Transitamos ya un año desde la devaluación convalidada por Juan Carlos Fábrega, que no generó las consecuencias positivas imaginadas, principalmente por 2 cuestiones:
1. Fue una medida única, sin estar dentro de un plan integral. O al menos, si había un plan, no pudo ser llevado a cabo en forma total.
2. Su posterior reemplazo, para volver al viejo plan del BCRA de mantener el dólar “planchado” haciendo las veces de ancla inflacionaria.
Pero veamos un momento los gráficos que presentamos todos los meses:
Como era de esperar, no hay ningún cambio brusco, dado que pareciera ser que la idea del “piloto automático” tiene cada vez más adeptos en el BCRA. Si bien el escenario no se presenta sencillo, el objetivo sin dudas es transitar el 2015 como sea, con mayor o menor dificultad, para arribar a fines de año con el dólar en valores por debajo o muy cerca de $ 9,00 pero no convalidando un tipo de cambio mayor, lo cual se mostraría seguramente como otro logro. A pesar de las dificultades externas, del juicio de los holdouts y demás, se logró “domar” al dólar. Ahora bien, ¿esto es así?
Desde nuestra perspectiva, en absoluto podemos aceptar ese análisis. Eventualmente, habrá sido una victoria pírrica. Pero en ningún caso vemos que sea un logro.
Si pensamos un momento en el pronóstico inicial (suba del dólar) tenemos que aceptar que la política llevada a cabo tuvo algún resultado. La realidad es que el dólar no se desbordó y teniendo en cuenta que normalmente el valor del dólar es la “sensación térmica” de la economía para la mayoría de los argentinos, podemos decir que se logró controlar la expectativa de devaluación fuerte. Si a eso le sumamos procedimientos de gran impacto contra los operadores del dólar blue, el combo resulta aceptable para el objetivo planteado (control del tipo de cambio).
Sin embargo, la realidad es un poco más compleja. Concretamente, tanto el atraso cambiario como las complicaciones para las economías regionales y los problemas generados por tarifas congeladas – subsidios siguen sin resolverse y parece que quedará pendiente para que lo resuelva un futuro gobierno.
Como veníamos previendo en anteriores informes, finalmente tenemos que aceptar que “no hay cena gratis”. Esta aparente tranquilidad se tuvo que lograr a través de un enfriamiento general de la economía, con impacto tanto en el mercado interno de ventas como en el mercado laboral.
Asimismo hay que tener en cuenta que parte del control del dólar vino por el lado del sector externo. Pero no porque mejoramos precios ni porque exportamos más bienes, sino porque se pisaron las importaciones en forma brutal. Sin ir más lejos, en los últimos días no se habilitaron pagos al exterior ni siquiera para aquellos importadores con DJAI aprobadas. Demás está decir que esto impacta sobre el mercado laboral y de producción de bienes y servicios.
Y no podemos pasar por alto el tema de las reservas del BCRA. Si bien se cortó una racha de 3 años consecutivos de pérdida de reservas, hay que depurarlas para tratar de llegar al número real.
Según el balance del BCRA al 31.01.2015 las reservas ascienden a USD 31.450 M. Pero si miramos su composición nos encontramos con algunos rubros que están incluídos y que son muy discutibles:
1. Encajes de bancos en el BCRA
2. Swaps de China
3. DEG (Derechos Especiales de Giro)
4. Pagos de deuda que no llegaron a los acreedores (aquellos pagos no autorizados por Griesa por ejemplo).
Desde nuestro punto de vista, no deberían contabilizarse como reservas teniendo en cuenta que no son de libre disponibilidad ni se pueden hacer frente con ellas a importaciones ni pagos de deuda.
Con lo cual, “limpiando” las reservas llegarían a cerca de USD 14.000 M, lo que elevaría el TC por encima de $ 20,00. Es muy fácil imaginar qué pasaría en nuestro país con un dólar en esos valores.
Ahora bien, ¿qué vemos para adelante? Podemos anticipar algunas conclusiones:
* Seguramente habrá menos ingreso de divisas del sector agrícola, por la baja en el precio de la soja. Esa baja parece haber llegado para quedarse un buen tiempo. No obstante, parte de la baja la puede compensar la cosecha que se estima, será un record histórico.
* Otra parte de la baja del ingreso la puede compensar la baja de salidas de dólares. Concretamente, el derrumbe del precio del petróleo genera importaciones de energía bastante más baratas que las que venimos pagando en los últimos años. También tenemos que ver este punto por el lado de la cantidad. A menor actividad económica, menor consumo de energía. Menor consumo a menor precio es un escenario tentador.
* Por otro lado, si bien la baja del petróleo genera disminución de salidas de divisas, también complica el panorama del ingreso para explotar Vaca Muerta. A estos valores, la explotación del shale es muy poco atractiva.
* En un año electoral, es muy pero muy tentador mantener el atraso cambiario. Aún sabiendo que se complica el resto de la economía, la falsa sensación de bienestar es esencial para intentar sumar votos. No parece que pueda haber un incremento del tipo de cambio en forma brusca.
* La semana pasada un juez en Londres determinó que la jurisdicción de New York no puede imponerse sobre la de Londres. Con lo cual, si bien ese fallo fue festejado por los holdouts, podría abrir alguna posibilidad de financiamiento en Europa. Esto provocó subas en la Bolsa y baja en el riesgo país.
* En el 2016 los pagos de deudas no son tan grandes, con lo cual, seguramente en algún momento del año se intentará un nuevo canje, realizándolo esta vez con mayores acuerdos previos que garanticen su éxito.
* Insistimos en el mismo concepto: el mercado se anticipa a los movimientos de la economía. Si avanzando el año se despegan candidatos “market friendly” seguramente podremos empezar a observar ingresos de dólares frescos a la economía.
Argentina todavía sigue siendo tentadora dada las posibilidades que ofrece. Por caso, YPF consiguió USD 500 millones al 9,00%. Si bien buscaba un mayor importe y debió conformarse con ese monto dado que no convalidó suba de tasa, es un indicador más. En un mundo de tasas todavía bajas, es una posibilidad de obtener financiamiento relativamente barato.
Nos vemos el mes que viene.