Todos escuchamos en estos últimos días el impresionante ascenso que viene teniendo el dólar. Evidentemente y contra algunos pronósticos, por ahora, es una moneda que goza de buena salud. Sin dudas es la moneda más importante del mundo en estos días y si le sumamos la caída sin pausa del euro, podemos convenir que su importancia relativa es cada vez más alta. ¿Alguien se acuerda hoy del amaro, aquella moneda que iba a reemplazar al dólar? Aparentemente vamos a seguir conviviendo con los billetes verdes un buen tiempo más.
Vamos a ver qué pasó en nuestro país:
Claramente vemos que se sigue aplicando la misma receta de hace un tiempo:
* hacer bajar la cotización del blue “a los golpes”
* convalidar devaluaciones en forma permanente del dólar oficial, que sube lento pero sin pausa
* tratar de mantener el dólar de equilibrio de acuerdo a los números que maneja el BCRA
Es decir, un cóctel interesante. Dólar blue planchado y con tendencia a la baja, dólar oficial ajustando lentamente para no provocar un estallido inflacionario, variables del BCRA medianamente controladas (según sus balances), inflación en descenso, brechas entre los tipos de cambios mejorando. Es decir, pareciera que el plan económico está dando resultados. ¿Pero esto realmente es así?
Definitivamente, nuestra opinión es que no. Hace un tiempo venimos diciendo que el Gobierno iba a intentar por todos los medios, impedir un nuevo estallido inflacionario. El intento de hace 1 año no trajo buenos resultados y eso, en un año electoral, sería imperdonable. Entonces la cuestión pasa directamente por llegar a fin de año, aún con la economía muy complicada, pero llegar. Las complicaciones están a la vista: mercado laboral muy afectado, importaciones prohibidas por momentos o que ingresan a cuentagotas, etc.
Vuelve entonces a ser esencial el rol del BCRA, ese acreedor “amistoso” que sigue ayudando al Gobierno. Pero ojo, mientras ayuda a unos, necesariamente perjudica a otros. Lo que emite para cerrar el déficit fiscal lo pagás vos, con la devaluación de los pesos que tenés en el bolsillo y con la inflación que afecta tu salario.
Analizando un poco más de cerca los números del BCRA, nos encontramos con las famosas reservas, que suman aproximadamente USD 31.000 millones. Si escarbamos un poco nos encontramos con que:
* USD 3.000 millones son yuanes, no son convertibles
* USD 1.500 millones son para tenedores de deuda, que por decisión del juez Griesa no recibieron el pago. Esto suma a las reservas, pero si fuera autorizado el pago, saldrían de inmediato.
* USD 7.000 millones son depósitos de empresas en dólares. Se suman a las reservas por una cuestión de “contabilidad creativa” pero el BCRA no puede disponer de ellos.
* USD 5.000 millones de deuda con importadores, por transferencias no realizadas.
Siempre hablando de números redondos y aproximados, dado que la transparencia de las cifras está siempre en duda, estos conceptos suman USD 16.500 millones. Con lo cual dejaría al BCRA con reservas reales del orden de los USD 14.500 millones. Un número preocupante, sobre todo si pensamos a dónde llevaría el TC de equilibrio (casi al doble!). Y mucho más preocupante si pensamos en el real poder de fuego que tiene el BCRA para intentar sostener el tipo de cambio.
Tenemos que recordar el que real, sólo en este año, se depreció un 17%.- En cambio, nuestro peso pasó de 8,55 a 8,72. Sólo el 2%!. Esto nos lleva a un escenario de atraso cambiario, que es tan atractivo al principio como doloroso al final y que analizamos largamente en anteriores informes.
Sin embargo y como también contamos meses atrás, nuestros escenarios parecen ir cumpliéndose. El hecho que las encuestas ubiquen a candidatos “market friendly” en buenas posiciones genera optimismo en ciertos actores de la economía. Y recordamos también que “el mercado siempre anticipa los movimientos”. Si se acentúa la tendencia de un cambio de Gobierno y por supuesto, de plan económico, lo más probable es que podamos vislumbrar un mejoramiento de las variables económicas.
Hoy el riesgo país está realmente bajo respecto a años anteriores y si se acordara la solución del conflicto con los holdouts, no debería ser para nada complicado poder emitir deuda para comenzar a acomodar la economía.
Desde nuestra visión creemos que hay que dejar de lado la idea de que el endeudamiento es el origen de todos los males. La realidad es que el problema no es tomar deuda, sino donde aplicarla. De hecho, hace años que no tomamos deuda pero atención…no es cierto que estemos desendeudados. Insistimos en que en lugar de tener acreedores externos tenemos internos, el BCRA o ANSES por caso. Pero la deuda está y el Gobierno no tiene previsto pagarla en ningún caso. ¿Sabés quién la termina pagando? Nosotros, mediante devaluación en el caso del BCRA o con jubilaciones muy bajas, en el caso de ANSES.
De una u otra manera nos parece que de a poco debemos re insertarnos en el mundo. Seguramente habrá que acomodar la maraña de subsidios para emprolijar la economía, desarmar el cepo cambiario para que, como en todo el mundo, haya sólo un valor del dólar y de a poco, ir pareciéndonos a un país normal.
La seguimos el mes que viene.