Después de la brusca corrección de comienzos de año, finalmente llegamos al final del primer trimestre con cierta aparente calma. Vamos a mirar un poco las variables monetarias para, como siempre, tratar de llegar a alguna conclusión.
Antes que nada, los gráficos extraídos de la información oficial publicada por el BCRA:
En los mismos vemos claramente que vuelve a retomar la suba el tipo de cambio. El tipo de cambio de equilibrio pasó de una baja importante en 02.2014 a una suba marcada, muy similar a la inflación informada el mes pasado. Por otro lado, la suba del TC oficial fue cercana a la mitad, lo cual vuelve a incrementar la brecha entre los 2 tipos de cambios.
Podemos inferir que surge nuevamente la intención de utilizar el dólar como ancla inflacionaria, dado que se admite un incremento del 1,67% en el tipo de cambio, cuando la inflación estimada por algunos analistas ubica el valor sobre el 3,00% para 03.2014.
Esto trae inevitablemente…si, adivinaste…el conocido escenario de retraso cambiario que vuelve a requerir una corrección brusca y así sucesivamente. Lo dijimos muchas veces, pero lo repetimos: el retraso cambiario es “lindo” porque por ejemplo, podés viajar afuera y comprar en el exterior a un precio muy accesible. Pero a mediano plazo, genera inconvenientes por el aumento de importaciones, disminución de exportaciones y un larguísimo etcétera.
La realidad es que a pesar de los movimientos del BCRA, que entendemos correctos, no parecen resultar suficientes. Si bien en el corto plazo genera esta sensación de quietud y calma, después se complica su accionar en soledad, si no es acompañado por políticas económicas consistentes.
En algún momento, vamos a tener que llegar a sincerar la situación y afrontarla. Argentina sufre hoy de una enfermedad importante: alta inflación. La inflación también parece “linda” al principio, como el retraso cambiario, sobre todo cuando es baja porque incrementa la actividad, crecen los salarios nominales y la ilusión monetaria hace el resto.
Pero después, termina siendo una droga peligrosa: se espiraliza y ya no puede ayudar a mejorar la situación económica. Los salarios no pueden seguirla y consecuentemente, caen en términos reales. Hay disminución de oferta, que fogonea aún más los crecientes precios y se pierde la referencia de los mismos, no pudiendo los consumidores determinar con claridad qué es caro y qué es barato. Sinceramente, ¿hoy vos podés saber cuánto vale un ladrillo o la rueda de un auto? Entre la escasez y los continuos aumentos, lo más probable, es que compres en el proveedor más cercano o en el que te recomendó un conocido.
Hoy estamos atravesando este último escenario, agravado por el cepo cambiario y los países vecinos.
Por el lado del cepo cambiario, fue una medida muy discutible con la cual no podemos estar de acuerdo. En general, prohibir algo en términos económicos trae más problemas que soluciones. Se fue apretando el cepo desde los inicios (¿te acordás que al principio había que pedir autorización y podías comprar?) hasta niveles insostenibles, para pasar finalmente a un cepo un poquito más abierto que es lo que tenemos hoy. Pero apenas un poquito más abierto. La realidad es que no podés comprar lo que querés.
¿Se puede levantar el cepo hoy? Realmente, no parece una tarea sencilla. Nunca tuvo que existir esa medida y ahora el Gobierno se encuentra desde hace casi 2 años en un problema de muy difícil resolución. Sin financiamiento externo y con pocas reservas, mantener el dólar anclado para no disparar la inflación y liberar la compra parece muy complicado.
En lo referido a nuestros vecinos, al tener inflación mucho más alta en forma continua, genera problemas de competitividad ya que reduce el tipo de cambio real, presionando el tipo de cambio nominal. De manera sencilla, nuestros productos son más caros en dólares y aumentan más que los de los países vecinos. Esto implica que podemos venderles menos y tenemos incentivos para comprarles más.
Y la realidad es que si hacés una devaluación brusca sin ninguna otra medida ni plan, la inflación se termina “comiendo” los pocos beneficios de la devaluación, volviendo al escenario inicial, sólo que en un nivel de precios y conflictividad sensiblemente más altos. Esto es lo que creemos que está ocurriendo actualmente. La inflación del primer trimestre del año ya se ha comido gran parte de los efectos de la devaluación.
Como conclusión, vemos que será necesaria una nueva suba del dólar en breve, cuando termine la liquidación de la cosecha de soja. Quizás, para fin mayo de este año. A diferencia de lo que ocurrió en el pasado no le será posible al Gobierno mantener el dólar retrasado mucho tiempo más, debido a que ya las reservas existentes no le permitirán hacerlo. Recordemos que mantener el dólar atrasado desde octubre de 2011 hasta enero de 2014 que lo ajustó, le costó 20.000 millones de dólares de reservas. Hoy no existe esa posibilidad.
Con respecto al dólar blue, como te explicamos en artículos anteriores, sube de a saltos. Hoy cotiza aproximadamente a $ 10,50. Pero como vimos el tipo de cambio de equilibrio está en casi $13 y tarde o temprano van a terminar convergiendo. No vemos que sea posible que baje el segundo ya que eso implicaría subir aún más las tasas hoy cercanas al 30% lo que sería un golpe letal a la ya alicaída actividad económica. Con lo cual sólo vemos un recorrido ascendente. ¿Querés otro ejemplo? El litro de nafta ya supera con holgura los $ 12,00. Fácilmente te podés imaginar a dónde apunta el próximo salto.
A mediano plazo, las condiciones pueden cambiar, sobre todo por el efecto que pueden generar los ajustes extremadamente ortodoxos que está realizando el gobierno. Veremos cómo se desarrollan esos ajustes y hasta donde se pueden realizar. Entendemos que lamentablemente, nos guste o no, es un camino difícil que hay que transitar. De eso hablamos cuando decimos que hay que sincerar la situación y afrontarla. Si en tu casa tenés menos ingresos y más gastos, en algún momento, vas a tener que enfrentar ese escenario, aunque no sea el deseado.
De todos modos y aunque seguramente lo trataremos en futuros artículos, creemos que las posibilidades de inversión tanto en moneda como en otros instrumentos van a ir mejorando. Siempre hay que recordar que en cada crisis, hay oportunidades. Pero ya hay que empezar a mirar el largo plazo porque el corto va a ser muy complicado.