Conforme avanzan los meses crecen los interrogantes entre los productores sobre si es conveniente vender o no la existencia de cereal que aún poseen en su poder. El mercado está hablando pero parece que aún no estamos preparados para escuchar.
Según los últimos informes se estima que menos del 70% del total de la producción de soja ingresó al circuito comercial. Ello se ubica por debajo del 85% observado el año anterior a igual fecha. La realidad indica que por diversos factores los productores no quieren vender ahora. El aumento de la tasa de inflación y un mayor ritmo de devaluación (que llegó al 3% mensual) lleva a los productores a frenar las ventas hasta que las cosas estén más claras. Cierto es, además, que la incertidumbre climática que lleva a retrasar la siembra de la gruesa y ha dañado en parte a los sembradíos con Trigo, es un elemento que colabora con el lento ritmo de ventas.
Los precios actuales de la Soja están cercanos a los u$s 340 para las posiciones cercanas y hasta diciembre inclusive, es decir que no hay un “pase” que justifique la retención por mucho tiempo. El consejo al respecto sería el de vender ahora y buscar algún tipo de dolarización. Existen negocios en los cuales los productores pueden dejar en dólares las ventas de cereal hasta el momento en que deciden pesificarlo y cobrarlo.
Pensando en trigo, hemos sido testigos de fuertes subas de los valores del cereal para la nueva cosecha. Los mismos alcanzaron a u$s 246, tocando los máximos de la campaña 2013/14.
La firmeza de los precios tiene relación con la actitud de los molineros quienes han comenzado a realizar compras futuras, tratando de anticiparse a un posible problema de desabastecimiento en los meses posteriores a la cosecha. La falta de lluvias en el norte de la región productora lleva a pensar que el ingreso de lotes de la nueva cosecha se demorará más de lo habitual.
Los problemas de heladas en países vecinos que podrían haber afectado a los trigos abren también una excelente posibilidad para los exportadores locales, quienes van aumentando sus compras en el mercado interno.
Pese a las fuertes subas del cereal los productores no definen sus ventas por temor a no tener posteriormente producción y tener que anular precios con castigos por la falta de entrega. Cabe preguntarse ¿hasta qué valor puede llegar el cereal sin que el Estado intervenga más el mercado?. Un tema para seguir con atención…
En Maíz el mercado sigue a la espera de que mejoren los valores, especialmente los de la nueva cosecha. Tal como ocurre con el Trigo el sistema de ROE ha quitado transparencia a las cotizaciones y llevado a distorsiones que son difíciles de asimilar. Lo cierto es que tanto en trigo como en maíz los productores van declinando superficie.
Los problemas climáticos no son ajenos al maíz, dado que buena parte de la región productiva está carente de humedad y ello está llevando a derivar área a soja o bien a buscar maíces de siembra tardía.
Tanto los precios disponibles como los de nueva cosecha no alcanzaron a despegar. La semana anterior hicimos mención de que la aprobación de nuevos ROE de exportación no tendría mayor impacto en las cotizaciones al corto plazo. Los precios de la nueva campaña se ubican en u$s 155 y resulta que ese valor no es rentable para la mayor parte de las regiones de nuestro país bajo ninguna modalidad. En este caso, casi obligadamente los productores esperan para realizar ventas en niveles de u$s 170.
Veremos qué pasa en las próximas semanas. Los precios de la Soja en Chicago podrían registrar alguna baja adicional con el ingreso de la nueva cosecha, aunque por el momento los factores técnicos indican que podría haber subas adicionales por menores rindes o para alentar la siembra de la oleaginosa en Sudamérica.