar de la mano de aumentos crecientes en los costos productivos marginales. En otras palabras, el aumento de demanda estructural y creciente en el largo plazo, hacen que se deba aumentar la capacidad y esto conlleva a un aumento del costo de capital en ciertas industrias. Por ejemplo, compañías petroleras deben buscar petróleo en lugares remotos y más peligrosos o en profundidades marinas cada vez mayores.
En conclusión, si bien no hay una causa especifica que pueda ser establecida, la tendencia puede ser demostrada y la perspectiva es a que se siga acentuando.
(*) El autor se desempeña actualmente en el extranjero como ejecutivo de una compañía internacional y posee un MBA de la Universidad de Chicago. Cualquier opinión vertida en este artículo pertenece solo al autor.